Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se emplazaron ayer a tener un Gobierno formado antes de final de mes. Así comenzó el presidente en funciones su ronda de contactos, recibiendo a la vicepresidenta segunda y responsable de Trabajo para cerrar su apoyo y organizar una estrategia de consultas con los partidos catalanes, que son los que tienen la llave de La Moncloa. Sánchez y Díaz lo saben, y no habrá impedimento para la amnistía en las negociaciones, pero la vicepresidenta ha pedido a Sánchez seguir trabajando en el avance de materias sociales y laborales.
Así se ha referido el secretario de Estado de Derechos Sociales en funciones y responsable del equipo negociador de Sumar, Nacho Álvarez, confirmando que existen "discrepancias" y "diferencias importantes" sobre el impulso de los avances en material social y laboral que exigen para reeditar el Gobierno de coalición.
"Nosotros venimos hablando con el Partido Socialista en esta y en todas las reuniones del conjunto de la agenda", ha admitido Álvarez, a la pregunta expresa de si este asunto se había tratado en la entrevista de este miércoles.
En sus declaraciones en el Congreso, Álvarez ha enfatizado que Sumar solo considera la posibilidad de llegar a un acuerdo con el PSOE. Sin embargo, subraya que no es suficiente tener simplemente "cualquier Gobierno". En su lugar, aboga por ser "ambiciosos" y avanzar aún más en cuestiones relacionadas con los derechos sociales y laborales. Álvarez ha señalado que en esta nueva legislatura no se puede permitir que el Gobierno funcione a un ritmo lento.
Álvarez reconoce que se ha hablado sobre la posibilidad de una amnistía, pero destaca que, además de alcanzar un acuerdo en cuestiones territoriales, es necesario avanzar en la promoción de los derechos mencionados para lograr un nuevo pacto de Gobierno con el PSOE.
Cuando se le preguntó por qué el PSOE evita utilizar la palabra "amnistía", Álvarez respondió que no se involucrará en la discusión sobre los términos que otras fuerzas políticas utilizan para referirse a la agenda que tienen por delante. Además, insistió en la importancia de concentrar esfuerzos tanto en los avances territoriales como en los asuntos sociales.
Gobierno antes de noviembre
Entre las diferencias que aún persisten con los socialistas, Sumar ha enfatizado la importancia de que el acuerdo contemple la aprobación de un nuevo Estatuto del Trabajo para el "siglo XXI", que regule cuestiones como el despido, la reducción de la jornada laboral, la implementación de permisos retribuidos para promover la conciliación (dentro de una Ley de Cuidados) y el fortalecimiento del derecho al acceso a una vivienda asequible, entre otros temas relevantes.
Álvarez ha destacado que todas estas cuestiones siguen pendientes, pero ha subrayado que Sumar no negocia estableciendo líneas fijas. "A día de hoy, aún no hemos llegado a un acuerdo en temas tan cruciales para la vida de las personas", ha señalado, expresando su confianza en lograr dicho acuerdo a lo largo del mes.
Dentro de la coalición, rechazan la idea de que la aritmética parlamentaria, en la que fuerzas conservadoras como Junts y el PNV son clave para la mayoría en el Congreso, sea una excusa para no implementar un programa de gobierno ambicioso desde una perspectiva progresista. Por lo tanto, defienden la necesidad de articular un acuerdo audaz y con medidas concretas, similar a lo que ocurrió en 2019.
Rechazo al referéndum
Por su parte, desde el PSOE, la portavoz de la formación, Pilar Alegría, ha sido clara en su rechazo a la celebración de un referéndum de autodeterminación, otra de las condiciones que ponen ERC y Junts para apoyar al PSOE, unos votos decisivos para lograr la mayoría necesaria.
"Sobre el referéndum tenemos la misma opinión que tienen la mayoría de los catalanes y la mayoría de los ciudadanos de este país", que ha quedado reflejada en distintas encuestas, la última de ellas del CIS, según ha mencionado. Así, ha abogado por seguir un camino que permita mejorar la convivencia y evitar "la confrontación y la ruptura" que se vivió en 2017 durante el proceso independentista. "No tengo ninguna duda de que nadie quiere volver ahí", ha subrayado.
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