Economía

España lidera el subempleo en la UE un año después de la reforma laboral

  • Seis de cada diez trabajadores subempleados tienen un contrato indefinido
  • Los asalariados fijos precarios suben un 18% en el último año

España cerró 2022 con un porcentaje de trabajadores subempleados del 5,4% sobre el total de ocupados, la tasa más alta de la Unión Europea e idéntica a la de Países Bajos. Eurostat define este indicador como las personas que trabajan a tiempo parcial, pero quieren trabajar más horas, y en este sentido la comparativa de nuestro mercado laboral con el de nuestros vecinos resulta sorprendente, ya que nuestro país solo registra un 13,5% de trabajadores a media jornada, un nivel muy por debajo de la media europea (18,4%) y tres veces menor al dato holandés. 

Un año después de la reforma laboral, España sigue arrojando cifras preocupantes sobre la calidad del empleo en la comparativa con el entorno europeo. Aunque la reforma laboral redujo siete puntos el porcentaje de asalariados con contrato temporal, a un mínimo histórico del 17,7%, sigue siendo el segundo más elevado de la UE tras el de Países Bajos.

Sin embargo, la reducción del subempleo ha sido mucho menor, de apenas cuatro décimas, aunque es la más reducida desde 2009 (descontado el segundo trimestre de 2020, cuando la destrucción de empleo provocada por la la pandemia la redujo al 5,3%).  

Así, a pesar de esta evolución positiva, surge la pregunta de cómo España puede tener la misma tasa de subempleo que un país con un 40% de empleo a tiempo parcial como Países Bajos. 

La respuesta es sencilla: el 40,1% de los asalariados españoles a tiempo parcial son subempleados, cuando los holandeses solo suponen el 12,6%. La diferencia se debe a que allí el tiempo parcial es clave en el modelo formativo: el 47% de los jóvenes compatibilizan empleos y estudios. En España solo llegan al 7,2%.   

Sin embargo, para entender en su totalidad el fenómeno del subempleo y los efectos positivos y negativos o neutros, de la reforma laboral, los datos de Eurostat se quedan cortos, ya que solo se centran en los trabajadores a tiempo parcial. En este sentido los datos de la Encuesta de Población Activa arrojan una radiografía más amplia.  

Así el INE define el subempleo como "el conjunto de ocupados que desea trabajar más horas, que está disponible para hacerlo y cuyas horas efectivas de trabajo en la semana de referencia son inferiores a las horas semanales que habitualmente trabajan los ocupados a tiempo completo en la rama de actividad en la que el subempleado tiene su empleo principal". Esto eleva la cifra de 1,1 de Eurostat a 1,68 millones  

Es la cifra más baja registrada en un cuarto trimestre desde 2007. Pero esta positiva evolución, tienen un reverso negativo: los afectados con contratos indefinidos sí se han incrementado y ahora suponen un 59% del total. El mayor porcentaje de la serie histórica. 

El Ejecutivo ha tratado de atajar mediante el impulso dado a la contratación indefinida en la reforma laboral aprobada hace un año. Pero esta estrategia ha funcionado solo parcialmente.

Así, mientras los subempleados con contrato temporal han retrocedido un 29,9% en el último año, hasta los 560.300, la cifra general solo ha retrocedido un 6,6%, según revelan los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).

¿Qué ha ocurrido? La clave es el comportamiento de los indefinidos en esta situación, que han aumentado un 18%, hasta los 989.200 afectados. Es la mayor cifra registrada desde 2015, cuando el mercado laboral aún pugnaba por superar las secuelas de la crisis financiera. De esta forma, el incremento de 150.000 indefinidos subempleados ha contrarrestado el 60% de la caída de 250.000 temporales.

Los indefinidos suponen el 59,3% del total, 13 puntos más que hace un año, cuando se quedaban en el 46%. Los temporales han retrocedido desde el 44% al 33,6%%. Por otro lado, el restante 7,1% corresponde a trabajadores que la EPA considera "no clasificables" como asalariados. Estos han retrocedido un punto respecto al cuarto trimestre de 2021.

Pero la cuestión va más allá de un simple cambio de cromos en el peso que tienen en el subempleo entre ambas categorías de contratos. La evolución contribuye a agravar un problema enquistado en el mercado laboral desde el estallido de la crisis financiera.

Precariedad indefinida

Y es que, pese a los que se suele pensar, el subempleo no es un problema ligado exclusivamente a los contratos temporales, si bien hasta 2008 estos llevaban la delantera. Pero a partir del colapso financiero, se disparó entre los indefinidos. Entre el segundo trimestre de 2007 y el segundo trimestre de 2013 creció un 114% el número de asalariados fijos que sufrían esta situación, casi tres veces más que el de los temporales, que solo se incrementó un 42%.

Con la recuperación de la actividad en los años siguientes, la situación no se corrigió. El subempleo disminuyó, sí, pero en ese nuevo mercado laboral la precariedad entre los indefinidos se situaba en niveles similares a la de los temporales. Eso sí, nunca hasta la reforma laboral habían llegado a superar el 50% del total (contando a los 'no clasificables').

El desequilibrio, como vemos, no se produce solo porque haya menos subempleados temporales, sino porque hay más indefinidos. Algo que casa mal con el argumento del Ejecutivo de que la reforma laboral no solo ha aumentado los contratos fijos, sino que ahora son de mayor calidad.

Nuevos subempleados fijos

Pero hay otra pregunta que cabe hacerse: ¿es este incremento de los subempleados achacable sol o a los nuevos contratos? Algo relevante porque, a la inversa de lo que ocurre con los asalariados temporales, los indefinidos más 'precarios' en términos de horas se concentran entre los que llevan más tiempo en el mismo empleo. De hecho, en el cuatro trimestre de 2022 suponían el 70% del total.

Algo que se explicaría porque se trata de trabajadores de mayor edad que, aunque no logran mejorar sus condiciones no se arriesgan a buscar otro empleo ante las dificultades para encontrarlo y el desincentivo de perder la antigüedad y la indemnización por despido. Los trabajadores que llevan menos tiempo y han generado menos derechos son más proclives a cambiar de trabajo.

Sin embargo, tras la reforma laboral este porcentaje se ha reducido al 58%, ante el incremento de los nuevos trabajadores y los que llevan menos de dos años en el puesto (es decir, que empezaron a trabajar unos meses antes de que se aprobara la reforma laboral pero no han visto mejorada su situación).

Esto confirma que, en lugar de frenar la entrada de nuevos trabajadores subempleados que, a medio plazo reduzcan el saldo general, la reforma laboral los ha aumentado.

Está por ver, en cualquier caso, si se trata de un efecto colateral del auge de la contratación en el primer año de la norma o a que los contratos fijos se han consolidado como la vía de escape para gran parte del subempleo que ya no puede sostenerse en la temporalidad.

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