
El lehendakari del Gobierno Vasco, Iñigo Urkullu, ha afirmado que tiene "varias fechas" posibles pensadas para la celebración de las elecciones autonómicas, pero ha preferido seguir manteniendo la 'incógnita'. No obstante, ha recordado que los comicios de 2020 tenían que haberse realizado el 5 de abril, pero por la pandemia se pospusieron al 12 de julio. De esta forma, Urkullu ha fijado en abril el final de la actual legislatura, en un encuentro en el que también ha hecho balance de sus tres mandatos.
Con estas palabras del lehendakari parece reforzarse la hipótesis de que los comicios al Parlamento vasco puedan convocarse el próximo mes de febrero para su celebración en abril, y se aleja la posibilidad de su coincidencia con las europeas del 9 de junio, que podrían distorsionar la campaña en Euskadi al plantearse, en principio, como una segunda vuelta de las elecciones generales, y polarizarse el voto entre el PSOE (Pedro Sánchez) y el PP (Alberto Núñez Feijóo).
Urkullu, en su participación en un foro organizado por el diario Deia, ha recordado que todavía hay cuatro proyectos de Ley en tramitación parlamentaria en este momento, uno de ellos primordial para su Ejecutivo como es la Ley de transición enérgetica y lucha contra el cambio climático, y tiene esperanza de que se apruebe en las próximas semanas. En todo caso, ha admitido que el calendario de elecciones autonómicas no depende de que se aprueben estas normas. Los anteriores comicios tuvieron lugar el 12 de julio de 2020.
En el citado encuentro, el presidente del Ejecutivo vasco ha recordado el contexto "complicado, volátil, impredecible" vivido desde entonces, constatando la pérdida de poder adquisitivo de la ciudadanía vasca "como en todo el mundo". "Las crisis conllevan peajes que debemos pagar de manera directa o indirecta, nos guste o no".
En este sentido, ha incidido que "no se pueden cargar sobre el presupuesto público todos nuestros problemas, necesidades o prioridades", en referencia a las diferentes reclamaciones laborales de diversos sectores.
Conflictividad laboral
"¿Alguien se ha preguntado cuánto supondría dar respuesta, por ejemplo, a la exigencia de aumentar un 10% el salario de todas y todos los funcionarios y funcionarias del Gobierno Vasco? Casi 600 millones de euros. Con ese dinero, cada año, podríamos construir 5 hospitales; adquirir 10 ordenadores cuánticos o construir 73 institutos", ha explicado Iñigo Urkullu.
"Quien promete sin límite, quien afirma que todo es posible, está jugando con el futuro de nuestra sociedad. Es una actitud irresponsable y egoísta", ha afirmado.
También se ha referido a la "estrategia de huelga tras huelga" y ha dicho que esa situación tiene sus consecuencias. "¿Nos preguntamos por la imagen de un país que, desde 2012, ha tenido 2.700 huelgas? ¿Nos preocupamos por las consecuencias de albergar la mitad de las huelgas de todo el Estado?"
Urkullu ha subrayado que el primer requisito para que exista trabajo, y buenas condiciones laborales, es contar con empresas que quieran mantenerse e instalarse en la comunidad. "Ofrecerles estabilidad y seguridad jurídica, pero también con un clima económico-social que resulte de interés".
El lehendakari ha detallado, asimismo, el crecimiento continuo de la economía vasca durante los últimos diez años. "El Producto Interior Bruto vasco era de 64.900 millones hace una década, hoy es de 90.200 millones; la inversión pública superará este año los 2.000 millones por primera vez y se han protegido los servicios públicos básicos: el gasto en salud por persona ha pasado de 2.700 euros a 3.500, en educación de 6.500 a 7.300 y en protección social de 7.900 a 9.900", ha afirmado.
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