
La Unión Europea y Mercosur todavía siguen dando vueltas al acuerdo de libre comercio. Estos bloques económicos a ambos lados del Atlántico continúan trabajando en una reformulación de un acuerdo que se firmó hace dos décadas pero que nunca fue ratificado.
La última actualización la dio el presidente de Brasil, Luíz Inácio Lula da Silva, que tras su viaje a Bruselas para la cumbre de la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) aseguró que Mercosur va a hacer llegar su carta a la UE "en dos o tres semanas" como respuesta a la carta adicional al acuerdo que los Ventisiete trasladaron.
Parte de esta iniciativa, según pudieron confirmar fuentes diplomáticas europeas a elEconomista.es, viene dada de los países más disidentes hacia este acuerdo, sobre todo Francia. La Asamblea gala votó en contra de este acuerdo en abril (218 votos a favor y 58 en contra) argumentando que "no respetan la normativa sanitaria europea en materia agraria, así como las medidas ambientales y climáticas". El embajador de Brasil en España, Orlando Leite Ribeiro explicó en una entrevista a este periódico que la reticencia de Francia "es por la cuota de exportación de carne vacuna". Ante esto, Lula reiteró que igual que los galos quieren defender "con uñas y dientes" su agricultura y ganadería, Brasil desea hacer lo propio. "La riqueza de la negociación es que alguien tiene que ceder", sostuvo.
En su intervención, el dirigente brasileño también afeó la actitud de la UE en esa misiva, asegurando que fue una carta "agresiva" e insistiendo en que los socios estratégicos "no discuten con amenazas, sino con propuestas". Por ese motivo, recalcó que la conclusión del acuerdo "es una prioridad" pero debe estar basado "en la confianza mutua, no en amenazas", insistió.
A lo que el presidente se refiere es que la Comisión Europea presentó a Mercosur en marzo una carta en al que proponían un mecanismo que la UE quiere añadir al acuerdo ratificado en 2019 con el que pretendían salvaguardar la sostenibilidad, sobre todo con el foco puesto en proteger la Amazonía de la deforestación. Unas medidas a las que Brasil y Argentina (los grandes de Mercosur) se negaron en rotundo.
En este sentido, Lula dejó claro que los países europeos "no pueden dar lecciones a Brasil en materia medioambiental" ya que el país tiene un firme compromiso con la protección de la Amazonía, al margen de cualquier acuerdo internacional que hagan. "No necesito que la UE, Estados Unidos o China nos lo diga", sentenció el dirigente. Es cierto que esta petición se hizo en tiempos de Bolsonaro, reconocido negacionista del cambio climático. Durante su mandato, la deforestación del Amazonas creció un 150% hasta diciembre de 2022 con respecto al año anterior, según los datos analizados por el Sistema de Detección de la Deforestación en Tiempo Real (DETER, por sus siglas en inglés).
Brasil está ahora en la presidencia Pro Tempore de Mercosur, que justamente coincide con la presidencia de España del Consejo Europeo, y ambos países quieren aprovechar esto para sacar adelante el acuerdo, hasta el punto que Sánchez y Lula prometieron que de esta cumbre saldría el acuerdo, cosa que no pasó. En este sentido, Lula aseguró ante los mandatarios europeos que lo que quieren es "asegurar una relación comercial justa, sustantiva e incisiva".