
La invasión militar rusa de Ucrania supuso un cambio de paradigma para la Unión Europea. Con la guerra a sus puertas, la idea de un proyecto de paz que surgió de la Segunda Guerra Mundial empezó a valorar la necesidad de destinar partidas económicas al sector de defensa. No es que la visión comercial y agrícola que pone cimientos al bloque se ponga en entredicho, sino que a nueva geopolítica mundial exige a los Veintisiete estar preparado y alerta.
Si hay un ala del bloque que haya acusado más en esta tendencia han sido Polonia y los países Bálticos. Con la amenaza rusa en sus fronteras, desde febrero de 2021, estos países son los que más necesario vieron incrementar sus partidas en defensa. No para destinar a Ucrania, el que se articuló como principal objetivo de los restantes Estados miembros, sino para erigir un poder armamentístico en sus lindes y defenderse de la amenaza exterior.
Si los países de la Alianza Atlántica dispusieron destinar un mínimo del 2% del Producto Interior Bruto a defensa, algunos miembros optaron por elevar tal ambición. No es casualidad que Grecia vehiculara, en 2022, un 3,54% del PIB, convirtiéndose en el Estado miembro que más invierte en este segmento, seguido de Lituania, con un 2,47%, Polonia, con un 2,42%, Estonia, con un 2,12% y Letonia un 2,07%, según las cifras que refleja la OTAN.
Por establecer una comparativa, el presupuesto que destina Estados Unidos a defensa supuso en 2022 el 3,46% del PIB, por debajo del de Grecia. En el caso de Reino Unido, supone un 2,16% , Francia un 1,89%, Alemania un 1,51% e Italia el 1,49%%. Lo que resuelve que pese a los insistentes mensajes de la OTAN que enfatizan lo necesario del incrementar el gasto en defensa, el grueso de sus miembros están aún lejos de tal cifra.
Con un 1,09% sobre el PIB, España es uno de los países de la OTAN que menos proporción pone en defensa, solo superado por el 0,62% de Luxemburgo y cerca del 1,18% de Bélgica el pasado ejercicio. Como referencia extracomunitaria, Canadá rozó el 1,3% del PIB el pasado año. Así que solamente siete de la treintena de miembros de la OTAN llegan a ese umbral del 2% del PIB dedicado a defensa.
Según un informe del Instituto Internacional de la Paz de Estocolmo del pasado abril, el gasto en defensa en Europa central y occidental en 2022 alcanzó los mismos niveles que durante el último año de la guerra fría, con 326.000 millones de euros. El gasto militar mundial aumentó un 3,7% en 2022, hasta alcanzar un nuevo máximo de 2,12 billones de euros.
Pero cabe esperar que sean China, Rusia y Estados Unidos quienes más han aumentado las partidas a este segmento durante 2022. Y es que conjuntamente concentran el 56%de los recursos mundiales. Concretamente, según las estimaciones de la institución sueca, el gasto militar de Moscú aumentó un 9,2% en 2022, hasta los cerca de 82.000 millones de euros, que supone más del 4% del Producto Interior Bruto del país.
China siguió siendo el segundo país con mayor gasto militar del mundo en 2022, asignando a esta partida unos 276.500 millones de euros. Una cifra que supone un repunte del 4,2% respecto a 2021, considerando que el gasto militar de China lleva aumentado 28 años consecutivos. Por su parte, Estados Unidos lidera el gasto en defensa a nivel mundial, con unos 830.500 millones de euros en 2022. Una cifra que concentra el 39% de los recursos destinados a tal fin a nivel mundial y que triplica la inversión del gigante asiático
La diatriba comunitaria
El proyecto de paz europeo no perdió su cariz, todo pese a que la UE movilizó 18.000 millones de euros en ayuda macrofinanciera a Ucrania para que Kiev pueda seguir sufragando los sueldos y puedan seguir funcionando los servicios públicos en medio de la guerra. Pero más allá de eso, el refuerzo militar del país ha devenido en una propuesta del Alto Representante de la UE, Josep Borrell, curiosamente llamada Fondo Europeo para la Paz. Estaría dotado de 20.000 millones de euros a lo largo de cuatro años y se destinaría a seguir cofinanciando armamento para Ucrania y garantizar así el apoyo a más largo plazo.
Ucrania se ha convertido en polémica también en lo relativo al presupuesto comunitario. Y es que el pasado junio la Comisión Europea propuso aumentar el marco financiero plurianual de 2021 a 2027 en 100.000 millones de euros. La mitad de esta partida, tal y como planteó Bruselas, iría a parar a ayuda al Mecanismo de Ayuda a Ucrania entre 2024 y 2027 en subvenciones y préstamos. Una propuesta que no es que terminara de caer del todo bien a Hungría.
El planteamiento de Bruselas recibió en septiembre el respaldo del Parlamento Europeo. Una negociación en la que los eurodiputados demandaron aumentar en 625 millones de euros el Fondo Europeo de Defensa y destinar 45 millones de euros adicionales a movilización militar. Deben apoyar ahora esta postura los Veintisiete.
Excepción en defensa
Con la vuelta a las reglas fiscales en el 2024, los ministros negocian si abrir la puerta a que compute como atenuante el gasto en defensa en circunstancias excepcionales. Algo especialmente clave, tras la invasión militar rusa de Ucrania.
Pese a que los intereses en defensa suelen enraizar con la postura Francia, en este caso es Italia el principal defensor de tal propuesta. Lo recordó el ministro de Finanzas italiano, Giancarlo Giorgetti, en el Ecofin de la semana pasada en el que abogó por "una consolidación gradual y sostenible" que incluya "inversiones públicas y gastos como la defensa como objetivos políticos estratégicos".
Ucrania récord en aumento del gasto en defensa
Ucrania registró el mayor incremento de la historia en gasto militar de un país en un año, según el Instituto Internacional de la Paz de Estocolmo. Fue el estado que más aumentó su gasto en defensa el pasado año, con un alza del 640% llegó a los casi 42.000 millones de euros. Según el mismo informe, Alemania destinó unos 53.000 millones de euros en 2022, seguido por Francia con 50.000 millones de euros. Italia, por su parte gastó en defensa algo más de 31.000 millones de euros mientras España no llegó a superar los 20.000 millones de euros. Todas estas cifras han sido rebasadas por Reino Unido, cuya partida de defensa llegó a los casi 65.000 millones de euros el pasado ejercicio. El gasto militar de Japón aumentó un 5,9% entre 2021 y 2022, hasta los 43.500 millones de euros. Fue el nivel más alto de gasto militar japonés desde 1960.