
Para el segundo tercio de 2023, la morosidad en las facturas de ventas a plazo (IMFVP) sufrió su quinto aumento interanual consecutivo. El índice actual es el más alto desde diciembre de 2020, con 53,6 puntos, aunque sigue lejos de los registros de los años anteriores, en los que la media entre 2014 y 2019 se situó en una media de 100, según el último Observatorio de Morosidad de Cepyme, correspondiente al segundo trimestre de 2023.
Los cuatro principales sectores económicos muestran la misma secuencia que la media general, con cinco incrementos interanuales consecutivos en sus respectivos IMFVP. En los servicios, la industria y el sector agroalimentario, el nivel de morosidad en las ventas a plazo del segundo trimestre de 2023 es también el mayor desde 2020. En la construcción, en cambio, el IMFVP, aunque es mayor que el de hace un año, ha retrocedido un poco desde el máximo alcanzado al final de 2022.
"Esa tasa de morosidad es convertida en un índice base 2014-2019 = 100. El período elegido como base puede considerarse como de una situación relativamente "normal" en lo referido a la morosidad empresarial. Por lo tanto, un índice superior a 100 sugiere una morosidad en las ventas a plazo mayor a la 'normal' y viceversa", apuntan desde Cepyme.
La industria ha sido durante los últimos cuatro trimestres el sector que sufrió los mayores incrementos interanuales, un 55,3%. El aumento más moderado se ha vivido en el sector agroalimentario (21,3%). A pesar de ello, es el sector industrial el que mejor situación relativa presenta respecto a la morosidad en las ventas a plazo cuando se compara con su propia evolución histórica: frente a una media de 100 para el período 2014-2019, el IMFVP de la industria del segundo trimestre fue 39. Eso conlleva una diferencia a favor de casi diez puntos frente al sector agroalimentario (48,3) y todavía más en comparación con los servicios (59,6) y la construcción (55,7).
16 de 19 sectores aumentan
De las 19 ramas de actividad consideradas, 16 tuvieron un aumento interanual en su correspondiente IMFVP. Las excepciones fueron las ramas de electricidad, gas y agua; venta de vehículos de motor y, por segundo trimestre consecutivo, la de transporte. Los tres mayores incrementos correspondieron al comercio minorista, maquinaria y equipo eléctrico y fabricación de productos plásticos.
"Otro análisis útil es comparar entre sí los IMFVP de cada rama de actividad. Para ello, se asigna un valor de 100 al total general, por lo que también puede saberse la situación relativa de cada rama con relación a la media general", apuntan desde la patronal.
Los mayores IMFVP se encuentran, una vez más, en la construcción (150,9 puntos) y materiales de construcción (132,8), que son las únicas ramas que superan en más de un 30% la media nacional. El tercer IMFVP más elevado corresponde a la rama siderometalúrgica (122,3).
En el extremo opuesto hay tres actividades cuya morosidad en las ventas a plazo es más de un 45% inferior a la media general: electricidad, gas y agua (40,2 puntos), venta de vehículos (47) y otros servicios (53,2).
Reducción en cuatro regiones
En el segundo trimestre, el IMFVP se incrementó en 13 comunidades autónomas en términos interanuales, así como también en Ceuta y Melilla.
Los incrementos de mayor magnitud se registraron en País Vasco, Cantabria y Comunidad Valenciana, que también fueron las únicas tres regiones en donde el IMFVP se más que duplicó. El incremento más suave correspondió a Galicia (11,2%), en tanto que las cuatro autonomías que presentaron un descenso de su respectivo IMFVP fueron Extremadura (31% interanual), Baleares (23,8%), Madrid (8%) y Asturias (7,6%).
Analizando la situación del IMFVP de cada autonomía con sus propios datos históricos, se observa que el País Vasco es la autonomía que está en peor situación: frente a un índice medio de 100 entre 2014 y 2019, ahora está en 90,4. Esto implica que todas las autonomías registran una menor morosidad en las ventas a plazo que en la media de aquellos años. Le siguen, muy de cerca, Baleares, con un IMFVP de 90,1 y Cantabria, con un índice de 79,4. En la situación contraria se colocan Murcia (28,8), Castilla y León (31,6) y Asturias (33,9).
Repitiendo el procedimiento de asignar un valor de 100 a la media nacional para poder comparar el IMFVP de las diferentes autonomías entre sí, se encuentran tres comunidades en donde el mismo supera en al menos un 30% el promedio del conjunto de España. Son los casos de Andalucía (143,6 puntos), País Vasco (131,8) y Canarias (129,9).
En la situación opuesta destaca, del mismo modo que en los cinco trimestres anteriores, Navarra, con un índice de 38,3. Por detrás, las regiones con menor morosidad en las ventas a plazo son Aragón (57,6) y Asturias (64,1).