Economía

Lula quiere una reforma laboral 'a la española': da tres meses a los agentes sociales para negociar

  • El Ejecutivo quiere dar más presencia a los sindicatos en las negociaciones
  • Trabajo quiere reformar los contratos "que esclavizan a los trabajadores"
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, con su homólogo brasileño, Luiz Marinho
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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, prometió durante la campaña electoral una reforma del mercado de trabajo. Con 100 días de mandato a sus espaldas, el dirigente del país amazónico ha puesto la maquinaria a funcionar y da tres meses, prorrogables a seis, a los agentes sociales para que se sienten a negociar y saquen un proyecto de ley que llevar al Congreso para hacer una reforma laboral.

El ministro de Trabajo, Luiz Marinho, aseguró en su momento que quería hacer una reforma laboral a la española. Preguntado por elEconomista.es en una rueda de prensa junto a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante la visita de la delegación brasileña a España a finales del mes pasado, el responsable de la cartera de Trabalho aseguró que su intención era que "los sindicatos, las empresas y el Gobierno establezcan un diálogo como en España para reformar nuestro mercado de trabajo".

La actual reforma laboral de Brasil entró en vigor en 2017 bajo el mandato de Michel Temer, del Movimiento Democrático Brasileño. El profesor de Derecho de la Universidad de Brasilia (UnB), Cristiano Paixão, asegura que esta norma "precarizó al país". El experto reiteró, en declaraciones recogidas por el diario O Globo, que el documento vigente "disminuye la protección social del trabajo". Además recalca que "no hubo diálogo social para aprobarlo, especialmente con los trabajadores, los sindicatos..."

A comienzos del mes de abril se conformó el grupo de trabajo para discutir la reestructuración de las relaciones laborales y la mejora de las negociaciones colectivas.

En este sentido, el ministro de Trabajo y Empleo, Luiz Marinho, recalcó que el Gobierno lo que quiere es "llegar a un entendimiento" entre los trabajadores y la patronal. Pero establece varios puntos clave que deben tratar en dicha negociación: "Vemos la necesidad de que el papel de los sindicatos sea altamente representativo". Al mismo tiempo, demanda que aborden la calidad de los contratos, tanto con empleadores y empleados como con los proveedores de servicios. "Una mala calidad de contratos lleva al trabajo precario que puede llegar a unas condiciones de mano de obra esclava, que es lo que está pasando ahora en Brasil", aseveró.

Por su parte, el presidente de la Fuerza Sindical, Miguel Torres, miembro del grupo de negociaciones, aseguró que hoy en día no hay un ambiente político propicio para "una renovación", pero recalca que son posibles "cambios puntuales" que permitan establecer ese diálogo social y llegar a un entendimiento para hacer la revisión de la reforma. De la ley actual resalta que debería ampliarse la negociación entre trabajadores y empleadores. "El trabajador hoy conoce sus derechos, los sindicatos estamos para ayudarlos. Pensamos que sería importante ampliar este concepto, permitiendo que trabajadores y empleados estén en armonía, en el sentido de reducir la intervención del Estado en las relaciones laborales".

Si los plazos se cumplen, antes de que finalice el año el Ejecutivo llevará al Congreso, de mayoría conservadora, el proyecto de reforma de la actual ley de trabajo.

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