El Índice de Precios de Consumo (IPC) se sitúa en enero en el 5,8% interanual, una décima por encima de la inflación de diciembre que rompe con cinco meses de descensos consecutivos. La inflación subyacente, la que no incluye productos energéticos ni alimentos no elaborados, sigue sin dar tregua y avanza medio punto para colocarse en el 7,5%, ampliando la brecha con la tasa general.
Habrá que esperar al 15 de febrero para dar por definitivo el dato adelantado este lunes el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es la primera medición que recoja el impacto de la rebaja del IVA a ciertos alimentos básicos que el Gobierno aplica desde enero para facilitar la cesta de la compra. El pasado diciembre, el precio de los comestibles anotó un nuevo récord al subir un 15,7%. También es la primera estadística con el descuento a los combustibles solo aplicable a los profesionales. La diferencia en el precio para el consumidor general ha tenido gran impacto en el IPC de enero, sin la bonificación de los 20 céntimos por litro.
Según confirma el INE, el alza del IPC se debe principalmente a que los precios de los carburantes subieron más este enero de lo que lo hicieron el mismo mes del año pasado y a que el descenso de los precios del vestido y calzado fue menor que en el año pasado. Al contrario, destaca la bajada de los precios de la electricidad, mayor que en enero 2022.
El IPC baja un 0,3% en el mes
En cuanto a la evolución mensual, el indicador adelantado apunta a que los precios de consumo registran en enero una tasa del -0,3% respecto a diciembre frente al crecimiento del 0,2% del mes previo.
En el mes de enero la tasa de variación anual estimada del IPCA se sitúa en el 5,8%, tres décimas superior a la registrada el mes anterior; la variación mensual estimada del IPCA es del -0,5%.
Cambio de metodología
Estadística ha informado de que el IPC de enero de 2023 utiliza, por primera vez, ponderaciones procedentes de la Contabilidad Nacional e incorpora "cambios relevantes en la medición del IPC" para ajustarse al reglamento europeo y a los cambios del mercado de la energía.
Uno de los cambios se refiere a la ampliación de la cobertura de los mercados del gas y de la electricidad, con la incorporación de la parte relativa al mercado libre de ambos sectores. "Para llevar a cabo dicha ampliación ha sido preciso realizar un proceso de adaptación de la información sobre precios del mercado libre de ambos sectores para hacerla compatible con las exigencias metodológicas del IPC", explica el INE, altamente criticado en los últimos meses por no recoger el impacto de este mercado al que se suscriben cada vez más hogares.
En una convocatoria para explicar el cambio metodológico, el subdirector general de estadísticas coyunturales, Ignacio González Veiga, ha indicado que tras la adaptación de las empresas a los requerimientos del INE ya sí cuentan con información suficientemente detallada sobre los precios pagados por los hogares (número de clientes de cada contrato y qué peso tienen para la empresa), no con los ingresos medios de las compañías, que era la información que trasladaban hasta ahora.
Desde enero, la medición del consumo privado (en el caso de las eléctricas, aquellos de menos de 10 kWh) se hará en base al resultado de dividir el ingreso total de las empresas entre el número de unidades de potencia (kWh). Además, las empresas que envían la información -colaboran quienes representan más del 80% de la cuota de mercado- deben ajustarse a un calendario prefijado y trasladar a Estadística los datos del mes en curso.
Sobre la incompatibilidad de la comparación del dato de este enero con el de enero pasado (cuando solo se medía el mercado regulado), desde el INE indican que si bien existe, es "asumible" y el dato estadístico es "validable" y además está "respaldado" por Eurostat, recuerdan, por lo que la serie histórica continuará. El dato será conjunto, es decir, no habrá una medición por separado del mercado libre y del regulado.
El segundo cambio modula la estructura de las ponderaciones para ajustarse al reglamento europeo, que marca un cambio de tornas: a partir del año 2023 la fuente principal utilizada para el cálculo de las mismas pasa a ser la Contabilidad Nacional (CN) y la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF), que era hasta ahora la principal, pasa a ser el apoyo. Y ponderan distinto.
Así, en la estructura de ponderaciones para 2023 los grupos que más peso ganan son Medicina, Transporte, Ocio y Cultura y Otros mientras lo pierden los de Alimentos (que están en máximos de más de 28 años), Vivienda y Vestido y Calzado.
Según ha detallado González Veiga, los cambios en las ponderaciones no se traducen en que el patrón de consumo de los hogares se haya modulado, únicamente ha cambiado la fuente de la que se obtienen los distintos pesos de los bienes y servicios en la cesta de la compra.
La nueva estructura de ponderaciones se aplica tanto al IPC general como a la subyacente, cuya subida hasta el 7,5%, no responde a que se hayan alterado los pesos de los productos en la cesta, sino a que la mayor parte de estos productos se está encareciendo.
Al igual que con la introducción del mercado libre energético, desde el INE reconocen que esta variación en los pesos de los grupos "tendrá efecto" en el IPC pero tampoco será de tal envergadura que invalide la serie. En el caso del avance del 0,1% de este mes, recuerdan que se explica en los combustibles y aseguran que el dato de enero, del 5,8% está ajustado y podía esperarse -precisamente por la ausencia de bonificación de gasolinas para el consumidor general- pese a estar un punto por encima de la estimación de parte de los analistas.
Sobre la posible desactualización que pueda comportar la EPF de 2021 (la última disponible) para valorar consumos actuales, Estadística recuerda que también extrae datos de informaciones exógenas aportadas por otras encuestas correspondientes a 2022. Es decir, Contabilidad Nacional y la EPF son las estadísticas base pero no las únicas de las que 'bebe' la medición del IPC.
La última novedad es el cambio en el procedimiento utilizado para la realización de la encuesta: se recolectarán datos de los precios por medio de dispositivos electrónicos. Este cambio se hará efectivo a lo largo de 2023 y pretende simplificar "el proceso de obtención de información y se agiliza el procesamiento de la misma".