El euríbor vuelve a rozar el 3,9%, un nivel que no alcanzaba desde justo antes de los problemas del Silicon Valley Bank del mes pasado, y apunta a un cierre mensual por encima del 3,7%. La crisis bancaria había concedido una pequeña tregua a los hipotecados. ¿Las turbulencias han cambiado algo las expectativas del euríbor? Hay tres indicadores que indican un ligero recorte de las previsiones, teniendo en cuenta el escenario anterior a marzo.
Si tiene una hipoteca a tipo variable, quizá no lo sabe, pero está atado a los mercados financieros. Igual que si invierte en bolsa o está metido en un fondo supersofisticado. El euríbor no deja de ser un índice de tipo de interés, que refleja la prima por los préstamos que se realizan entre los propios bancos. Que suba o baje va a depender del comportamiento de los mercados, en la práctica. En la teoría, va a depender de lo que haga el BCE. Pero el banco central mueve los tipos con el objetivo de mantener la inflación cerca del 2% y lo hace teniendo en cuenta, entre otros factores, las expectativas que tiene el mercado sobre los precios.
Las expectativas de inflación son muy seguidas por el mercado y por los propios bancos centrales. Una de las expresiones que más gustan a los banqueros centrales es que las expectativas de inflación están ancladas. Significa que los inversores, empresas y consumidores esperan que la inflación en un plazo de cinco años se sitúe sobre el 2%. Para que un banco central duerma tranquilo necesita que su objetivo de precios converja con las expectativas que tenga el mercado. Como se puede observar en el siguiente gráfico que inflación y euríbor suelen ir de la mano.
Si no se dan estas circunstancias, Frankfurt tenemos un problema. Y es lo que ha pasado desde finales de febrero de 2022. La inflación esperada comenzó a desmadrarse y el BCE entró en modo subida de tipos de interés. La mala noticia es que las expectativas de inflación también se dirigen a los máximos de antes de febrero y mete presión al alza para el euríbor. Lo ideal es que baje del 2%.
No hay inversor que no tenga en cuenta cómo se van a mover los intereses. Casi todas las firmas de análisis tienen sus propias previsiones, pero también los organismos que manejan perspectivas económicas. Alrededor de cómo se comportan los intereses, y por extensión el euríbor, se mueven muchos activos. Por ejemplo, el euro sube cuando se esperan subidas en los tipos o las acciones de compañías con elevada deuda bajan al descontarse de las valoraciones gastos financieros más elevados.
La economía real también se ve afectada por las fluctuaciones de los intereses. El ejemplo más claro son las hipotecas. Pero también pasa en créditos más pequeños o más grandes, como la de deuda de los gobiernos. Los intereses del bund germano o el T-Note bajaron las últimas semanas porque muchos inversores volvieron a comprar bonos, con lo que se relajaron los intereses. En momentos de tensión o incertidumbre, como en la reciente crisis bancaria, los tipos suelen caer en todos los rincones del mercado.
Las últimas turbulencias provocaron una tregua para el euríbor, en particular; pero, en general, también para el resto de los intereses que se negocian en el mercado. Las hipotecas respiraron de alivio cuando el índice se alejó al 4%. Las previsiones de muchos expertos y firmas se vieron trastocadas y es que en la práctica supuso rebajar el techo que se espera para los tipos de interés en Europa.
Antes de este episodio había pocas dudas para los expertos de que el euríbor iba a picar el 4,5%. Ahora no está tan claro. Además de las expectativas de inflación, los analistas siguen otros indicadores que marcan el paso del índice hipotecario o por lo menos capta futuras tendencias. Uno de ellos son los futuros del euríbor. Los hay de varios plazos, el más seguido es a tres meses. Los inversores los utilizan para cubrir los riesgos asociados a los préstamos a interés variable. Se puede seguir toda la curva del euríbor tomando la referencia de los vencimientos de los contratos de futuro. Actualmente, el mercado descuenta con los contratos de futuro que el euríbor cerrará el año por debajo del 3,8% y bajará al 3% para finales de 2024. En el momento de más tensión del mercado, una semana antes de que finalmente fuera rescatado Credit Suisse, el futuro del euríbor cayó del 3,5% a finales de 2023 y por debajo del 3% a la conclusión de 2024.
Pero sin duda el indicador más determinante son los tipos oficiales del BCE. El euríbor se mueve al dedillo con los tipos oficiales, aunque a veces sea sometido a una enorme volatilidad. Actualmente, el tipo principal de financiación se sitúa en el 3,5%. Históricamente, el euríbor cotiza con una prima de 50 puntos básicos adicional cuando las tasas del banco alcanzan su techo máximo. Es decir, si en este ciclo el punto máximo fuera del 3,75%, el euríbor tocaría el 4,25%. Este techo no es casualidad como veremos más adelante.
Otra herramienta que utilizan los inversores y los analistas es el modelo de Overnight Index Swaps (OIS) donde se expresa los movimientos del BCE teniendo en cuenta la contratación de derivados sobre tipos de interés. En este caso, toma de referencia la tasa de depósito que se encuentra al 3%. Según el OIS, en la próxima reunión del 4 de mayo, el BCE ejecutará una subida de 25 puntos básicos hasta el 3,25%. Los inversores descuentan dos subidas más de la misma magnitud para alcanzar el techo en el 3,75% en octubre.
¿Cómo se calcula el euríbor?
El euríbor responde al nombre European InterBank Offered Rate y se calcula a través de un panel de bancos europeos que informan todos los días a qué tasa se realizan los préstamos interbancarios.
El panel está formado por 18 bancos europeos, entre los que se encuentran Santander, BBVA, Barclays, Deutsche Bank o Unicredit.
Todos los días laborales a las once de la mañana se publica al tipo de interés medio en el que las entidades financieras se prestan capital a una semana, un mes, tres meses, seis meses y 12 meses.
¿Qué impacto tiene la subida del euríbor?
En las revisiones anuales en lo que va de año se está produciendo un fuerte encarecimiento de las cuotas hipotecarias. Hay que tener en cuenta que por estas fechas el año pasado el euríbor cotizaba sobre el cero por ciento. La mensualidad de una hipoteca de 150.000 euros a 25 años, con un diferencial del 1%, se situaba en 565 euros en abril del año pasado. La nueva cuantía pasará a 886 euros con el actual nivel del euríbor.
Si el euríbor cumple las previsiones de final de año del 4,25%, la cuota mensual ascendería a cerca de 900 euros. Los hipotecados se enfrentan de media a una subida mensual de la hipoteca de más de 400 euros. A falta de dos días para que cierre abril, el euríbor apunta a un cierre mensual del 3,735%.