Economía

El bulo de la transparencia en los anuncios de empleo: así 'maquillan' las empresas sus sueldos reales

  • Las ofertas cierran 2023 con una subida del 5,19% en España frente al 3,46% de los convenios 
  • La oficina de investigación económica de EEUU denuncia la opacidad y distorsión de las nóminas
  • Inflan un 20% los suedos de los puestos peor retribuidos y recortan un 40% los altos
Fuente: Dreamstime

En los últimos años, cada vez más empresas han empezado a incluir los salarios en sus ofertas de empleo. Lo hacen ante la demanda generalizada de los trabajadores, que lo consideran un requisito imprescindible para una negociación justa, pero también obligados por nuevas legislaciones en diversos países del mundo. Sin embargo, un demoledor análisis de la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos (NBER por sus siglas en inglés) revela hasta qué punto esta supuesta transparencia está siendo utilizada para enmascarar los sueldos que están dispuestas realmente a pagar.

La cuestión cobra actualidad en un momento en el que organismos como la OCDE o el FMI defienden la pertinencia de utilizar los anuncios de empleo como una de sus fuentes. La ventaja sería que se trata de una información más actualizada que las estadísticas de los organismos públicos, algo primordial cuando la relación entre la evolución de sueldos e inflación está más que nunca bajo la lupa de los guardianes de la política monetaria de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo.

En este sentido, el caso de Estados Unidos es particularmente relevante por varios motivos. El primero es que sus estadísticas oficiales sobre el mercado laboral se consideran más cercanas al 'tiempo real' que las europeas y españolas en cuestiones como las vacantes o los propios sueldos ofertados. El segundo es que, desde 2018, una docena de estados y grandes ciudades, como Nueva York, han sido pioneros a la hora de impulsar legislaciones que obligan a las empresas a mejorar la información salarial facilitada tanto a sus trabajadores como a los candidatos a serlo.

La razón de estos cambios legales no es tanto hacer más transparentes los procesos de selección como combatir los sesgos que llevan a la brecha de género. En la práctica, la mayoría considera suficiente que se conozca una franja salarial y no el sueldo exacto. En primavera de 2023, la Unión Europea dio luz verde a una directiva similar que, entre otras cuestiones, exige que los candidatos reciban "información sobre la retribución inicial o la banda retributiva inicial por un medio que garantice una negociación informada y transparente". En cualquier caso, los países europeos tienen hasta 2026 para adaptar la regulación europea y concretar cómo afectará a las ofertas de empleo.

Más allá de la igualdad salarial entre hombres y mujeres, hay que tener en cuenta lo ocurrido tras la pandemia, cuando la reactivación del mercado laboral y las tensiones por a falta de mano de obra en muchos sectores dispara las dimisiones y la 'rotación laboral' voluntaria, lo que lleva a un escenario de auténtica guerra por el talento. Los candidatos ganan poder en la negociación y exigen que las empresas sean claras a la hora de presentarles sus expectativas salariales.

Ante esta situación, los portales de empleo y empresas de selección de personal han visto la oportunidad de publicar informes sobre salarios con datos extraídos de las ofertas de empleo publicadas en internet. Los trabajos de compañías como Burning Glass Technologies (en Estados Unidos), Indeed, LinkedIn o Glassdoor han sido utilizados y citados en muchos informes de instituciones internacionales y nacionales. Incluso el Banco de España o el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) se están tomando cada vez más en serio el uso de estos datos.

El curioso caso español

En España, el referente mensual son los sueldos pactados en convenios colectivos, pero estos contemplan subidas que quedan por debajo de los datos de costes laborales y salarios que recogen la Agencia Tributaria y el INE, que se publican con una periodicidad trimestral o incluso anual. Esta discrepancia ha llevado a poner el foco en las ofertas de empleo.

En este sentido, la referencia mejor valorada es la que elabora Indeed, que también ha colaborado con organismos como la OCDE o el Banco Central de Irlanda. No arroja cifras, sino incrementos interanuales, al estilo de los indicadores que publican en Estados Unidos la Fed de Atlanta o el Bureau of Labor Statistics (BLS)

Este modelo revela que en España solo un 13% de ofertas de empleo recogen información salarial, que refleja una subida del 5,2% en 2023. También supera con creces el 3,46% de los convenios colectivos. Además, es mayor que el incremento registrado por países como Alemania y Francia e incluso Estados Unidos. A cierre de año solo se veía superado por Reino Unidos y, en la zona euro, Países Bajos.

Un informe demoledor

Pero el informe elaborado por NBER y firmado por Honey Batra, Amanda Michaud y Simon Mongey echa un jarro de agua fría sobre la confianza de este tipo de estos datos y denuncia sin medias tintas la "escasa información salarial contenida en el universo de ofertas de empleo en línea". Y aunque la investigación se centra en Estados Unidos, sus conclusiones son extrapolables al resto del mundo, incluida España.

Los investigadores utilizan los datos de Burning Glass Technologies que recopilan más de 45.000 fuentes en Estados Unidos, desde portales de empleo a bolsas de trabajo y webs de empresas y llega a una chocante cifra: sólo el 14% de las ofertas contienen "alguna información salarial". Este porcentaje es más bajo del estimado por otros análisis y lo acerca al 13% que se estima para España, el 10% para Alemania o incluso el 16% de Chile. Aunque más llamativo resulta el hecho que las 20 empresas privadas estadounidenses que más vacantes publican, apenas incluyen información salarial en el 2% de los casos.

De ese porcentaje, los que fijan un salario puntual solo alcanzan los 6 puntos porcentuales. Los ocho restantes se limitan a aportar una franja salarial. Algo lógico porque es el mínimo que marcan las legislaciones estadounidenses: hacerlo así permite un mayor margen para la negociación.

Pero los analistas de NBER advierten de que estas estas horquillas son demasiado amplias: la diferencia el tope superior e inferior es del 28% de media. Esto puede deberse a que se busca atraer al mayor número posible de candidatos, si bien su diagnóstico apunta a que es una forma de que las empresas oculten su información salarial a sus competidores, a los candidatos e incluso a sus trabajadores.

Además, se detectan importantes fluctuaciones en función del nivel del puesto ofertado. Las ocupaciones con sueldos bajos o altos tienen información salarial en menos del 10% de los anuncios, mientras que las que tienen un nivel medio la presentan en alrededor del 20% de los anuncios. Sin embargo, lo más llamativo es la brecha entre los salarios anunciados y los reales.

Y es que los investigadores han descubierto que los salarios de ofertas de puestos que están peor retribuidos son un 40% más altos que los que recogen los datos de la Oficina de Estadísticas laborales (Bureau of Labor Statistics o BLS por sus siglas en inglés). Por el contrario, los puestos que perciben salarios más altos ven cómo estos se reducen un 20% en las ofertas de empleo. Además, estos últimos son muchos más opacos, con menor concreción en la retribución y rangos salariales que superan en amplitud a los del resto de trabajadores.

Este comportamiento puede achacarse a las 'tensiones' del mercado laboral, que lleva a una mayor competencia entre empresas tanto para atraer trabajadores como para que los propios se vayan a la competencia. Sin embargo, el informe pone en duda esta conclusión.

Al comparar datos de diversas regiones de Estados Unidos, los expertos detectan que hay lugares en los que la 'holgura' (es decir, la mano de obra disponible) es mayor que en otros, lo que se traduce en tasas muy diferentes de vacantes, dimisiones y rotación laboral. Pero resulta que la opacidad sobre los rangos salariales en las vacantes es igual en todos los territorios analizados.

Estos factores hacen que las ofertas de empleo causen una importante distorsión, o "sesgo en la inferencia econométrica" a la hora de utilizar sus datos. Sobre todo si se plantean como un "sustituto" de las estadísticas elaboradas con fuentes "administrativas", al que que el estudio rechaza frontalmente. Un debate que dista mucho de ser académico ya que afecta a la información que se utiliza para tomar decisiones tan importantes como la determinación de los salarios mínimos o la hoja de ruta de los tipos de interés.

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