
La inflación alimentaria está condicionando los hábitos de consumo de los españoles, sobre todo de alimentos frescos, hasta el punto de que la mitad de los consumidores ha disminuido su volumen de compra para ahorrar, y hacer frente a la inflación, según una reciente encuesta de la principal organización de gran consumo Aecoc.
Los datos avalan esta tesis, puesto que, como revela el informe del Consumo de Alimentación en España en 2022, publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), la comercialización de productos frescos cayó el año pasado un 12,2% en volumen y un 4,6% en valor. Asimismo, entre enero y agosto, según un estudio de la empresa de análisis de consumo Circana, los frescos se encarecieron un 9,1% entre enero y septiembre de este año.
Según el análisis anual del ministerio de Agricultura, en el año 2022 los productos frescos representaron el 37,3% del volumen total de la alimentación adquirida por los hogares. En valor equivalen a una proporción superior; hasta el 40,7% del gasto total, debido al mayor precio medio que tienen este tipo de comestibles. El consumo de alimentos frescos se redujo por encima del promedio del conjunto de alimentación, que lo hizo un 8,8% en volumen y un 0,9% en valor dentro del mercado.
Por su parte, los alimentos considerados no frescos o "alimentación seca", englobados en el "resto de alimentación", fueron responsables del otro 62,7% del volumen y del 59,3% de la facturación. Evolucionaron algo mejor que el tipo de alimentación fresca, pero también se situaron en términos negativos, pues redujeron su volumen en un 6,6 %, aunque consiguieron crecer en valor en torno a un 1,9%.
El informe del Mapa revela también que los alimentos que en 2022 sufrieron un mayor descenso en volumen fueron el azúcar, con un 17,1%, harinas y sémolas, con una variación del 13,6%, y frutos secos, patatas frescas o aceite, con contracciones del 9%, 10,7% y 10,5% respectivamente. Otros productos y categorías que también perdieron intensidad de compra por encima del promedio de la alimentación fueron varios productos frescos como son las carnes y productos cárnicos (12,7%), productos de la pesca (15,6%) y preparados lácteos (14,7%), además de hortalizas y frutas frescas, que tuvieron un descenso a doble dígito que alcanzó el 13,4% y 12,2% de variación, respectivamente, indicó el análisis del Ministerio.
Por su parte, apuntó el panel de consumo de Agricultura, la mayoría de las categorías de la alimentación seca experimentaron una reducción en la demanda inferior al promedio de la alimentación, como ocurrió con el arroz (4,8%), pastas (2,3%) legumbres (5,3%), así como frutas y hortalizas transformadas (7,5 %).
En lo tocante a las alzas de precios de los alimentos, los últimos datos del IPC publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al mes de septiembre reflejaron que la inflación en esta categoría se mantuvo en el 10,5% interanual.
Los alimentos que más se encarecieron fueron aceite de oliva (67%), azúcar (40,5%), patatas (20,5%), arroz (18,5%) productos de confitería (18,2%), zumos de frutas y vegetales (16,5%), confituras y mermeladas (15,5%). Les siguen carne de cerdo (14,4%), cereales de desayuno (14,1%), otras carnes (13,5%), leche entera (13%), legumbres y hortalizas frescas (11,7%), huevos (11,5%), leche desnatada (11,3%) y pescado y mantequilla (11,1%).
Cambio de hábitos
Según los datos del informe El consumidor de productos frescos ante la inflación, elaborado por Aecoc Shopperview en colaboración con MeléndezxFrescos, el 68% de los consumidores españoles ha cambiado sus hábitos de compra ante el aumento de precios de los productos frescos, con un 62% que busca más ofertas y promociones a la hora de llenar su cesta.
El estudio expone también que la mitad de los consumidores ha rebajado su volumen de compra de productos frescos para ahorrar, mientras que el 38% opta por comprar más a granel y un 18% busca productos de menor valor. En relación a cuáles son los principales motivos de compra de productos frescos, el 78% de los encuestados cita el aspecto, que pasa por delante del factor precio, el cual, no obstante, es relevante para el 71% de los consumidores.
"Tal y como sucede en el resto de categorías, los consumidores buscan la manera de ahorrar en su compra de productos frescos para minimizar el incremento de su ticket, lo que afecta a los volúmenes de compra. Aun así, vemos como la calidad sigue siendo un elemento primordial en su compra de frescos, hasta el punto de que, para algunos, pasa por delante del factor precio", remarcó la gerente de estrategia comercial y marketing de Aecoc, Rosario Pedrosa.
Por otra parte, el análisis apunta a los cambios que se están produciendo en la dieta de los consumidores. Así, el 49% de los encuestados afirma que ha reducido su consumo de proteína animal y que ahora come más frutas, hortalizas y legumbres. Además, el 12% de los consumidores se identifica como vegetariano, vegano o flexitariano. A pesar del mayor peso de la salud en la dieta de los consumidores, el 80% afirma que busca variedad para no aburrirse en sus comidas y la mitad incluso prioriza que los platos sean sabrosos a que sean sanos.
Finalmente, el informe también muestra cómo el consumidor cada vez valora más el factor sostenible en su compra de frescos, priorizando la compra de productos de proximidad, con una producción respetuosa con el medio ambiente y con sello de bienestar animal.