
No presenta niveles tan elevados como los de 2022, pero la inflación sigue siendo uno de los principales problemas de los españoles, que se ven especialmente agobiados por la inflación subyacente (la que no tiene en cuenta los productos energéticos o los alimentos no elaborados) que ya está en un 7,6%.
Estos niveles de aumento de precios elevan a su vez el coste de la vida para los ciudadanos. Y, de entre todos los efectos negativos de un contexto inflacionista, destaca la pérdida de poder adquisitivo de las personas, que cada vez pueden comprar menos cosas con el mismo dinero.
Este efecto tiene una repercusión directa en nuestros ahorros, ya que la inflación es la enemiga silenciosa del dinero ahorrado en nuestras cuentas bancarias. ¿La razón? Que, mientras permanece en esa cuenta, el ciudadano no da uso a ese dinero y hace que, a la vez, dicho dinero vaya perdiendo valor a raíz de la subida de los precios.
Por eso es recomendable dar un uso más racional a ese dinero que, almacenado en nuestra cuenta corriente (lógicamente, esa referencia a su almacenamiento es una pequeña licencia). Y eso pasa por dejar en dicha cuenta lo justo para poder operar con ella y responder a necesidades urgentes y tratar de conseguir rentabilidad con el resto.
El dinero que hay que dejar en el banco
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha explicado en su página web cuál es la suma de dinero necesaria para dejar en una cuenta corriente y, a la vez, poder combatir la inflación y la pérdida de poder adquisitivo que nos inflige. La organización se refiere a la cantidad de dinero que hay que dejar en el banco, que no debe ni "demasiado dinero ni demasiado poco".
La OCU apuesta por una cantidad similar a tres meses de salario para dejar en la cuenta corriente. Con ella, el ciudadano puede cubrir sus gastos mensuales (alquiler o hipoteca, alimentación, otras facturas, ocio...) y blindarse ante alguna hipotética eventualidad o emergencia. Así, el resto del dinero se puede poner en funcionamiento.
Cómo conseguir rentabilidad con el resto del dinero
La forma en la que el dinero que no guardemos en la cuenta corriente dependerá del tiempo que podremos prescindir del mismo para obtener una mayor rentabilidad. La OCU propone dos escenarios:
-Si el ciudadano solo puede prescindir del dinero durante unos meses puede optar por un depósito a corto plazo, por ejemplo, de un año. En estos casos, eso sí, se recomienda no sacar el dinero antes de tiempo porque de lo contrario las cláusulas de penalización pueden provocar que perdamos dinero en lugar de obtener rentabilidad.
-Si el ciudadano puede prescindir del dinero durante un periodo de tiempo mayor una de las mejores opciones es la de los depósitos a cinco o diez años. La razón es que, a pesar de posibles momentos de pérdidas, las ganancias potenciales son mucho mayores.
La OCU, eso sí, pone una cifra de límite a la hora de hacer las inversiones correspondientes: recomienda no dejar más de 100.000 euros en el mismo banco, ya que es la cantidad máxima que el Fondo de Garantía de Depósitos cubre en el caso de quiebras. En caso de tener fondos por cuantías superiores a esos 100.000 euros es conveniente repartirlos en productos de diferentes entidades.