
China se enfrenta a un problema que para otros será un negocio. El envejecimiento de la población y el debilitamiento de la fuerza laboral desde la pandemia dejan al gigante asiático en una situación compleja: quién va a cuidar a tantos ancianos en un país donde cada vez más familias tienen que hacer malabares para mantener a padres y abuelos. En las residencias está el futuro y a ellas se dirigen cada vez más inversiones, aunque el éxito del plan depende de un cambio de mentalidad.
Acabar los días en una residencia es un paso que cuesta especialmente a la población china, donde la cultura del respeto a los mayores choca con una opción que ven más como de abandono o castigo. Además, suelen ser lugares caros, que la mayoría de jubilados, con pensiones precarias, no pueden costear.
Sin embargo, la presión demográfica obligará a cada vez más familias pequeñas (herencia de la política de hijo único que imperó en China entre 1980 y 2015) a dejar atrás el estigma y apostar por los hogares de la tercera edad. Aunque solo sea en aquellas donde los ahorros para la jubilación son suficientes para afrontar el gasto, los casos se contarán por decenas de millones.
El boom del negocio será entre 2025 y 2028
Previendo la nueva era, los inversores van elevando la apuesta hacia ese cambio de actitud que impulsará el sector de la atención profesional para ancianos. La inversión total en el mercado de viviendas para ancianos (incluida la vivienda, el cuidado y el equipo necesario) por parte de entidades públicas y privadas fue de aproximadamente 1 billón de dólares en 2022 frente a los 200.000 millones de dólares de hace una década. Los datos de los expertos aportados a Reuters indican que la cifra podría llegar a los 3 billones en 2035, con el punto álgido entre 2025 y 2028.
Ya el año pasado el Gobierno anunció una partida de 5.100 millones de dólares para construir instalaciones para jubilados, como parte de un plan para mejorar el cuidado de los ancianos. En este sentido, el presidente Xi Jinping ha ha ordenado el desarrollo de servicios de cuidados a mayores y mejoras en el sistema de pensiones.
Actualmente en China existe el denominado modelo '9073': el 90% de los ancianos chinos son atendidos en el hogar, mientras que alrededor del 7% reciben asistencia comunitaria y sólo el 3% vive en residencias.
La proyección de población de la Comisión Nacional de Salud de China apunta a que los mayores de 60 años aumentarán de los 280 millones actuales a 400 millones en 2035.
40 millones de ancianos 'alimentarán' el negocio
Tras estas cifras está el negocio que ya avistan algunos inversores: si el modelo '9073' no cambiara, en los próximos años habrá una necesidad de 40 millones de camas en instalaciones comunitarias y hogares de ancianos frente a los ocho millones que se necesitan ahora.
Además, aunque poco a poco, la mentalidad de los mayores está cambiando y cada vez apuestan más por una vejez más independiente. El nivel de ahorro deberá ser elevado si se opta por una residencia privada
Ardor Gardens es un ejemplo. El complejo de 85.000 metros cuadrados construido por la inmobiliaria Lendlease se ubica a las afueras de Shanghái y tiene una cuota de membresía de 15 años por 143.000 dólares con los que se paga una habitación, más un pago mensual de 650 dólares para cubrir las tarifas de administración, la atención médica y las actividades pasatiempos a disposición (pintura, ping pong y natación).
Lejos de esos lujos están los hogares de ancianos administrados por el Gobierno, ubicados en Shanghái y Pekín y que cuentan con instalaciones más básicas. En estos casos, el precio ronda los 290 dólares por mes. Pero incluso esta opción es inasumible para quienes cobren la pensión media, de unos 430 dólares al mes.
Lendlease, Keppel, incluso Panasonic siguen abriendo centros para mayores. Las compañías buscan expandirse más allá de la capital hacia las ciudades de nivel 1 y 2 de China en busca de aumentar el negocio.
La inversión no está exenta de riesgos. Uno de ellos podría derivar de la escasez de personal cualificado. Aparte del cambio de mentalidad, encontrar mano de obra capacitada para el cuidado de los ancianos es el otro hilo del que depende el éxito de la inversión.