
La economía vasca siguió creciendo en noviembre, pero registró una mayor desaceleración que los meses precedentes, según el 'termómetro' que elabora el departamento de Economía y Hacienda del Gobierno vasco. No obstante, el Ejecutivo que preside Iñigo Urkullu mantiene las previsiones para 2023, que apuntan a un crecimiento económico del 2,1% sobre el PIB.
Así lo afirmó el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, el pasado viernes. "El Gobierno sigue confiando plenamente en sus previsiones de crecimiento para 2023, ya que considera que la situación del entorno mejora ligeramente y los indicadores reales de la economía vasca muestran una gran solidez". De hecho, la producción industrial en Euskadi creció un 3% en octubre en relación al mismo mes del año anterior, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La subida sostenida de los tipos de interés puede provocar la contracción de la demanda
Pero el titular de la cartera de Economía vasca advirtió sobre la subida de los tipos de interés: "aunque es 'razonable' subirlos para ajustarlos al coste del capital, se corre un grave riesgo de contraer la demanda y vernos abocados a una severa y larga recesión, si se suben de modo drástico, sostenido y en breve plazo de tiempo".
Correcciones al alza
Respecto a las previsiones de crecimiento para 2023, un 2,1% sobre el PIB, Azpiazu destacó que están realizadas en "un entorno geopolítico muy turbulento y de gran incertidumbre. Pero, señaló que "si la tónica generalizada hasta el verano era que las previsiones se estaban corrigiendo a la baja, en la actualidad algunas instituciones las están corrigiendo al alza".
Por ello recordó que "a pesar de la incertidumbre y de las discrepancias, existe consenso en que 2024 será un año de cambio de tendencia" y, especialmente, en los mercados emergentes y las economías en desarrollo -con una media de crecimiento del 4,4%-.
El Gobierno vasco cree que bajarán las tasas de inflación, pero llegar al 2% requerirá tiempo
No obstante, advirtió Azpiazu que "esto no es óbice para tener en cuenta que la realidad de la economía vasca en 2023 estará ligada a algunos factores en los que no tenemos capacidad de influencia y cuya evolución es altamente incierta".
En lo que respecta al proceso inflacionario, explicó el consejero vasco que los principales indicadores "sugieren que la inflación mundial desenfrenada ha alcanzado su punto máximo. Como media, los metales han recuperado los niveles previos al inicio de la escalada inflacionista, mientras que los alimentos y la energía se encuentran en proceso de corrección. Una vez que la evolución de estos precios se traslade a los componentes de la cesta de la compra, tendremos un descenso notable de las tasas de inflación en los principales países, aunque bajar al objetivo del 2% requerirá todavía algún tiempo", indicó.
Suave desaceleración
Y en este contexto, la economía vasca se mantuvo en noviembre en la zona de "crecimiento sólido", según datos del 'termómetro económico', al continuar por encima de 100 puntos, pero en el marco de un proceso de suave desaceleración en los últimos meses y que experimentó en noviembre un efecto más acusado. En concreto, alcanzó el valor de 108,9 puntos, más de ocho puntos menos que en octubre (117,2).
El 'termómetro', que se elabora mensualmente sobre la base de más de 100 indicadores de la economía vasca, refleja cómo se produjo un ligero repunte de la inversión, pero fue contrarrestado por "un menor empuje de las exportaciones y cierta debilidad en el consumo privado". Por su parte, no hubo variación en el ritmo del sector público.
Desde la perspectiva de los sectores económicos, todos ellos van perdiendo intensidad a medida que pasan los meses.
Este indicador arrancó 2022 con 131,6 puntos en enero, alcanzando al mes siguiente el mejor valor del año, con 131,9 puntos. Los efectos de la invasión de Ucrania por parte de Rusia el 24 de febrero se dejaron notar ya en el 'termómetro' de marzo, iniciándose desde entonces una desaceleración en la economía mundial que ha tenido su reflejo en la economía vasca. Esto ha dificultado la recuperación tras la salida de la pandemia. Desde abril de 2021, la economía vasca se mantiene en la zona de "crecimiento sólido", según el 'termómetro'.