
¿Hay un desajuste entre lo que requieren las empresas europeas y la formación de los trabajadores? Según la última Encuesta sobre la inversión que realiza el Banco Europeo de Inversiones (BEI), el 81% de firmas europeas se enfrenta a esa brecha en un contexto de mayor dificultad para acceder a la financiación. "Hay que resolver el problema de la escasez de personal cualificado", señala la economista jefa del BEI, Debora Revoltella.
El problema de las vacantes laborales, un desajuste entre la oferta y la demanda que deja puestos sin cubrir, se ha puesto sobre el tablero especialmente este año. Si España combina la mayor tasa de paro de la zona euro con la menor tasa de vacantes, es decir, el que menos oportunidades ofrece a los desempleados en el euro, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre que analizó este medio.
En España los empresarios han insistido en este problema como un desajuste por formación, publicando informes recurrentes con datos en línea con el del BEI. Por ejemplo, la patronal de la pequeña empresa Cepyme reveló que siete de cada diez pymes encontraba dificultades para contratar. Por su parte, los sindicatos siempre han defendido que la clave de estas barreras de contratación está en las condiciones salariales ofertadas.
Revoltella, considera que "el mayor reto al que nos enfrentamos tiene que ver con la competitividad de las empresas de la UE y requiere inversión constante. Resulta fundamental maximizar el rendimiento de las inversiones digitales, reducir el consumo de energía y mejorar la eficiencia".
Financiación e inversión
"Las empresas europeas afrontan dificultades en un contexto de acuciantes necesidades de inversión y de condiciones de financiación cada vez más estrictas en toda la región", destaca el BEI en las conclusiones. Los tipos de interés han subido 450 puntos básicos a un ritmo histórico y están en niveles de 2001. Además, sobre la mesa no se descartan nuevos incrementos por parte del Banco Central Europeo (BCE), aunque cada vez hay más voces que plantean la pausa.
Pese a la incertidumbre imperante, las 13.000 empresas entrevistadas por el Banco a mediados de 2023 revelan que, hasta la fecha, la inversión empresarial ha mantenido su resiliencia en toda la Unión Europea. La proporción de empresas de la UE que ha invertido en el último año ha recuperado los niveles prepandemia, y se ha observado un aumento adicional de la inversión por empleado. Este resultado positivo se debe a que las empresas han reconocido la necesidad urgente de una transformación estructural y a las reservas acumuladas en los últimos años.
Aproximadamente un 80% de las empresas de la UE registró beneficios en el último ejercicio, lo que hizo que la proporción de empresas rentables recuperase los niveles previos a la pandemia. Además, el apoyo mediante políticas y las subvenciones públicas han contribuido a la inversión, con unas transferencias de capital del sector público al privado cercanas, en promedio, al 2% del producto interior bruto (PIB) por tercer año consecutivo. Sin embargo, a medida que se reduce la ayuda financiera se agravan las consecuencias del endurecimiento de las condiciones de financiación.
"A medida que las empresas vayan agotando sus reservas financieras, se verán obligadas a buscar fondos en el exterior. En ese momento, sentirán el impacto de un crédito más caro", pronostica el informe del BEI. Las perspectivas de las empresas sobre el clima político y económico también se están volviendo negativas, y cada vez más empresas de la UE esperan que se deteriore en los próximos 12 meses. El endurecimiento de las condiciones financieras está afectando especialmente a la innovación: aquellas firmas más innovadoras, y por tanto más arriesgadas, se enfrentan a algunas de las condiciones más duras.