
España está 7,5 puntos por debajo de la Unión Europea en el Índice de Competitividad Regional (ICR), un indicador que evalúa la capacidad de las regiones para ofrecer un entorno dinámico y atractivo para las empresas y trabajadores que residen en ellas y mide variables como infraestructuras, innovación, educación, estabilidad macroeconómica y salud.
Según el Informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE) La competitividad fiscal de las entidades locales, el valor de la competitividad regional para el conjunto de la regiones españolas se sitúa en niveles inferiores a la media de la UE-27 (100).
La comunidad autónoma que obtiene mejores resultados en términos de competitividad regional es Madrid, con un valor del índice de 119,3 puntos, situándose en el puesto 32 sobre 234 del ranking de la regiones europeas, y mejorando en casi cinco puntos su puntuación con respecto al registro de la edición de 2019. La siguen el País Vasco, con un valor de ICR de 107,6 puntos, y Cataluña, con 101,3 puntos. Son las únicas autonomías que superan la media europea dentro del territorio español.
Los peores resultados los presentan Extremadura, Canarias y Andalucía, con una puntuación que no alcanza los 80 puntos, muy alejadas del promedio europeo. El informe destaca que la Comunidad Valenciana ha mejorado su posición relativa dentro de las comunidades autónomas españolas y pasa a ser la quinta con mejores resultados en 2022, cuando en 2019 ocupaba el décimo lugar con un resultado de 133 puntos y el puesto 133 a nivel europeo.
Por el contrario, Castilla y León empeora su situación relativa dentro de España descendiendo cuatro puestos, hasta el octavo lugar, con una puntuación de 85,4 puntos y el puesto 158.
Existe una diferencia notable en los resultados obtenidos por la Comunidad de Madrid y el resto de la regiones. En concreto, destaca en las puntuaciones relacionadas con las infraestructuras y la salud, apartados en los que, según el estudio, es la región más competitiva a nivel europeo, además de en apartados como el tamaño del mercado y disponibilidad tecnológica.
El análisis destaca también los registros favorables alcanzados por el País Vasco en los pilares de calidad de las instituciones, en el de la educación superior, formación para el empleo y mercado de trabajo.
El IEE afirma que si bien desde el periodo 2016-2019 disminuyó la diferencia entre los valores extremos del ICR, signo de cierta convergencia en términos de competitividad de las regiones españolas, en 2022 se ha producido un retroceso en este proceso, de tal forma que esta diferencia entre la mejor y la peor puntuación del ICR ha anotado su mayor registro (57,1 puntos).
El Instituto de Estudios Económicos subraya "que esta evolución contrasta con los resultados a nivel nacional, puesto que la economía española mantiene un proceso de convergencia con respecto a la media de los países de la Unión Europea en términos de competitividad".
Y añade: "No obstante, se observan aún diferencias apreciables entre los valores registrados del ICR de España y la media de la Unión Europea, que sitúan a la economía española un 7,5% por debajo de promedio comunitario, con un valor de 92,5 puntos en su Índice de Competitividad Regional".
Estas diferencias, apunta el organismo económico, "son aún más notables cuando se tienen en consideración los países europeos más avanzados, en donde la competitividad de la economía española se sitúa, aproximadamente, un 30% por debajo de los mejores registros de la UE".
El IEE sostiene que "la competitividad en España se ve significativamente afectada por los peores valores que se registran, con respecto a la media comunitaria, en los pilares de la eficiencia del mercado de trabajo, la estabilidad macroeconómica y el tamaño del mercado".
El informe del IEE señala que el PIB por habitante en España en 2021 se situó en 25.498 euros. Madrid fue la región con mayor PIB per cápita, con 34.821 euros, y Andalucía la menor, con 18.906 euros. De este modo, la Comunidad de Madrid obtiene una resultado un 36% mayor al nacional, mientras que regiones como Andalucía, Canarias y Extremadura se encuentran un 25% por debajo del dato nacional.
Fiscalidad favorable
Los responsables del informe subrayan que un marco fiscal competitivo favorece un mayor crecimiento económico y contribuye a un mejor nivel de vida. "Así, las regiones que cuentan con un mayor bienestar económico, medido a través del PIB per cápita, son aquellas que presentan un mejor desempeño en competitividad fiscal. De forma contraria, las regiones que cuentan con peores niveles de bienestar son aquellas que muestran peores resultados en competitividad fiscal".
En cuanto al desempleo, según datos del IEE, las regiones con mejores datos con respecto al promedio nacional son el País Vasco, Aragón y Cantabria, las cuales cuentan con alrededor de un 30% menos de paro que la media nacional. En cambio, las comunidades autónomas de Andalucía, Canarias y Extremadura son las que arrojan peores resultados, con tasas de paro superiores en más de un 30% al promedio español.
Atraer la inversión
Los economistas del Instituto de Estudios Económicos concluyen que en un marco fiscal competitivo, la autonomía y la suficiencia de los recursos tributarios para financiar la actividad del sector público se generan a través de unos mayores recursos procedentes de las bases imponibles, que son beneficiadas, a sus vez, por el impuso de la productividad, en lugar de aumentar la presión fiscal sobre unos contribuyentes que ya soportan una carga fiscal comparable o superior a la de otros países europeos del entorno.
Los expertos sostienen que la atracción de inversión extranjera y de capital productivo se encuentra directamente relacionada con el marco fiscal, la seguridad jurídica y la calidad de la normativa tributaria en dichos territorios. En España, el sistema fiscal más competitivo se encuentra en Madrid.