Economía

Los contratos para artistas creados por Díaz duran menos de seis días y medio

  • Se trata de la modalidad más precaria de todas las que existen
  • El 43% de los trabajadores del sector firma más uno contrato al mes
  • Trabajo retrasó la publicación de los datos por el Estatuto del Artista
Diaz, Escriva e Iceta posan con un grupo de artistas en la presentacion del Estatuto de estos profesionales

El Ministerio de Trabajo ha tardado casi un año en ofrecer los primeros datos sobre contratos para artistas y personal técnico y auxiliar en espectáculos públicos, creado por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en marzo de 2022 para liberar al sector de las exigencias de su propia reforma laboral. La razón de este retraso salta a la vista: su duración media se sitúa en los 6,47 días.

El contrato para artistas fue introducido en el Real Decreto-Ley 5/2022, de 22 de marzo con el objetivo de regular las condiciones no solo de los artistas propiamente dichos, sino también del personal técnico de los espectáculos. Con esta modificación, según declara el propio enunciado de la norma, se "mejoran las condiciones laborales del sector".

Aunque esta afirmación parecía ser en sí misma una licencia artística, habida cuenta de que el objetivo era crear un nuevo contrato temporal que salvara los problemas producidos en estas actividades por la desaparición de los de obra y servicio.

Ello pese a que en el resto de sectores, como la hostelería o el turismo, nunca se planteó una excepción 'ad hoc'. Aun así, quizá para matizar lo que a todas luces parecía una inaplicación de la propia reforma laboral, el decreto especificaba que los contratos podrían celebrarse también por duración indefinida.

Sin embargo, durante once meses el Ministerio de Trabajo no ha publicado datos sobre sus resultados. Hasta febrero de 2023 el Servicio Público de Empleo no revisó las estadísticas de contratos para incluir esta modalidad. Un retraso sorprendente, comparado con la rapidez con las que los datos se adaptaron para recoger otros cambios introducidos por la reforma laboral.

Los datos de febrero, además, resultaban ser manifiestamente incompletos, con apenas 830 firmas con una duración media de 3,8 días. Mucho más fiables parecen ser las estadísticas de marzo, que elevan las firmas a 16.096, con una duración media de 6,47 días. Esla menor de todos los tipos de contratos de duración determinada firmados en el pasado mes. De hecho, el 94% se firmaron por menos de siete días, mientras que apenas un 0,45% superan los seis meses.

Hay que tener en cuenta que estas son las cifras de contratos, no de personas que los suscriben. En este sentido, los datos del SEPE muestran un balance aún más de demoledor: un 43% de estos artistas y técnicos firmaron más de un contrato al mes. Son 10 puntos más que el conjunto de los temporales. Este indicador confirma a esta modalidad como la más precaria de entre todas las que existen en España.

A pesar de que el número de firmas es reducido, por el propio tamaño del sector, las condiciones de estos puestos revelan una radical contradicción en el discurso de Yolanda Díaz contra la temporalidad. El único contrato de nueva creación introducido tras la reforma laboral (el resto son modificaciones de figuras ya existentes) resulta ser, con diferencia, el de peor calidad.

Las cifras no recogen ningún contrato firmado por duración indefinida o indeterminada, pese a que en su momento se recalcó la existencia de esta opción, quizá en buena medida para obviar que el objetivo de la reforma era dar continuidad a contratos eventuales.

Algo lógico si tenemos en cuenta que estas actividades tienen una alta volatilidad, vinculada al éxito de las representaciones o giras. Pero tampoco se ha anotado ninguna conversión de temporal a indefinidos, siquiera a la modalidad de fijo discontinuos, aunque el escaso tiempo transcurrido desde que se empiezan a desglosar podría explicar esta carencia.

En cualquier caso, esto no implica que estos contratos no se registraran antes: simplemente lo hacían en otras categorías de temporales. Aunque el SEPE no ha modificado retroactivamente las estadísticas de los meses precedentes.

A la sombra del Estatuto del Artista

¿A qué se debe este retraso? Trabajo no lo ha aclarado, aunque la publicación se produce justo después tras la aprobación en enero del Real Decreto-ley de mejora de la protección social de artistas, que recoge las bases del nuevo Estatuto del Artista en enero, así como numerosos beneficios, entre los que destaca una nueva prestación por desempleo.

El alcance del este nuevo paquete de "avances en las coberturas sociales" de los profesionales del sector artístico presentado al alimón por los ministerios de Trabajo, Cultura e Inclusión y Seguridad Social es de  16.989 personas al año, una cifra no muy alejada de los contratos firmados en marzo. Las prestaciones a los artistas desempleados llegarán a 5.227 personas, un tercio del total de los beneficiarios, con un importe entre 480 y 600 euros al mes.

Pero estas estimaciones son engañosas: los grandes beneficiarios serán un grupo de 808 artistas jubilados, apenas un 4,7% del total, pero que se repartirán el 46% del coste de las medidas, gracias a la ampliada compatibilidad de su empleo y la pensión.

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