
Aunque no se encuentra en los niveles de mediados de 2022, la inflación se mantiene como uno de los principales problemas de los españoles. Actualmente se encuentra en un 3,3% interanual que se entiende mejor con el 'efecto base' y la comparación a un año vista y con el duro dato de la inflación subyacente, que sigue en un 7,5%.
Es por eso que los ciudadanos españoles siguen sufriendo los estragos de la inflación, especialmente en lo referente a su cesta de la compra y el sector del ocio y el turismo, una materia de gran importancia en estos meses con varios puentes nacionales y con las vacaciones de verano cada vez más cerca.
La inflación hace perder poder adquisitivo a los trabajadores, que cada vez pueden comprar menos con la misma cantidad de dinero. Eso se ve de forma clara en el supermercado o cuando se reserva un hotel o se compra un billete de avión, siguiendo los ejemplos anteriores, pero también se refleja en otros campos.
Otro de los campos en los que el ciudadano sufre los golpes de la inflación es en su capacidad de ahorro. Pero no solo por el mayor coste de sus gastos habituales, también por la pérdida de valor del dinero que tiene guardado en el banco, en su cuenta corriente.
El impacto es evidente: cuando una persona tiene dinero en su cuenta y la inflación sube de forma automática el poder adquisitivo de dicha persona se reduce porque con ese dinero ahorrado en el banco podrá comprar cada vez menos cosas. Es simple: si un ciudadano tiene 1.000 euros en esa cuenta ahora podrá comprar menos productos que hace dos años debido a ese aumento de los precios.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha dado una serie de consejos a los ciudadanos para no perder poder adquisitivo y una de las formas de combatir la inflación es dejando solo una pequeña parte de nuestros fondos en la cuenta corriente. Una cantidad que tiene que ajustarse de la mejor forma posible para obtener el máximo beneficio.
De acuerdo con las recomendaciones de la OCU en su página web, el ciudadano solo debe dejar una parte de su dinero en la cuenta corriente: el correspondiente a tres meses de salario. Con este dinero debe ser capaz de hacer frente a los gastos ordinarios e incluso disponer de un colchón de emergencia para posibles gastos inesperados.
Esto es lo que puedes hacer con el resto de tu dinero
Dejando esa cantidad equivalente a tres meses de salario se podrá usar el resto del dinero ahorrado en otros menesteres para no perder poder adquisitivo. Esto implica, claro, destinar el dinero en diferentes productos financieros en función de la cantidad ahorrada y el tiempo que se desee prescindir de esos ahorros:
-En el caso de que el ciudadano solo pueda o desee prescindir del dinero a corto plazo una buena opción sería la de recurrir a un depósito a un año. Eso sí, esta alternativa solo es útil si el dinero no se retira antes de tiempo, ya que de lo contrario las posibles penalizaciones se llevan el beneficio a obtener.
-En el caso de que el ciudadano pueda prescindir durante más tiempo de sus ahorros se le abre la posibilidad de recurrir a un depósito a medio o largo plazo, de entre cinco y diez años y en el que conseguir mayores rentabilidades potenciales.
Con todo, la OCU da una última recomendación: no dejar más de 100.000 euros en el mismo banco, dado que es la cantidad máxima que cubre el Fondo de Garantía de Depósitos en el caso de quiebras. Si un ciudadano tiene más de esos 100.000 euros en el mismo banco se expone a que las cifras que superen ese importe no se le reintegren si la entidad quiebra.