La vuelta a la normalidad en China en pleno rebrote masivo de covid está suponiendo un caos para los ciudadanos, que después de tres años de encierro en la práctica tienen que aprender a convivir con el virus en uno de los peores momentos desde que estalló la pandemia. El mensaje del miedo que ha aplicado el Gobierno durante este tiempo y un sistema sanitario insuficiente para un aumento de casos descontrolados están llevando a la población a buscar remedios a la desesperada. Lo intentaron con la vitamina C de los limones y ahora están acudiendo al mercado negro de las pastillas.
El Paxlovid que comercializa Pfizer se ha convertido en un bien de lujo escaso. Es prácticamente imposible acceder al antiviral (el único medicamento covid extranjero aprobado por el regulador de China para uso nacional) que cubre la sanidad pública china, según las denuncias aparecidas -y eliminadas- en varias redes sociales del país. Tampoco se encuentran terapias de otras marcas para combatir la enfermedad y el mercado negro de genéricos está empezando a ser opción cada vez para más gente.
Los canales de venta online son los grandes beneficiados de esta tensión. La búsqueda de tratamientos genéricos fabricados en otros lugares y no aprobados por China está en pleno auge. Los antivirales de India son una de las principales alternativas. Aseguran el envío el mismo día del pago del pedido y en dos o tres semanas está en manos del comprador. Eso sí, a precio de 'oro'.
Según ha informado el 21st Century Business Herald, se han llegado a pagar 5.800 yuanes (830 dólares) por una caja de Paxlovid, más del doble del precio oficial en China continental. The Paper, una publicación con sede en Shanghái, apunta a que se han vendido 50.000 cajas de de antivirales genéricos extranjeros desde que el Gobierno empezara a insinuar el fin del 'covid cero' en noviembre.
Aumentar la oferta también es complicado y hay poca transparencia sobre cuánto Paxlovid hay disponible en China. La empresa estatal China Meheco aseguró la semana pasada que había cerrado un acuerdo con Pfizer para importar y distribuir el antiviral y la farmacéutica estadounidense ha confirmado estar colaborando con China para asegurar el suministro lo antes posible.
La cuestión es que hay varias empresas chinas tienen autorización para fabricar genéricos de Paxlovid, pero únicamente pueden exportarlo. Forma parte de una acuerdo del programa Medicines Patent Pool respaldado por las Naciones Unidas para proporcionar antivirales de bajo coste a los países en desarrollo.
Falta de preparación
La automedicación comporta un riesgo para la salud. El Paxlovid puede no ser apto en todos los pacientes. Los médicos recuerdan que el tratamiento se receta después de haber realizado al enfermo una serie de pruebas porque puede no ser adecuado para personas que ya toman ciertos medicamentos para otras dolencias.
Las dudas sobre si China sobre si está preparada para satisfacer la enorme demanda están empezando a disiparse y la respuesta se presume negativa. "Incluso si hubiera suficiente Paxlovid para la gran población, una infraestructura de distribución para llevar las píldoras a los pacientes a tiempo no es algo que se pueda establecer de la noche a la mañana", ha reconocido a Bloomberg Siddharth Sridhar, profesor asistente clínico en el departamento de microbiología de la Universidad de Hong Kong.
La saturación ocurre después de una flexibilización de las restricciones más rápida de lo esperado. La reapertura de un día para otro ha impedido una planificación necesaria ante el previsible aumento de casos que seguiría a la normalidad. Y el sistema sanitario chino no está preparado para asimilar un brote masivo: no hay medicamentos suficientes para tratar a pacientes enfermos de covid (especialmente ancianos) ni camas en hospitales para el consecuente aumento de casos graves.
Cuando China todavía estaba tratando de mantener alejado el virus con su estricta política, los altos funcionarios de salud, entre ellos Liang Wannian, insistían en que asegurar un suministro adecuado de antivirales era esencial antes de que el país considerara la reapertura, especialmente por la escasa población anciana vacunada. Pero el guion ha tendido al caos.
Tras tres años de propaganda de un virus excepcionalmente mortal que ha mantenido a China cerrada mientras Occidente (insensato, según el Gobierno chino) aprendía a convivir con él, los ciudadanos se han visto empujados a la calle sin que haya dado tiempo a superar el temor y a asimilar que ahora contagiarse se asemeja más a un "resfriado", como ha dicho un importante asesor médico del país.
Sus reacciones denotan la desesperación: los limones se están agotando porque confían a la vitamina C propiedades curativas no demostradas contra el covid y se juegan la salud precisamente tomando pastillas para prevenir la enfermedad.
