Economía

Eduardo Serra: "La única manera de progresar es a través de pactos, y brillan por su ausencia"

  • Transforma España: "Los países se miden en talento, necesitamos un gran Pacto por la Educación"
  • Crisis de la política: "La pedagogía es ahora más necesaria que nunca, pero no se hace en absoluto"
  • Imagen de Sánchez: "No me gusta que se critique a España desde fuera, pero la responsabilidad es del Gobierno"

Eduardo Serra conoce bien la política. Ha formado parte de tres gobiernos y de distinto signo político. Cerró su etapa como ministro de Defensa, con Aznar como presidente del Gobierno. Ahora, despliega independencia y experiencia desde la fundación Transforma España. Alaba la política de indultos a los presos independentistas, considera que Europa perdió la voz hace tiempo y denuncia que la ausencia total de pactos está desvirtuando la democracia.

¿Cuál es la labor principal de la fundación Transforma España?

Estamos buscando provocar, incentivar y acelerar los cambios que harían que España fuese un país de referencia en el futuro. Llevamos años decayendo. En algún momento la renta media española pasó del 93% de la renta comunitaria al 80% actual. Estos últimos 20 años han sido francamente malos desde el punto de vista de los intereses nacionales.

¿Desde dónde se puede empezar a corregir esta situación?

A lo largo de la historia, los países median su importancia en extensión territorial, población o recursos naturales. Ahora se mide por talento. Desde la Fundación nos hemos desgañitado pidiendo un gran pacto educativo. La manera de avanzar solo pasa por alcanzar acuerdos. En España se llegó al gran acuerdo: la Transición. Ahora, los pactos han entrado en crisis. En China, una de las potencias mundiales, acordaron una hoja de ruta común hace 20 años. Saben en que van a gastar su presupuesto en los próximos años. Nosotros con suerte sabemos a que destinaremos el presupuesto el año que viene. Creo que la única manera de progresar es a través de pactos, y aquí brillan por su ausencia.

Y más en año electoral…

Sí. Es lógico. Pero me gustaría saber cual fue el último pacto al que se llegó sin estar en época electoral. En la Transición se llegaban a pactos constantemente y se explicaban. Yo he sido testigo de pactos que por fuera no se conocían, pero por dentro se sabía que era lo que se tenía que hacer.

¿Por dónde cojean más esos pactos?

Por todos los lados. Lo que ocurrió en Marruecos (cambio de política sobre el Sáhara) fue fruto de la ausencia de un pacto. A nivel mas bajo estoy seguro que los hay, pero a alto nivel no hay ni pacto ni voluntad de hacerlo.

Habla usted del cambio de postura sobre Marruecos. ¿Usted entendió ese giro de la política sobre el Sáhara en un momento tan delicado?

La primera obligación de España es llevarse bien con Marruecos. Lo que me pareció mal es el cómo se hizo. Si se va a hacer algo así es imprescindible comentarlo con la Oposición.

¿Se desoye la voz de la experiencia?

En momentos de mucho cambio parece que la experiencia no vale. Ahora estamos en un momento muy radical en la historia de Europa. Se debería escuchar más a los que han vivido más cambios. En 2008 se produjo una reposición de la clase política que no había vivido ninguna crisis. La experiencia la tienen los viejos, y su lugar es aconsejar, no mandar. Se echa de menos esa pedagogía, se echa de menos que los dirigentes escuchen.

¿Abusan mucho los partidos políticos de escuchar solo a sus propias fundaciones?

Si, probablemente. Los partidos crean fundaciones donde se hacen las cosas que les interesan y no se dicen lo que no quieren escuchar. El que paga manda.

¿La política actual hace pedagogía, explica bien las cosas a la gente?

La política actual es un paréntesis. En 40 años de democracia nunca se ha hecho pedagogía y ahora es más necesaria que nunca, pero no se hace casi en absoluto.

¿Pero ha ido a peor?

Sí. Ya no se es que se haga pedagogía, sino que se engaña. Y provoca que la gente tenga la impresión de que la democracia ya no reside en el Gobierno de una mayoría, sino de una minoría hábil en manipular a la población. Naturalmente que hay que subir las pensiones, ¿pero que pasará mañana? No interesa explicarlo, por el miedo a dejar de ser votado.

¿Falta sentido de estado?

Sí, creo que si.

¿Vio la moción de censura?

Si la vi.

¿Qué opinión le mereció?

Creo que se está abusando de la moción de censura. Los mecanismos parlamentarios están hechos para que se utilicen en función a su naturaleza. Una moción de censura se hace para cambiar un gobierno, y las dos ultimas se han utilizado de manera instrumental, lo que las desnaturalizó.

¿Qué opinión le merece Pedro Sánchez?

Me parece un hombre con una asombrosa ambición de poder, una indiscutible habilidad y una resiliencia extraordinaria. Hasta aquí los halagos.

¿Y como presidente del Gobierno? Le ha tocado gobernar una España complicada...

Al Gobierno se le evalúa por las situaciones que le ha tocado gestionar. Dentro de España se critica mucho su labor, fuera no. Fuera es el segundo presidente que tenemos que habla ingles. Tiene mejor cartel que aquí y eso hay que ponerlo en su haber. También debemos poner en su haber los indultos a los presos independentistas. A muy poco coste, pacificó la situación en Cataluña. Pero su manera caudillista de demostrar que no depende de nadie, que es más poderoso que los demás, es una pésima pedagogía.

Poca gente tiene esa visión de la política de indultos...

Estuve hace poco en Barcelona. Esa política fue muy poco entendida en Madrid, pero muy bien valorada en Barcelona. ¿Qué hacían estos señores (presos independentistas) en la cárcel? Su presencia en prisión solo sirvió como amalgama para disturbios y malestar en la población. Se les sacó y cesaron los disturbios, el independentismo consumó su división y fue bueno para la salud publica.

Sánchez tiene buena imagen en el exterior. ¿Qué le parece que políticos de la Oposición viajen fuera de España a criticar la gestión del Gobierno?

No me gusta que se critique la acción del Gobierno fuera de España, pero la mayor cuota de responsabilidad la tiene el propio Gobierno.

La guerra en Ucrania, ¿se veía venir?

Desde el final de la guerra fría se produjeron una serie de actos que deberíamos haber tenido en cuenta. Osetia, Georgia, Transnistria, Crimea... algo estaba pasando. Putin intentó hacer de Rusia un país homologable, pero faltó la sustancia económica y social que se necesita para hacer una democracia. Fue entonces cuando Putin dio la vuelta y empezó a girar hacia la recomposición del antiguo imperio de los zares, ensalzando ese sentimiento de unidad nacional en lugar de la progresión económica. Desde ese punto de vista, sí se podía intuir ese zarpazo.

Desde el punto de vista geoestratégico, ¿Cómo ve la situación de Europa en esta guerra?

Hay dos puntos de vista. Se ha reforzado, se han adoptado decisiones sobre la unidad de Europa. Pero no olvidemos que la Unión Europea es un embrión pero que todavía no ha cristalizado. Desde otro punto de vista, la guerra esta poniendo de relieve que Europa a caído como potencia.

¿Esta guerra ha dejado al descubierto un problema europeo de defensa? ¿Se había dormido?

Sería más drástico. Nos habíamos narcotizado. Desde 2010 Estados Unidos lleva alertando a Europa que debía elevar su presupuesto en defensa. Ahora ya es tarde. Hoy la fuerza militar depende de la tecnología, y ahora estamos viendo como Estados Unidos o China crean empresas fantásticas, y como Europa ha dejado de ser un acto principal en el mundo. En el año 2000 había cuatro economías europeas entre las mas importantes del mundo, ahora solo queda una. Llevamos 40 años pensando que el bienestar se juzga a nivel individual. Un error. Si dejas de invertir en defensa, la voz europea dejará de sonar en el mundo. Es la voz de los derechos humanos, de limitación al poder, de todos los adelantos de los últimos dos siglos, que se van a olvidar.

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