
El presidente de China, Xi Jinping, aseguró que actuará "sin piedad" contra la corrupción en sectores clave para la economía del país.
El Gobierno del gigante asiático acaba de iniciar una campaña de control ante las malas prácticas empresariales tras haber saltado varios casos de corrupción relacionados con sobornos y activos en el extranjero dentro de la quiebra del gigante inmobiliario Evergrande.
Así, el Comité de Supervisión Nacional (NCS, por sus siglas en inglés), máximo organismo de control del país, aseguró en un comunicado que sus pesquisas e inspecciones van a estar dirigidas a "sectores clave" de la economía del país. Xi aseguró que "los cazadores no mostrarán piedad en una batalla severa y compleja".
Entre los sectores mencionados están, sobre todo, el sector financiero, el farmacéutico y de atención santiaria, el energético, las infraestructuras, las empresas estatales y el tabaco. Al mismo tiempo, también agregaron las licitaciones para megaproyectos de infraestructuras públicas.
Algunas de estas industrias también fueron mencionadas como áreas en las que se va a depositar especial atención en el plan quinquenal del Grupo Central de Coordinación Anticorrupción publicado en septiembre, cuyo objetivo era erradicar la "corrupción industrial, sistémica y regional".
El dirigente chino señaló que China va a "limpiar los riesgos ocultos" en los sectores "donde se concentra el poder, el capital es intensivo y los recursos son ricos", aseveró en la sesión plenaria de la Comisión Nacional de Inspección Disciplinaria (CCDI,por sus siglas en inglés), principal organismo de control del partido, el pasado miércoles, 10 de diciembre, según informó la cadena pública estatal CCTV. Al encuentro acudieron los principales responsables de la toma de decisiones del país, así como el juez superior y el fiscal jefe.
En un comunicado difundido por la agencia de noticias estatal Xinhua, desde la CCDI acordaron que deben "mantener la presión, seguir vigilando de cerca los problemas clave, las áreas clave, a las personas clave y las nuevas formas de corrupción, especialmente en aquellos que están ocultos".
En concreto, Xi dijo que "la campaña anticorrupción no debe dar marcha atrás, ni ceder ni mostrar piedad", según reza el documento.
Esta medida instaura cierto temor entre los sectores más críticos y corre riesgo de atemorizar a las personas que toman decisiones en las empresas de dichas áreas y, por tanto, frenar la frágil recuperación económica del país, cuyo crecimiento para este año está previsto que ronde el 4,6%, según el FMI.
Pero ya en el mes de octubre, cuando estalló la investigación de Evergrande, el dirigente aseguró que el país "está listo para soportar un crecimiento más lento como resultado de la desaceleración del sector inmobiliario, pero todas las investigaciones tienen que llevarse hasta el final", aseveró.
La economista jefe de Asia Pacífico de Natixis, Alicia García Herrero, aseguró que "es importante actuar con dureza" ante la corrupción porque algunos casos de los que hablan tienen que ver con la seguridad. "A los ojos de Xi, este es una verdadera comprensación y la seguridad simplemente es lo primero, ya que es binaria", aseguró Herrero en declaraciones recogidas por Bloomberg Economics.
Según reza el comunicado de la CCDI, su máxima prioridad va a ser "castigar severamente a los involucrados en los casos de corrupción gubernamental y empresarial", al mismo tiempo que "profundizaremos en la rectificación" de los sectores que aparecen citados en su lista para este 2024.
Las acciones a llevar a cabo para acabar con la corrupción, además de elevar las investigaciones, son varias mejoras en el sistema legal, incluida la formulación de una nueva legislación contra la corrupción y una enmienda a la Ley de Supervisión para "ponerla al día". En el mes de diciembre ya se dieron los primeros pasos, con la aprobación de una enmienda a la Ley Penal para subir las penas a personas o empresas que ofrecen sobornos.
Los grandes casos de la industria sanitaria y Evergrande
China lanzó el verano pasado una macroinvestigación anticorrupción sin precedentes en la industria de atención médica del país. El caso abrió inspecciones a más de 150 jefes de hospitales de todo el país. Aproximadamente, una cuarta parte de todos esos investigados fueron jefes o representantes del Partido Comunista de los hospitales más importantes del país.
Las investigaciones apuntaban a que los funcionarios bajo sospecha habían aceptado sobornos a cambio de conceder favores relacionados con la compra de medicamentos y dispositivos médicos. Por ejemplo, el responsable de un hospital local en Yingkou, una ciudad situada al noreste de China, fue investigado por haber aceptado, supuestamente, 450.000 euros en sobornos durante 10 años para ayudar a los fabricantes de medicamentos a obtener pedidos. Por otro lado, el NCS acusó a otro jefe de hospital en la provincia de Yunnan (al sur de China) de haber aceptado 16 millones de Yuanes en sobornos para comprar un equipamiento médico de 15 millones de yuanes.
Otro de los casos de corrupción que saltaron el año pasado fue tras la quiebra del gigante inmobiliario Evergrande. Hui Ka Yan, multimillonario fundador de la empresa, fue detenido a inicios de septiembre del año pasado por la Policía. Según la investigación, a finales de junio Evergrande tenía casi 310.000 millones de dólares en pasivos.
De momento lo único que se sabe es que las autoridades están buscando si Hui guardó activos en el extranjero mientras Evergrande estaba peleando por entregar las viviendas a la gente que ya las tenía pagadas. La otra línea de investigación que están llevando a cabo desde Pekín es saber si el directivo y su equipo recaudaban fondos de manera ilegal a través de sobornos a grandes ejecutivos bancarios a cambio de recibir préstamos de liquidez.
La operación, conocida como Brother Belt, por la afición de Hui a los cinturones de Hermès, pone en el foco a los 20 acreedores más grandes de Evergrande, incluidos bancos estatales y algunos controlados por otros estamentos inferiores del Gobierno.