
La estrategia del Gobierno de mantener con vida el Fondo de Reserva de la Seguridad Social con un método de financiación completamente diferente de como se creó, es profundamente ineficiente. Recordemos que el Fondo de Reserva se crea casi de la misma forma que todos los fondos soberanos que existen: acumular los superávits sean fiscales o comerciales, para que sean gestionados financieramente y obtener una rentabilidad consistente a largo plazo que, o bien se retroalimente, o bien sirva para financiar inversiones o gastos públicos.
Sin embargo, desde 2011 la caja de la Seguridad Social arroja déficits persistentes. Hasta 2017 los déficits presupuestarios se cubrieron con disposiciones del Fondo de Reserva hasta prácticamente dejarlo vacío (sólo con los excedentes de las mutuas), con un total cubierto de 74.437 millones de euros. Desde el momento en que el Fondo se agotó, la Seguridad Social empezó a financiarse con deuda. En 2016 la deuda según PDE era de 17.173 millones, prácticamente la misma cifra que diez años antes. A partir de 2017, el ritmo de subida ha sido exponencial hasta situarse en 106.172 millones en el primer trimestre de 2023.
Incluso con la retirada de los gastos impropios que han pasado a financiarse con los Presupuestos Generales y las transferencias directas que recibe la caja, procedentes de los impuestos generales, la Seguridad Social sigue arrojando déficit. En términos contributivos, la estimación para 2023 es de un déficit de 26.000 millones. Con lo cual, nuevas figuras impositivas sobre los salarios o un recargo sobre la cotización ya existente como es el caso del MEI (0,6% sobre la base de cotización) debería ir destinado a cerrar cuanto antes el déficit presupuestario y, si las previsiones de ingresos y gastos fueran más favorables a futuro, volver a dotar el Fondo de Reserva.
Pero la realidad es totalmente opuesta. Por un lado, el Gobierno aparta los ingresos del MEI en el Fondo de Reserva mientras la caja está en déficit y hay que endeudarse. ¿Qué sentido económico tiene endeudarse incrementalmente teniendo los ingresos del MEI guardados? Salvo que la Seguridad Social fuera capaz de obtener una tasa de rentabilidad superior al 4% anual (más que el rendimiento de un bono europeo AAA actualmente). Pero tampoco estamos en esa tesitura.
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