Economía

¿Por qué las compañías catalanas que cambiaron su sede en 2017 no se plantean retornar?

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La coyuntura política ha convertido en moneda de cambio el retorno de las sedes sociales de empresas que hasta 2017 estaban radicadas en territorio catalán, pero más allá de las negociaciones que condicionan los acuerdos en las Cortes, son contadas las compañías que han dado marcha atrás en su decisión de trasladar su domicilio social fuera de Cataluña.

En público, ninguna empresa ni directivo desean posicionarse, ya sean grandes firmas cotizadas, corporaciones de capital familiar o pymes, pero en conversaciones privadas aparecen argumentos compartidos. Y el principal es que no ven motivos para el retorno.


Actualmente no hay trabas burocráticas para el regreso, que es algo más simbólico que de efectos prácticos: el cambio legislativo que permitió agilizar los movimientos de sede fuera de Cataluña en 2017 también facilita su retorno, ya que solo es necesario el acuerdo en el seno del consejo de administración, sin necesidad de pasar por la junta de accionistas, pero el contexto es muy distinto.

Dar marcha atrás no es perentorio, ya que las organizaciones ya han adaptado su funcionamiento a la nueva realidad


Hace seis años era una maniobra de urgencia ante la celebración de un referéndum y una declaración unilateral de independencia que generaban inseguridad jurídica, pero dar marcha atrás no es perentorio, ya que las organizaciones ya han adaptado su funcionamiento a la nueva realidad, y cualquier decisión descontentará a una parte de los accionistas, los inversores, los proveedores y los clientes.


Ya pagaron más o menos peaje en sus negocios por el primer traslado, y no desean volver a pagarlo por dar el paso en sentido contrario. No tienen nada que ganar, pero sí pueden perder.


Desde luego, la propuesta de introducir cambios legislativos para sancionar a las empresas que no retornen va en sentido contrario a su petición de clima de confianza y seguridad jurídica, y el planteamiento de incentivos fiscales para animar el regreso de sedes tampoco es identificado por los empresarios como palanca que vaya a decantar una decisión. Solo les moverá un marco general que favorezca su actividad.

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