
China sigue en su empeño de entrar dentro de la región sur del mundo y poner una ofensiva económica a Estados Unidos. La firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre el gigante asiático y Ecuador pone en relieve el creciente interés que Pekín tiene puesto en Sudamérica.
Según reza el comunicado oficial emitido por el Gobierno de la nación andina, este documento sale adelante después de diez meses de negociación entre el sector público y privado y va a potenciar las exportaciones no petroleras de Ecuador durante la década que esté vigente. Según el cálculo proporcionado por el Ministerio de Comercio, estas exportaciones estarán en torno a los 3.000 y 4.000 millones de euros.
Así, Ecuador se une al club de países sudamericanos con libre comercio con China, entre los que están Perú, Chile y Costa Rica. Esto es un indicador de la pérdida de influencia de Washington en la región, algo que no gusta nada.
La firma del documento se produjo de manera virtual entre el ministro de Producción, Comercio, Inversiones y Pesca, Julio Prado y su homólogo chino, Wan Wentao, al otro lado de la pantalla. El acto también contó con la presencia del presidente de Ecuador, Guillermo Lasso.
El gigante asiático se erige así como el mayor socio comercial no petrolero de Quito. Al mismo tiempo se está convirtiendo en un patrocinador que toma cada vez más relevancia para la financiación del país latino en cuanto a infraestructuras y energía en la última década, desde el mandato de Rafael Correa (2007-2017), muy crítico con Estados Unidos.
En concreto, desde el año 2010, según publica el diario económico Financial Times, los préstamos de los bancos de políticas respaldados por China, muchos de ellos vinculados a la entrega de crudo a largo plazo, sumaron cerca de los 18 mil millones de euros, según los datos financieros de China y América Latina. Al mismo tiempo, el pasado septiembre Ecuador llegó a un acuerdo de reestructuración de la deuda con los bancos, lo que se espera que le dé un alivio de casi 1.400 millones de euros 2025.
Ambas naciones han acordado que el 99,6% de los productos que el país andino quiera vender a China estarán libres de aranceles. "Esto nos abre el espacio hacia el mercado más grande del mundo: 1.400 millones de consumidores", aseveró Julio Prado en la rueda de prensa posterior a la firma. En 2022, según las cifras oficiales, los intercambios bilaterales entre ambas naciones sumaron cifras récord de 13.090 millones de euros. Por otro lado, entre enero y febrero, las ventas ecuatorianas fueron de 1.018 millones de dólares y las compras rondaron casi los 900 millones.
En cuanto a Estados Unidos, el comercio bilateral con la nación andina se cifró en casi 17.600 millones de euros, por lo que todavía es el primer socio comercial debido a que hay petróleo de por medio, su mayor exportación.
"Esta es una oportunidad para ampliar todavía más la cooperación", aseveró el ministro de Comercio de China, Wang Wentao, a través de la videoconferencia. Desde China relatan que Ecuador es un "socio importante" en su Iniciativa de la Franja y la Ruta, un programa de inversiones en infraestructuras que lleva a cabo Pekín.
Este acuerdo, que todavía debe ser ratificado por la Asamblea andina, "se centra en temas comerciales. No hemos negociado temas de servicios, inversiones, compras públicas y de otros sectores que puedan a ser más sensibles", señaló el ministro.
Al mismo tiempo, el TLC excluye 800 productos chinos del acuerdo. Según destaca el documento firmado, los textiles y confecciones, calzado escolar, cerámica plana, neumáticos, muebles, azúcar, arroz, leche, patatas y maíz, entre otros, están fuera del libre comercio y la entrada a Ecuador desde el país asiático costará dinero.
Durante su intervención, Lasso también lanzó una llamada a Estados Unidos, asegurando que buscó también establecer un acuerdo de libre comercio con Washington "con poco éxito".