Economía

La economía de Brasil, en riesgo de caer un 1% por el asalto bolsonarista

  • Los expertos prevén que la inestabilidad política minará la inversión en enero
La entrada al Congreso de Brasil, tras el asalto bolsonarista. Foto: Reuters
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La incertidumbre económica se cierne sobre Brasil. Tras los recientes acontecimientos acaecidos en la primera potencia latinoamericana el domingo, el presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva (que tomó posesión el día 1 de enero) debe calmar los ánimos para que la inversión no escape del país.

Así, la analista de Bloomberg Economics para Brasil y Argentina, Ariana Dupita, asegura que es "muy poco probable" que los mercados y la economía salgan ilesos. El modelo de Bloomberg destaca que, de seguir la inestabilidad política en el país, su actividad económica se verá reducida un 0,7% en el mes de enero. Al mismo tiempo, "se podría debilitar el real en un 1,8% y hacer caer los precios de las acciones un 3%", resalta Dupita.

En este sentido, el asalto a Brasilia por parte de los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro "agrega un riesgo a la baja inmediato para los mercados del país", aseguró ayer la analista.

El supuesto en el que se basan los resultados es que la incertidumbre política "se eleva al nivel observado en el segundo trimestre de 2017", cuando un escándalo de corrupción aumentó el riesgo de una reorganización del Gobierno en menos de un año después de que la presidenta Dilma Rouseff fuese expulsada.

"Hay riesgos en ambas direcciones. Si la crisis termina rápidamente, el impacto en los mercados y el crecimiento de Brasil será menor. Si aumenta, el coste será mayor", sentenció Ariana Dupita en su informe.

Como sucedió en el Capitolio

Esta crisis en Brasil recuerda al asalto que sufrió el Capitolio de los Estados Unidos el pasado 6 de enero de 2021 y plantea un auténtico desafío de gobernanza para la Administración de Lula da Silva. Según Dupita, lo que tiene que hacer ahora el presidente brasileño es "avanzar en objetivos cruciales" como la consolidación fiscal, "que será difícil", asegura la analista de Bloomberg Economics.

En este sentido, el presidente se enfrenta al negacionismo de los resultados electoreales del 30 de octubre. Lula y sus ministros calificaron estos hechos de "sin precedentes" y "bárbaros" y aseguró que no solo los manifestantes iban a ser castigados, sino también a los que financiaron los actos, transportando a miles de personas a la capital estos días. De los miles de partidarios que asaltaron Brasilia el domingo, saqueando el palacio Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema, se han contabilizado más de 400 detenidos hasta el momento.

Este "intento de golpe de Estado", así lo calificó el ministro de Justicia brasileño, Lula Flavio Dino, fue condenado por un sinfín de líderes internacionales. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lo calificó de "indignante".

Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también mostró ayer su apoyo a Lula da Silva durante la inauguración de la VII Conferencia de Embajadores en el Ministerio de Exteriores. Sánchez aseguró que lo sucedido en Brasilia "nos muestra el peligro que supone para las instituciones libre y democráticamente elegidas el resurgir de movimientos extremistas" como los que están surgiendo.

Lula también recibió el apoyo del presidente de Francia, Emanuel Macron, y de sus convecinos Alberto Fernández, presidente de Argentina, y de Gabriel Boric, presidente de Chile. Bolsonaro, por su parte, dijo en su cuenta de Twitter que los eventos vistos el domingo en Brasilia "están fuera de las reglas" y expresó su repulsa "a las acusaciones infundidas" hechas por Lula.

Los inversores creen que la confianza en los activos brasileños se debilitarán, una confianza que se ha visto afectada por el temor a que Lula aumente el gasto público y deshaga las reformas más favorables para el mercado.

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