Economía

Más allá de evitar la recesión: los dos datos del PIB de la Eurozona que no deberían pasar desapercibidos

  • El consumo tuvo la mayor caída trimestral desde 1999 exceptuando el covid
  • El PIB de Irlanda se revisó a la baja en más de tres puntos porcentuales
Foto: iStock

El Producto Interior Bruto (PIB) de la Eurozona se estancó en el último trimestre de 2022. Eurostat publicó este miércoles la revisión del dato preliminar, pasando la cifra de un crecimiento intertrimestral del 0,1% en el último cuarto del año pasado a un 0%. El titular parecía claro: la economía de la zona euro evolucionó algo peor de lo esperado y se congeló en el primer tramo del invierno, pero la región sigue evitando por poco la primera pata de la recesión técnica (dos trimestres seguidos de contracción). Rascando bajo la superficie, aparecían dos datos sobre los que se pasó de puntillas en un primer momento, pero que no deberían pasar desapercibidos.

El más espectacular fue la inédita revisión del PIB de Irlanda, desde una estimación preliminar del 3,5% en el cuarto trimestre de 2022 a un 0,3%. Ese salto hacia abajo afectó a la cifra global más allá de la consabida corrección de Alemania a la baja (de un -0,2% a un -0,4% trimestral). El otro fue un dato de calado más profundo extraído del hecho de que la lectura de PIB incluía esta vez el desglose completo: una alarmante caída en el consumo de los hogares del -0,9%, la mayor en un trimestre en toda la historia de la Eurozona (desde 1999) exceptuando los peores momentos del covid en 2020 y en 2021.

En lo tocante a Irlanda, es tónica habitual que su dato de PIB arroje métricas distorsionadas por la presencia en el país de grandes multinacionales por su menor carga impositiva. Sin embargo, llama la atención una revisión tan acusada (más de tres puntos porcentuales) en el dato de un mismo trimestre de la lectura preliminar a la revisada. En el comunicado con los datos de la revisión, la Oficina Central de Estadísticas de Irlanda (CSO por sus siglas en inglés) explica escuetamente la divergencia: "El motivo de la revisión es que la estimación actualizada del PIB para el cuarto trimestre de 2022, del 0,3%, se basa tanto en datos de gasto como de producción, mientras que la estimación preliminar, se basaba predominantemente en datos de producción económica".

La demanda interna modificada (MDD por sus siglas en inglés), la medida que emplean organismos y economistas irlandeses para sortear la distorsión del PIB y que cubre la actividad interna subyacente incluyendo el gasto personal, gubernamental y de inversión, aumentó un 8,2% en 2022, pero se contrajo un 1,3% en el último trimestre de 2022.

Apuntando al conjunto de la Eurozona, la debilidad subyacente en los datos ha puesto en guardia a los analistas, a la espera de que se confirme si es una especificidad de la caída del año o una dinámica a tener en cuenta de cara a 2023. Desde Capital Economics hablan de "una lectura desalentadora" al poner el foco en la demanda interna y en el consumo de los hogares.

"La demanda interna cayó un 1,1% intertrimestral. Es cierto que ello se debió en parte a una caída de la inversión del 3,6% intertrimestral, algo natural tras el aumento del 3,9% registrado en el tercer trimestre. Esta volatilidad en los datos de inversión está relacionada con la inversión en propiedad intelectual en Irlanda, que también provoca volatilidad en los datos de importaciones. Pero incluso excluyendo a Irlanda, la inversión cayó un 0,5%", explica Jack Allen-Reynolds, economista para Europa de la firma de análisis.

El descenso del 0,9% trimestral del consumo de los hogares se antoja "aún más alarmante", según el economista. "Al margen de la pandemia, se trata de la mayor caída trimestral del consumo en la historia de la Eurozona. Y aunque las exportaciones aumentaron un 0,1% intertrimestral, sigue siendo una fuerte desaceleración con respecto a los tres trimestres anteriores".

Para Bert Colijn, economista sénior de ING, "incluso el estancamiento parece exagerar los resultados reales de la economía de la eurozona en el cuarto trimestre". El experto hace hincapié también en la considerable caída del consumo de los hogares, recalcando, eso sí, la diferencia entre países: "El descenso no fue igual en todos los países; los Países Bajos y Bélgica, por ejemplo, registraron un crecimiento saludable, pero Francia, Alemania e Italia registraron descensos de alrededor del -1%, mientras que España experimentó una caída del -2,4%".

Buscando explicación a esta caída, el economista de ING detecta un gran descenso en el consumo de bienes no duraderos encabezó la caída, lo cual, explica, "se debe probablemente a un gran ajuste en el consumo de energía, lo cual es positivo". Sin embargo, matiza, los descensos en el consumo de servicios y bienes semiduraderos son más preocupantes. "El consumo de bienes duraderos siguió creciendo, probablemente debido a que los pedidos más antiguos se están cumpliendo ahora que los problemas de la cadena de suministro y la escasez de insumos han desaparecido", aclara.

Respecto a la caída de la inversión, Colijn señala que "en general, el menor apetito inversor de las empresas está probablemente relacionado con la preocupación por el crecimiento económico y las inciertas perspectivas para los próximos meses, mientras que los tipos de interés más altos también están empezando a afectar".

El economista también mira la otra cara de la moneda, los factores que han sumado en el dato de PIB: "Con una caída tan acusada del consumo de los hogares y de la inversión, que juntos contribuyeron en -1,2 puntos porcentuales a la cifra de crecimiento del PIB, es importante analizar los factores compensatorios. El consumo público es un factor clave, con una contribución positiva de 0,2 puntos porcentuales, mientras que las existencias añadieron 0,1 puntos porcentuales a la cifra del PIB".

No obstante, expone Colijn, "la principal contribución procedió de las exportaciones netas, ya que las importaciones disminuyeron drásticamente en el cuarto trimestre, mientras que el crecimiento de las exportaciones se ralentizó notablemente hasta el 0,1%. En total, la contribución positiva de las exportaciones netas fue de 0,9 puntos porcentuales. Esto significa que la principal contribución positiva al PIB en el cuarto trimestre fue el fuerte descenso de las importaciones, lo que no es un signo de fortaleza".

"Las exportaciones apenas se movieron y el estancamiento se 'logró' básicamente mediante un desplome de las importaciones. No es una estructura de crecimiento sana. El consumo privado bajó un 0,9% intertrimestral, una caída trimestral no vista fuera de la pandemia, ni siquiera durante la Gran Crisis Financiera. Hay mucho que desentrañar aquí, pero esto no grita precisamente crecimiento en auge en 2023', sintetiza Thomas Dvorak, de Oxford Economics.

"De cara al futuro, pensamos que la zona euro está abocada a dos años de crecimiento muy débil y que una recesión sigue siendo más probable que lo contrario. Es cierto que algunas encuestas de coyuntura, como los PMI, son coherentes con un crecimiento de la economía en el primer trimestre. Pero otros indicadores son mucho más débiles. Por ejemplo, la confianza de los consumidores sigue siendo extremadamente baja, en consonancia con nuevas caídas del gasto de los hogares", afirma Allen-Reynolds, de Capital Economics.

ING: "Para el BCE, la publicación de los componentes subyacentes del PIB constituye en realidad una señal pesimista"

"La demanda de crédito registrada en la Encuesta sobre Préstamos Bancarios apunta a caídas pronunciadas del consumo y la inversión. Y el componente de pedidos de exportación del PMI sugiere que las exportaciones caerán en el primer semestre de este año. En conjunto, los datos del PIB publicados hoy refuerzan nuestra opinión de que la economía de la eurozona se comportará este año mucho peor de lo que sugieren las previsiones de consenso", agrega.

Por último, desde ING profundizan en la óptica del Banco Central Europeo: "Para el BCE, la publicación de los componentes subyacentes del PIB constituye en realidad una señal pesimista. El estancamiento del PIB a primera vista no es una señal de que la demanda se esté enfriando rápidamente, pero los componentes subyacentes muestran que las condiciones económicas se deterioraron más marcadamente de lo previsto inicialmente. Es difícil leer hacia dónde se dirige la actividad económica a corto plazo, con noticias tanto positivas como negativas en torno al primer trimestre de este año. Como consecuencia, esperamos otro trimestre de estancamiento del PIB".

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