El enfriamiento de los precios el pasado mes de junio no hizo mella en la carrera salarial en la que las empresas españolas se hayan inmersas para lograr fichar trabajadores. Los sueldos ofertados en las vacantes de empleo se dispararon un 5,95% interanual. Un incremento que se sitúa por primera vez como el más elevado de la zona euro, batiendo por dos centésimas al registrado en Alemania. Pero también, por casi nueve décimas, al de Estados Unidos.
El dato es especialmente sorprendente porque se produce en el primer país de la zona euro que logró reducir la inflación por debajo del umbral del 2%. Además, por primera vez en casi dos años, los salarios de las ofertas de trabajo se alinean con la inflación subyacente, también en el 5,9%. Esto implica que los candidatos que se incorporen a un nuevo empleo en España serán los primeros que logren una ganancia de poder adquisitivo real entre los de las grandes economías de la eurozona, según revelan los últimos datos del 'Indeed Wage Tracker'.
Se trata de un modelo de análisis que utiliza los datos recopilados por Indeed, el mayor metabuscador de ofertas del mundo. Su metodología, diseñada por un equipo encabezado por Pawel Adrjan y que ha contado con la colaboración, entre otros, del jefe de Investigación de Banco de Irlanda, Reamonn Lydon, ha sido revelado como uno de los más fiables para analizar una de las claves que, según los bancos centrales, más presionan en la inflación en un mercado laboral sobrecalentado: la obligación de subir sueldos para poder contratar.
La evolución de los salarios ofertados en la zona euro y Estados Unidos apunta a que el reajuste de oferta y demanda en el mercado laboral avanza, pero más lento de lo que le gustaría al BCE y la Fed, lo cual no termina de despejar el temor a nuevas subidas de tipos para contener los precios.
Un misterio 'marca España'
Pero si nos guiamos por este enfoque, lo que está ocurriendo en España no tiene sentido: aunque los tipos suban y los precios se moderen, los sueldos no solo no lo hacen, sino que se están acelerando. Un comportamiento como este solo se puede explicar por los problemas para contratar. No en balde, el español es el mercado laboral europeo más afectado por el envejecimiento de su mano de obra. En este sentido, España se convierte en la señal más clara de que la ecuación que vincula subida de tipos con enfriamiento del mercado laboral no se está cumpliendo.
Los datos de salarios ofertados parecen apuntalar la tesis de que en determinados sectores intensivos en mano de obra se está produciendo un desencaje entre demanda y oferta de empleo que se está convirtiendo en una fuente de tensión salarial, a pesar de que España tiene una tasa de paro que supera el 13%. Un fenómeno que la famosa curva de Beveridge, que relaciona vacantes y tasa de paro, sigue sin detectar, al menos según las estadísticas convencionales publicadas en nuestro país.
Además, las ofertas para fichar a nuevos trabajadore siguen marcando distancia con lo que dictan los convenios colectivos. Así, un trabajador que se incorpore ahora obtendría una ganancia de poder adquisitivo potencial que se sitúa dos puntos por encima de la de los que ya estén trabajando en empresas con sueldos ligados a los convenios que fijan la revalorización en el 4%, que recomienda para 2023 el Acuerdo de Negociación Colectiva alcanzado por patronal y sindicatos.
Se trata de una evolución especialmente sorprendente si tenemos en cuenta que hace un año, España estaba a la cola de las grandes economías europeas en subidas en las ofertas de empleo. De hecho, entre mayo y junio, el incremento salarial se ha moderado en toda la zona euro salvo en nuestro país, donde en un mes se ha acelerado casi un punto porcentual.
Una explicación al acelerón de junio puede estar en los empleos de temporada. La necesidad de hacer contratos temporales en hostelería y turismo puede haber obligado a las empresas a mejorar sus ofertas ante el desinterés de los trabajadores. Sin embargo, en la otra gran economía turística de la zona euro, Italia, la subida salarial se ha desacelerado en seis décimas y apenas anota un 0,97%.
En cualquier caso, tampoco en el resto de la Unión Europea la situación económica está desanimando la subida de salarios con la velocidad esperada por el BCE. Aunque Alemania ha desacelerado los incrementos desde los picos registrados a mediados en otoño, se mantienen muy por encima de los niveles de hace un año. De hecho, solo Italia e Irlanda han reducido el nivel de incremento salarial de hace un año.
Por encima de EEUU
Esta ortodoxia parece cumplirse con mayor rigor en Estados Unidos, donde la mejora salarial detectada en las ofertas se ha reducido más de tres puntos respecto a hace un año, hasta el 5,1%. Con ello, por primera vez, también se ha visto rebasado por España.
Sin embargo, la cosa cambia con Reino Unido, el único país analizado cuya evolución salarial sigue superando a la española. Los paralelismos entre ambos países son obvios: el endurecimiento de la política monetaria británica y el descenso de las vacantes no se ha visto acompañado por un enfriamiento de salarios ofertados. De hecho, se han recalentado.
En el informe de mayo, los investigadores de Indeed ya apuntan a una serie de claves que añaden aún más semejanzas entre ambos países (aunque la subida en España sigue siendo inferior en punto y medio). Y es que consideran que los recientes acuerdos salariales en el sector público, un "aumento sustancial" del salario mínimo y las demandas de los trabajadores, están detrás de esta presión alcista en los sueldos.
Si esto se aplica en España, la evolución de los sueldos en las ofertas puede convertirse en un quebradero de cabeza para la negociación colectiva. Los convenios vigentes hasta mayo recogen una subida media del 3,26%, la misma que en mayo. Aunque los firmados en 2023 alcanzan una cota del 4,28%, dos décimas por encima de lo pactado en el AENC, pero que también se mantienen 'congelados' respecto a mayo.