Economía

El enfriamiento del PIB marcará la agenda del nuevo presidente de Brasil

  • El de la pobreza es otro gran reto, 33 millones de personas pasan hambre en el país
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Este domingo Brasil fue llamado a las urnas para elegir a su nuevo presidente en segunda vuelta. La economía estuvo muy presente durante toda la campaña electoral y es que el país se enfrenta a varios desafíos. El economista e investigador macroeconómico para Latinoamérica de Axa IM, Luis Lopez Vivas, asegura que esta nueva administración "hereda una economía estancada y una situación fiscal difícil", además de un Congreso totalmente fragmentado, de mayoría conservadora, que "es probable que obstaculice cualquier intento significativo de abordar esto".

Según los datos macroeconómicos aportados por Bloomberg, el PIB brasileño crecerá un 2,7% interanual este año, está previsto que para 2023 sea del 0,8 y en el 2024 se quede en un 1,9% interanual. Por tanto, la economía brasileña se está enfriando en un contexto de recesión global e inflacionista.

López Vivas asegura que solo el escenario alcista "permite una estabilización de la deuda pública", es decir, esta administración va a tener que hacer reformas fiscales para contener el gasto público y "promulgar medidas que puedan levantar el crecimiento potencial del PIB".

La crecida de los precios es otro gran problema con el que tendrá que lidiar el próximo Ejecutivo. La inflación anual en Brasil tocó techo entre abril y mayo cuando estuvo en torno al 12%, el dato más alto en 19 años. Esto obligó al Banco Central de Brasil a elevar los tipos de interés hasta el 13,75%, una tasa que decidieron no tocar en su última reunión el pasado 27 de octubre (a tres días de los comicios), por la actual coyuntura que calificaron de "incierta y volátil" y que "requiere serenidad en la evaluación de los riesgos", señalaron en el comunicado emitido tras la reunión.

Ahora mismo, según los datos de Bloomberg, la inflación anual disminuyó a un 6,85%, es decir, casi la mitad que pico máximo registrado, por tanto la economía está teniendo un buen comportamiento en ese aspecto, "las empresas y los consumidores han tolerado bien este ciclo de subidas, en parte gracias a las ayudas del Gobierno", explica el economista de mercados emergentes de abrdn, Edward Glossop.

Pero lo cierto es que, a pesar de que las clases medias han sorteado el golpe de la crisis, de la anterior etapa se hereda otro gran problema de carácter humanitario: el hambre. La recuperación tras la pandemia "ha sido bastante irregular", asegura Luis López Vivas, como resultado de las condiciones meteorológicas extremas, los tipos de interés elevados y el alza de los precios al consumido.

La inflación está en máximos y aprieta cada vez más a las clases bajas, que gastan casi un tercio de su salario en alimento, frente al 13% que emplean las personas más adineradas.

Según un estudio realizado por la Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria (Rede Penssan), 33 millones de personas pasan hambre en Brasil, un 73% más que en 2020: "El número de domicilios con habitantes que pasan hambre saltó de 9% a 15,5%"

Esto es consecuencia de "el desmonte de políticas sociales, el empeoramiento de la crisis económica, el aumento de las desigualdades sociales y el segundo año de la pandemia de Covid-19", explican.

Al mismo tiempo, el estudio relata que más de la mitad de la población del país (125,2 millones de personas) "convive con algún grado de inseguridad alimentaria", es decir, personas que no tienen la certeza de si podrá llevarse algún alimento a la boca en un futuro próximo, esta tasa subió un 7,2% con respecto a los datos de 2020.

Por tanto, según lo vaticina Edward Glossop, el nuevo presidente de Brasil se va a ver limitado "por mantener la credibilidad de los mercados". Además no parece que haya un gran deseo de interferir en el Banco Central, "que parece que va a retrasar la bajada de los tipos de interés mientras la inflación subyacente siga siendo rígida". En cuanto al medio plazo, es posible que tenga "dificultades para mantener la disciplina fiscal", asegura el experto. El escenario es complicado pero hay oportunidades.

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