El mercado inmobiliario chino no acaba de despegar. El gigante asiático está sumido en una enorme crisis y el Gobierno no consigue encontrar una solución para reavivar la compra de vivienda particular.
Tal es así que, tras un leve repunte a inicios de septiembre, la venta de propiedades por superficie en las 19 principales ciudades del país cayó casi un 30% hace dos semanas, según los datos de la empresa de análisis macroeconómico iFinD.
Los expertos de esta compañía aseguran que esta caída supone "la mayor desde el 6 de agosto". Además es un duro golpe, ya que en la semana del 4 de septiembre parecía que la esperanza se había recompuesto en el inmobiliario chino y en las medidas del Gobierno, ya que las ventas habían crecido un 10,8%. Es cierto que estos datos también cuentan las propiedades comerciales, pero las viviendas residenciales supusieron cerca del 90% de las ventas de propiedades del país en los siete primeros meses del año, según los datos emitidos por la Oficina Nacional de Estadística.
Pero el mes pasado se podría calificar de "desastroso". Las ventas de vivienda en China cayeron por tercer mes consecutivo, hasta el punto de que el valor de venta en las 100 principales compañías de bienes raíces cayó un 33,9% con respecto al mismo mes de 2022. Al mismo tiempo, según los datos preliminares emitidos por China Real Estate Information, las ventas cayeron un 1,3% mes a mes.
Este deterioro en el inmobiliario se está produciendo incluso bajo el paraguas de las medidas de flexibilización a la compra que están llevando a cabo las administraciones locales y estatales de China.
Las principales ciudades del país (Pekín, Shanghai, Guangzhou y Shenzhen, entre otras) suspendieron los límites de compra de vivienda en sus términos municipales, permitiendo que accediesen más compradores al mercado.
Al mismo tiempo, el Banco Popular de China y la Administración Nacional de Regulación Financiera anunciaron, a comienzos del mes de septiembre, que reducirían las tasas para las hipotecas ya concedidas y también bonificarían los requisitos para el pago de la entrada.
Así, estas medidas dicen que para las tasas hipotecarias en la primera vivienda se establece un suelo que se calcula tomando el tipo referencial y se le restan 20 puntos básicos. Por tanto, de media las tasas hipotecarias descenderán 80 puntos básicos, según el Banco Popular de China. Los economistas de Bloomberg, Chang Shu y David Qu aseguran en un análisis que aplicando estas medidas a un stock de hipotecas en torno a los 5 billones de euros a finales de junio, "calculamos que los pagos hipotecarios anuales totales podrían disminuir en 42.600 millones de dólares (39.947 millones de euros), aumentando el poder adquisitivo alrededor del 0,24% del PIB"
Es cierto que ha habido una pequeña mejoría tras la aplicación de estas medidas. De las 70 ciudades, 52 comunicaron una caída de los precios en agosto. Los precios medios de las viviendas cayeron un 0,55% con respecto al año anterior, frente al 0,57% de julio.
Los expertos aseguran que, en sí, esto "no es mucho" pero anticipan que este estímulo proporcionará un aumento "alrededor de un punto porcentual al crecimiento del PIB en 2023 y de 1,1 puntos porcentuales al crecimiento de 2024".
Recuperación frágil
Lo cierto es que la economía de China está dando pequeñas señales de recuperación pero no está fuera de peligro.
La crisis inmobiliaria se prolonga en el tiempo, la caída de las exportaciones y la división comercial en bloques, que ha hecho que se enfríen sus relaciones con Occidente, son algunos de los desafíos a los que se enfrenta Pekín a corto plazo.
El jefe de economía de China de Capital Economics, Julian Evans, aseguró que estas medidas destinadas a incentivar la compra de vivienda "no son suficientes".
Los datos publicados el viernes por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) reflejaron una pequeña mejoría en el consumo y la producción de las fábricas durante el mes de agosto, así como una nueva bajada en la tasa de desempleo.
En concreto, las ventas minoristas crecieron un 4,6% interanual, frente al 2,5% que experimentaron en julio. Al mismo tiempo, la producción fabril se expandió un 4,5% con respecto a agosto de 2022, frente al 3,7% del mes anterior.
En cuanto al desempleo, la tasa cayó un 5,2% interanual, desde el 5,2% de julio. En cuanto al desempleo juvenil, la ONE dejó de publicar estadísticas. Esta es una tasa que levantó la atención a nivel internacional ya que llegó a superar el 20%. El argumento oficial es que "querían hacer algunas mejoras al método de recogida de los datos".
Con todo, la economía China mostró signos de enfriamiento durante el segundo trimestre del año. Según los datos de la OCDE, el PIB del gigante asiático se expandió un 0,8% entre abril y junio, frente al crecimiento del 2,2% registrado a comienzos de año. Esta tasa estuvo motivada por la recuperación de la actividad tras el levantamiento de la política de Covid cero, que establecía duros confinamientos en las regiones en las que aumentaban los casos.
Pero lo que sucedió en el segundo trimestre es que el consumo se contrajo después del aluvión que se produjo a inicios de año, y las exportaciones se desplomaron.