
España fue el país de la UE donde más aumentó entre 2019 y 2021 el número de personas que vivían en hogares que se retrasaron en los pagos de la hipoteca, el alquiler o las facturas. Los datos se desprenden de la estadística de Eurostat sobre vivienda en Europa y reflejan el 'azote' que supuso la pandemia para millones de ciudadanos. Las ayudas directas durante la pandemia fueron las más bajas de toda la zona euro. Apenas llegaron al 1,3% del PIB, mientras la media de la zona euro alcanzó el 4%.
En 2019, 3,8 millones de los 47 millones de ciudadanos españoles residían en hogares con problemas para realizar a tiempo los pagos relacionados con la vivienda. En el primer año de la crisis sanitaria, el total se disparó a 6,38 millones y en el segundo a 6,77 millones (en ambos casos sobre una población total de 47,3 millones). Traducida la evolución en porcentaje, entre 2019 y 2020 el número de ciudadanos en hogares con problemas para afrontar los pagos aumentó un 68% en 2020 y un 78,2% en 2021, respectivamente.
En la ratio presentada por Eurostat influyen factores como la población, número de viviendas e impagos. De la comparativa por países (cada uno con su idiosincrasia) se deduce que Alemania fue el segundo país con más dificultades en este sentido. En su caso, el porcentaje de ciudadanos en hogares con impagos relacionados con la vivienda aumentó un 40,8% entre 2019 y 2020 y un 51,5% durante los dos primeros años de pandemia.
Los contrastes son grandes. En Estonia la evolución en ese periodo fue negativa y el número habitantes en hogares por impagos se redujo en un 32,7% entre 2019 y 2021. En Bélgica ocurrió una situación distinta: en el primer año de pandemia el número de afectados totales aumentó un 2,4%, pero en la comparativa 2019-2021 cayó casi un 23%.
Los datos de Eurostat no deben sorprender teniendo en cuenta que la economía española fue la que más sufrió por el impacto del Covid. No solo eso. Además, España es el único país de la UE que todavía no ha recuperado los niveles previos a la pandemia. Aunque el PIB no suele ser un buen indicador para analizar la economía del bolsillo del ciudadano, sí sirve de para saber en qué contexto se movían las familias españolas. Y España sufrió más que nadie los confinamientos por el peso del sector servicios en la estructura productiva, principalmente el turismo y hostelería.
¿Qué pasó en España?
De forma paradójica, España también fue el país con menos despliegue de medidas directas para apoyar a la economía y familias. El BCE calculó que las ayudas españolas supusieron el 1,3% del PIB frente a la media de la zona euro del 4%. En otros países hubo bajadas de impuestos y ayudas directas a familias y empresas.
Las principales medidas que se utilizaron fueron esquemas de protección de Empleo, los famosos Ertes, y líneas de crédito ICO para garantizar la liquidez a empresas. Pero el gasto de protección de empleo fue financiado por la UE y los préstamos no tienen impacto presupuestario.
En muchos países europeos, se articularon ayudas directas; pero en España las medidas fueron más selectivas y para colectivos vulnerables. Por ejemplo, destacó la moratoria hipotecaria, para préstamos al consumo o sectoriales. Estaban limitadas a personas y empresas, que se quedaron sin rentas por el covid. La medida solo suponía el retraso en los pagos durante nueve meses. También amplió la cobertura del bono social para pagar la electricidad o se impulsaron ayudas para pagar el alquiler. Los datos de Eurostat apuntan que los paquetes de ayudas tuvieron escaso éxito.
Tanto los precios de la vivienda como los de los alquileres aumentaron durante el período de 2010 a 2021 en la UE. Lo hicieron, de media, un 37% y un 16% respectivamente. Sin embargo, en 20 países de la UE, la proporción de personas que viven en hogares con atrasos en el pago de la hipoteca, el alquiler o los recibos descendió, se mantuvo en Malta y aumentó en los cinco restantes, entre ellos, España (no hay datos de Eslovaquia de 2021).
En España se destina menos renta disponible a la vivienda que en la UE pero más en el caso de los hogares en riesgo de pobreza
La asequibilidad de la vivienda se complica. Esta es la otra conclusión que se extrae de los datos de Eurostat, que indican que el porcentaje de renta disponible que se destinó a sufragar los gastos de la vivienda, sobre todo, para las rentas que no son elevadas en España.
De media en la UE en 2021 los gastos de vivienda se llevan una quinta parte de la renta disponible (el 18,9%), pero la variación entre estados aquí también es grande. Los porcentajes más altos se los anotaron Grecia, donde se destinó el 34,2% de la renta disponible a cubrir facturas de la vivienda, Dinamarca (26,3%) y Países Bajos (23,9%). En este apartado, y en contraste con el aumento de personas que residen en hogares que no pudieron pagar a tiempo las facturas, España se sitúa unas décimas por debajo de la media, con el 18,2% de la renta derivada a esos pagos.
Para quienes tenían una renta disponible superior al 60% de la renta mediana, la vivienda se comió el 15,2% de la renta disponible, el 12,3% en el caso de España. Las dificultades crecen, sin embargo, cuando entre la renta disponible es inferior al 60% de la renta mediana nacional (consideradas por debajo del umbral de pobreza). Aquí, la vivienda absorbe, de media, el 37,7% de la renta disponible. En este caso, España está por encima de la media, con el 39,8%.