
El continente americano está viviendo un momento de claroscuros económicos. La inflación asfixia a Iberoamérica y los Estados Unidos están sumidos en una debacle muy intensa con su deuda, ya que la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, advirtió que si el país no elevaba su techo de deuda (actualmente fijado en 31,4 billones de dólares, 28,6 billones de euros), incurriría al impago de sus obligaciones y el país quedaría en lo que denominan los expertos un default.
En lo que respecta a la inflación, Iberoamérica es una de las regiones más afectadas por la subida de los precios. Según los datos del Fondo Monetario Internacional, Argentina es el país más afectado por la subida del IPC. En concreto, el país del río de la Plata pasó de registrar un 42% en el año 2020 a cerrar 2022 con un IPC del 72,4%, y las previsiones para este año es que se sitúe en la friolera del 98,6%. Ya para 2024, si todo sale según lo previsto, conseguirán moderar los precios hasta el 60,1%.
Colombia es otro ejemplo de una inflación disparada. A pesar de que está muy lejos de Argentina, el país andino pasó de tener una inflación del 2,5% en 2020, plena pandemia, a registrar el año pasado un 10,2% de expansión del IPC. El FMI prevé que Colombia no vaya a ser capaz de frenar la escalada de precios este año y cierre el ejercicio en el 10,9%. Pero para el 2024, los economistas prevén que consiga moderarlos hasta el 5,4%.
En el caso de Brasil, los precios pasaron de registrar una expansión del 3,2% en el 2020 a un 9,3% el año pasado. La primera potencia de Iberoamérica está conteniendo bien los precios y el FMI espera que este año el IPC del país amazónico acabe en el entorno del 5% pero se enquistará en el 2024 (4,8%).
No en cambio, parece que hay buenas noticias para el continente americano. El Director Interino del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, Nigel Chalk, aseguró en la presentación del reporte económico mensual de abril sobre dicha región que, en líneas generales, ha demostrado "ser muy resistente" ante los impactos económicos de los últimos años. En concreto se refiere a la pandemia y la guerra de Ucrania. El directivo aseguró que el crecimiento económico "ha sorprendido repetidamente al alza".
Lo cierto es que las cifras hablan por sí mismas. Tanto Canadá como Estados Unidos pasaron de una recesión técnica en 2020, con un crecimiento negativo de un -5,1 y un -2,8 del PIB respectivamente, a cerrar 2022 con una expansión del 5% en el caso de Canadá y del 5,9% en para EEUU.
Pero, en términos globales, la región creció un 7% en 2021 y América Latina y el Caribe registró "un aceptable 4% en 2022", señaló Chalk.
Los datos de empleo están ya por encima de los niveles prepandemia pero el FMI espera que el crecimiento de la región se desacelere al 1,6% este año, aunque no vaticinan una recesión económica para 2023.
"La mala noticia es que la inflación sigue siendo alta en toda la región. Sabemos que esto perjudica de manera desproporcionada a los hogares de bajos ingresos, particularmente en los precios de los alimentos y porque los salarios no han podido mantenerse al día con estos precios tan altos", analizó el responsable de la región del FMI.
La inflación subyacente del conjunto de estas economías registró una media del 8,4% en febrero y en gran parte de los países está por encima de este rango. "Sin embargo debemos felicitar a los Bancos Centrales de la región por su respuesta rápida y asertiva a la inflación", aseguró Chalk.
Por tanto, el Fondo Monetario Internacional anima a los Bancos Centrales de la región a que continúen haciendo su trabajo para contener la escalada de precios pero, al mismo tiempo, recomienda que ahora la política fiscal desempeñe "un papel más importante" para ayudar a los Bancos Centrales "a través de una postura más anticíclica este año", declaró Nigel Chalk.
Lo que espera el FMI es que la política fiscal pase del estímulo propio de los años posteriores a la pandemia (2021-2022), a una deriva más "neutra" en líneas generales en la gran mayoría de las economías, donde el empleo está en muy buen nivel pero que todavía no se han resuelto las presiones de los precios con respecto a los salarios.
Crecerá la inversión española
Las perspectivas económicas de la región están generando la confianza de los inversores extranjeros. China está intentando ser el principal agente en América Latina. El gigante asiático pretende penetrar en este mercado de lleno y lo está consiguiendo. Actualmente tiene Tratados de Libre Comercio (TLC) con Ecuador, Perú, Chile y Costa Rica y los intercambios comerciales entre América Latina y Caribe y China crecieron un 11,2% en el primer trimestre, según los datos oficiales.
Pero España juega un buen papel como inversor extranjero al otro lado del Atlántico, ya que es el segundo socio a nivel de inversión en la región, solo por detrás de Estados Unidos. En concreto, la presencia de las empresas españolas en Brasil es muy importante. En el país amazónico operan actores tan importantes como Iberdrola, Aena o Telefónica. En total, más de mil compañías están fijadas en suelo brasileño.
Parece que esta presencia se va a incrementar al cierre de este año. Según el XV Informe de Inversión Española en Iberoamérica, elaborado por IE University, el 76% de las empresas nacionales piensa aumentar su inversión en Iberoamérica en 2023. Pero si se baja a las pymes, "el porcentaje será aún superior", aseguró el director del informe y profesor de IE University, Juan Carlos Martínez Lázaro. En concreto, el 81% de las pequeñas y medianas empresas encuestadas en este informe aseguraron que cerrarían 2023 con un incremento de la inversión en la región.
Del total, el 52% aseguró que lo hará a través de crecimiento orgánico, mientras que un 45% lo hará combinando el crecimiento orgánico con la adquisición de nuevas compañías.
La visión general es la de que los inversores españoles tienen buenas perspectivas con el comportamiento de las economías iberoamericanas para este año con respecto a 2022. Esta confianza hace que países como Panamá, Uruguay, República Dominicana, México y Colombia estén como las mejores valoradas. En cambio Chile y Perú descienden a nivel de expectativas de desempeño para 2023, reza el documento. Aún así, Chile está dentro de los países donde más empresas españolas esperan aumentar su cartera, tras Colombia y Brasil. Aunque México sigue siendo el principal foco de inversión para las compañías de nuestro país.
De hecho, Ciudad de México vuelve a ser, por octavo año consecutivo, la ciudad más atractiva para que las empresas españolas coloquen sus operaciones centrales en la región, seguida por Miami y Bogotá. Pero el estudio resalta que este año Sao Paulo (Brasil) consiguió desbancar a Santiago de Chile.
La socia y COO Global de Llorente y cuenca, Luisa García apuntó que este año va a ser "muy relevante" para la inversión en Iberoamérica. En la agenda está muy presente la XXVIII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno organizada por la Secretaría Iberoamericana que se celebró a comienzos de este año. A esto hay que añadir la presidencia española del Consejo Europeo en julio.
En la visita del presidente de Brasil, Lula da Silva, a España; tanto el propoio dirigente brasileño como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguraron que su objetivo era aprovechar la cumbre entre Sudamérica, el Caribe y la Unión Europea, que se celebrará los días 17 y 18 de julio en Bruselas, para poder impulsar el Acuerdo de Libre Comercio entre Mercosur y la Unión Europea. Un documento clave que lleva negociándose 20 años, pero que está enquistado.
Todo esto, aseguró Luisa García, "suponen oportunidades de gran valor paro poner Latinoamérica en el foco y favorecer la actividad empresarial en la región".
La palabra inflación vuelve a aparecer en cuanto le preguntaron a las empresas por los principales riesgos que aprecian en la región. De hecho, el 44% cree que está afectando a su nivel de ventas, según concluye el informe de IE University. En cuanto a la competencia china, una gran parte de las compañías encuestadas (46%) creen que las empresas del gigante asiático no son una gran competencia muy relevante, mientras que el 20% las considera un actor a tener muy en cuenta a la hora de ejercer su actividad en Iberoamérica. Por otro lado, el 24% consideran que son un competidor como otro cualquiera.
Por otra parte, otro de los riesgos que preciben las empresas españolas es el político, considerado una amenaza por el 80% de las compañías encuestadas.
A esto se suma que la desaceleración económica y el tipo de cambio, que es un elemento de preocupación para más de la mitad de los entrevistados.
Pero el lad positivo de todo esto es que las tensiones geopolíticas y el aumento del proteccionismo en algunos países ha acrecentado el interés de las empresas españolas por la región y que vean más oportunidades. En concreto el 79% de los encuestados aseguró esto frente a otras áreas como a la Unión Europea (67%), Estados Unidos y Canadá (67%) o dentro del continente asiático (32%).