
Ya somos 8.000 millones de personas en el mundo. Crece la población a nivel mundial, pero ¡qué contraste!, en nuestro país los nacimientos alcanzaron el pasado septiembre el mínimo histórico: caídas del 5,4% frente a septiembre de 2021, del 6,30% en comparación con 2020 y del 8,69% con relación a septiembre de 2019, antes de la pandemia.
Según la estimación mensual del Instituto Nacional de Estadística (INE), solo en los últimos cinco años los nacimientos en este mes se han desplomado un 15,45 % hasta quedar en septiembre pasado en los 28.381, únicamente 946 al día de media, cuando en 2017 fueron 1.118 diarios y un total de 33.566.
La natalidad lleva cayendo muchos años ya, pero el descenso de los últimos ejercicios es ya muy preocupante. El descenso solo se revirtió parcialmente a mediados de la primera década primera década de los 2000, por el efecto que tuvo la inmigración, pero la tendencia general siguió y se acrecentó pasados unos pocos años y, hoy por hoy, vivimos en uno de los países con peor escenario demográfico. ¡La natalidad está en caída libre!
Que nazcan cada vez menos niños tiene consecuencias para la sociedad y para la economía: para el empleo, la actividad, para el pago de las pensiones y la dependencia. ¿Razones? La incorporación cada vez más tarde al mercado laboral, el retraso del primer embarazo por parte de las mujeres, la incertidumbre laboral y económica, los problemas de conciliación, la dificultad para acceder a una vivienda en propiedad... y también la falta de políticas por parte de las administraciones que apoyen la maternidad y a la familia.
La baja natalidad se une a una alta esperanza de vida, por encima de los 83 años en nuestro país. Baja natalidad más envejecimiento prolongado introduce retos importantes porque la población activa, que es la que soporta a los mayores, se va reduciendo cada vez más.
¿Soluciones? Políticas sociales y fiscales que apoyen a las familias. En Hungría -uno de los países que más agresivamente apuesta por introducir ayudas económicas a las familias- han aprobado dos paquetes de medidas con rebajas de impuestos y ayudas a las familias. En la Comunidad de Madrid han movido ficha, pero no deberían ser medidas centradas solamente en la mujer, sino pensadas para la familia en su conjunto, que es la que saca adelante el grueso de la natalidad, puesto que, de hecho, los hogares monoparentales tienen menos hijos.
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