
Todo el mundo ausculta al segundo la economía de EEUU. Ahí está el famoso mantra de que si el país estornuda, los demás se constipan. En los últimos meses, ha sorprendido la fortaleza de la economía estadounidense (el PIB creció un considerable 5,2% en el tercer trimestre) pese al incierto escenario. El gran motor de la primera economía del mundo, los propios consumidores americanos, ha resistido con entereza a una inflación desmedida y a unas severas subidas de los tipos de interés para encauzarla. Algunos economistas llevan tiempo alertando de que detrás de este brillo está la sombra de la recesión, mientras que otros miran los buenos datos macro y siguen apostando por el 'aterrizaje suave' (vuelta de la inflación al redil sin daño económico y sin agujero en el mercado laboral). En la búsqueda de mayor claridad, uno de los mejores termómetros posibles prácticamente en tiempo real, las compras del Black Friday, esconden un preocupante aviso.
Esta alarmante advertencia llega en la forma en la que los americanos han pagado sus compras -especialmente productos electrónicos, smartphones, smartwatchs, televisores, videojuegos, pequeños electrodomésticos y equipos de audio- en la semana consumista por excelencia (Acción de Gracias, Black Friday y Cyber Monday). Aunque los datos de ventas online en EEUU -los de las tiendas físicas tardarán más en llegar- han batido todas las expectativas, un preocupante indicio es que muchos más compradores han optado por una forma de pago que se muestra en auge: el conocido como buy now, pay later (compre ahora y pague después). En plata: los consumidores americanos quieren seguir gastando más y para ello se endeudan.
Pero para entender lo que supone este fenómeno, lo mejor es acudir a la definición del buy now, pay later. "Es una fórmula, en principio, cómoda y atractiva, ya que permite diferir en el tiempo el pago de un producto o servicio, fraccionando el importe en varias cuotas, generalmente sin pagar intereses. Se utiliza con frecuencia en productos que no suponen un importe elevado, como puede ser ropa, cosmética, accesorios para el hogar, dispositivos electrónicos o compras recurrentes en cualquier plataforma de ecommerce", explican desde BBVA Research.
"Este tipo de financiación da la opción de diferir pagos pequeños, cuando los créditos convencionales solo están disponibles a partir de unos cientos de euros. Es precisamente esta cualidad la que hace que los comercios que ofrecen el pago fraccionado aumenten sus ventas considerablemente", añaden desde el departamento de investigación del banco. En el caso de EEUU, los consumidores llevan consigo su calificación crediticia (como una especie de currículum de solvencia a la hora de pedir dinero), y esta fórmula les permite a muchos esquivar esa barrera para seguir gastando.
Según Adobe Analytics, que recopila los datos de ventas online, los consumidores gastaron 5.600 millones de dólares por Acción de Gracias, 9.800 millones por el Black Friday y un récord de 12.400 millones de dólares por el Cyber Monday. Si en las compras online del Black Friday el gasto fue un 7,5% mayor que hace un año, en las del Cyber Monday el porcentaje ha sido del 9,6%. Las estimaciones de Salesforce y Mastercard están en línea con las de Adobe, con las ventas online creciendo un 9% y un 8,5%, respectivamente, durante el Black Friday.
Qué ha cambiado en un año
Una primera lectura es que los consumidores están más dispuestos a gastar que en 2022, cuando los precios de los alimentos y la gasolina eran dolorosamente altos. Otra es que la aún persistente inflación hace a los consumidores querer aprovechar los descuentos y ofertas propios de estos días. Pero la más reveladora llega precisamente con las cifras del buy now, pay later. Según la encuesta de Adobe, 79 millones de dólares de las ventas del Black Friday provinieron de consumidores que optaron por este método de pago flexible, un 47% más que el año pasado y un 72% más que en la semana previa a Acción de Gracias. En el Cyber Monday, el gasto con esta modalidad de pago ascendió hasta los 940 millones, un 42,5% más que el año pasado. Adobe asegura que esta modalidad se usa para compras cada vez más grandes.
Muchos de estos pagos se han producido a través de plataforma como Klarna -muchos habremos visto su ya botón rosa en algunas compras online- o Afterpay, que permiten a los compradores pagar a plazos cada semana o mes. En comparación con el año pasado, Klarna observó un aumento de casi el 30% en los pedidos realizados por compradores estadounidenses el Black Friday de este año en artículos como batidoras, televisores y cafeteras.
"Por un lado, los consumidores están gastando más. Por otro, están endeudándose más", resumen en un boletín los economistas de The Kobeissi Letter. "Parece que el gasto en deuda está enmascarando el dolor que sienten los consumidores. Las cifras de los titulares parecen sólidas a medida que los consumidores continúan gastando y endeudándose más. ¿Cuánto tiempo puede durar esto?", se preguntan.
Según estos analistas, "a medida que el exceso de ahorro en EEUU ha pasado de dos billones de dólares a cero, los estadounidenses dependen de la deuda más que nunca". Los estímulos lanzados durante la pandemia (tanto la Administración Trump como la Administración Biden dieron cheques a los ciudadanos) fomentaron un exceso de ahorro que, junto a la fuerza del mercado laboral tras la pandemia, han mantenido al consumo engrasado pese a los vientos en contra que han venido después. Pero el avance del endeudamiento evidencia que el músculo está perdiendo tono.
Desde UBS GWM, su economista jefe, Paul Donovan, pide cautela ante los datos por venir de las tiendas físicas: "Es necesario tener precaución: si bien EEUU va a la zaga de otras economías desarrolladas en el comercio minorista online, la tendencia a las compras virtuales está aumentando y estos datos pueden canibalizar las ventas físicas".
Mark Luschini, estratega jefe de inversiones de la firma de asesoría financiera Janney Montgomery Scott, asegura que "el mayor uso del buy now, pay later podría ser una señal de que el consumidor está empezando a resquebrajarse". El analista considera que el auge de esta fórmula, junto a los recientes aumentos en la morosidad de las tarjetas de crédito y las cuentas atrasadas en los pagos, es una señal de que algunos consumidores (aquellos con deudas de tarjetas de crédito y préstamos para automóviles) están comenzando a ceder ante las presiones de la economía estadounidense.
En The Kobeisi Letter hacen hincapié en que la deuda contraída con tarjetas de crédito también han impulsado estas compras de pistoletazo de salida a la temporada navideña, dejando una terrible conclusión que representa muy gráficamente lo que está ocurriendo: "En otras palabras, las ofertas que tienen un 20% de descuento se financian con deuda de tarjetas de crédito que tiene una tasa de interés del 30%". "Los consumidores de bajos ingresos están realmente agotados, y entre el 40 y el 50% de la gente del país tiene problemas para llegar a fin de mes", sentencia Michael Landsberg, director ejecutivo de Landsberg Bennett Private Wealth Management, en una entrevista a la CNBC .
Oxford Economics: "El aumento de la carga de la deuda está a punto de pasar factura a la economía"
"El aumento de la carga de la deuda está a punto de pasar factura a la economía. Los consumidores aumentaron los saldos de sus tarjetas de crédito durante el año pasado en la mayor cantidad registrada, según el último Informe Trimestral sobre Deuda y Crédito de los Hogares de la Reserva Federal de Nueva York. El exceso de endeudamiento de los hogares complementó los ahorros para impulsar el gasto de los consumidores este año, particularmente en el tercer trimestre. Pero el impulso del endeudamiento y el ahorro ha quedado ahora en el espejo retrovisor", escribía recientemente en un informe Bob Schwartz, analista de Oxford Economics.
"El exceso de ahorro de los hogares se ha agotado en su mayor parte, especialmente entre los hogares de bajos ingresos, y la creciente deuda está presionando los presupuestos y perjudicando la capacidad de los prestatarios para pagar los préstamos. Las tasas de morosidad están aumentando, sobre todo en las zonas donde vive la gente más pobre, y los costos de endeudamiento de las tarjetas de crédito están aumentando. Mientras tanto, el grifo del crédito se está cerrando tanto para los hogares como para las pequeñas empresas", continuaba Schwartz.
"Dudamos que la reciente fortaleza del consumo se deba a que se estén subestimando los ingresos reales, como algunos han sugerido. Es más probable que los llamados ahorros excedentes se hayan subestimado anteriormente, pero incluso las estimaciones más recientes implican que esos ahorros están casi agotados. Si ese es el caso, entonces el consumo dependerá cada vez más del crecimiento del ingreso. Y el crecimiento de los ingresos ya parece estar desacelerándose y pronosticamos que se debilitará en los próximos meses, lo que provocará una desaceleración del crecimiento del consumo", pronostica Stephen Brown, de Capital Economics.
"El aspecto notable de la creciente tensión en el servicio de la deuda es que se produce en medio de un mercado laboral todavía fuerte y un fuerte crecimiento salarial. Es probable que estas condiciones mantengan a la economía fuera de una recesión, pero los impedimentos para endeudarse, incluidas condiciones crediticias más estrictas, desacelerarán gravemente el crecimiento el próximo año", concluye Schwartz desde Oxford Economics.