
El 26% de los españoles teme perder su empleo en los próximos seis meses, según la última Encuesta de Condiciones de Trabajo elaborada por Eurofound. Un informe que el organismo europeo elabora cada cinco años y, por primera vez, coloca a los trabajadores de nuestro país a la cabeza de los veintisiete en pesimismo laboral.
Los datos de la Encuesta se publican con un decalaje de años (los últimos se recopilaron en 2021) pero se consideran una de las publicaciones más completas y fiables sobre las condiciones y la calidad del empleo y soportan multitud de análisis de los estudiosos en la materia. En el caso de las expectativas laborales, el análisis de las ediciones anteriores revela que los trabajadores de nuestro país no solo no han mejorado las suyas desde 2015, sino que el porcentaje de trabajadores que temen irse al paro es mayor que en 2010, en el epicentro de la crisis financiera.
De hecho, hace trece años, un 24% admitía que podría perder su empleo en seis meses. Un porcentaje inferior al de Lituania, Estonia, República Checa, Letonia, Bulgaria, Croacia, Eslovenia e Irlanda, y empatado con Rumanía y Hungría. En 2015, todos estos países habían reducido el pesimismo de sus trabajadores por debajo de España salvo Eslovenia, que lo incrementó un punto porcentual, del 27% al 28%. Nuestro país, por su parte, lo incrementó en dos, al 26% de los trabajadores.
En 2020, la pandemia impidió realizar la encuesta, que se retrasó hasta 2021. Esta vez por vía telefónica, aunque sus resultados no se publicaron hasta finales de 2022. Pese a realizarse en un contexto de cierto optimismo según empezaba a superarse el impacto de la pandemia, los españoles con miedo a quedarse sin trabajo se mantuvieron en el mismo porcentaje que en 2015. Ello a pesar de medidas como los ERTEs, la 'prohibición de despedir' y a que la reactivación de la actividad, que aceleró la creación de empleo, sobre todo en la segunda mitad del año.
En ese periodo, Eslovenia redujo la incertidumbre de sus ocupados del 28% al 17%, el mayor descenso de la tabla. En el extremo opuesto, Rumanía lo elevó del 12% al 25%. Ambos quedaron por debajo de España, cuyo porcentaje de personas que ven amenazado su empleo dobla el de la media Europea (13%) y lleva 16 puntos porcentuales de diferencia con Alemania.
Con todo ello, si realizamos una comparativa entre 2021 y 2012 nos encontramos que España es uno de los pocos países que ha empeorado sus perspectivas desde 2010 (junto a Italia, Rumanía y Dinamarca). Y el que más lo ha hecho, en 2 puntos porcentuales, en las antípodas de los países que entonces nos superaban hace 13 años.
Temporalidad más volátil
España lidera la tasa de trabajadores que temen perder su empleo en todos los sectores y cualificaciones, aunque hay diferencias en las franjas de edad. Mientras nuetro país recopila las peores expectativas entre los menores de 35, pero también entre 35 y 49 años, para los mayores de 50 las perspectivas de perder el empleo son menores que en Bulgaria, Lituania y Rumanía.
En esto influye la volatilidad del empleo. Los jóvenes acumulan la mayoría de los contratos eventuales y son estos trabajadores los más amenazados, con un 50%, frente al 16% de los indefinidos, que se reparten en el segmento de mayor edad. Estos últimos contratos, quedan por detrás de los datos de Rumanía y Bulgaria. Aunque esta explicación admite un matiz importante.
En 2021, la tasa de contratos temporales en España (25,2%) ya era menor que la de Países Bajos (27,4%). Sin embargo, los trabajadores eventuales holandeses que se veían sin trabajo en 6 meses apenas llegaba al 27%, poco más de la mitad que en España. Esto apunta a que no solo el peso de los contratos temporales, sino su volatilidad, explica este comportamiento.
Las medidas laborales durante la pandemia se concentraron en evitar despidos, no en mejorar la calidad de los trabajadores con contratos temporales. Al tratarse de datos de 2021, no se puede precisar el impacto de la reforma laboral, cuyo objetivo era reducir el número de empleos temporales, aunque sigue lejos de la media europea.
Aunque los resultados han sido históricos, la mitad de los contratos que se firman siguen siendo temporales (proporción que escala a 7 de cada diez sin incluimos los fijos discontinuos). Además, paradójicamente, la duración media de los contratos temporales ha bajado a 50 días en marzo, frente a los 60 registrados un año antes. Aunque en esto influye que la Semana Santa se adelantó este año.
En cualquier caso, sí crece la tasa de trabajadores con empleos indefinidos (como demuestran los datos de afiliación y la EPA), lo cual debe reducir la inseguridad laboral de los españoles. Aunque aún tardaremos en conocer su impacto en las estadísticas: la próxima edición de la encuesta no se realizará hasta 2024.