
La llegada del frío resucita el fantasma de la crisis energética. La OCDE advierte en su último informe de previsiones de las tensiones que un invierno duro podría provocar en la supervivencia energética de la Unión Europea. Los problemas de suministro tras la ruptura con Rusia y el previsible incremento de la demanda, anticipan un serio revés para la economía comunitaria.
Ya sea por las condiciones climatologías o por el shock del mercado internacional del gas, Europa sufrirá hasta bien entrado el 2025. La OCDE da por descontada una escasez energética en el viejo continente que no solo seguirá disparando su precio, sino que tendrá efecto en el coste de los fertilizantes, del petróleo, que hará mella en las condiciones financieras y que demandará "reducciones forzadas en el uso del gas por parte de las empresas a principios de 2023 y 2024".
El organismo explica que la caída de la actividad y los parones obligados pueden devorar parte del débil crecimiento económico previsto para la Unión Europea. "En conjunto, podrían reducir en cerca de 1,5 puntos porcentuales en 2023, en relación con el escenario de referencia, y aumentar la inflación en más de 1,5 puntos porcentuales", pronostica el último informe remitido.
Todo queda en manos del clima y de la capacidad de Europa para atar el suministro de gas por parte de los países productores. De momento, las previsiones meteorológicas dan una tregua. Tanto las difundidas por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, como las del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo, predicen un invierno cálido. "Todo apunta a que los próximos meses de enero, febrero y marzo van a ser más templados de lo normal, lo que no quita que pueda haber una secuencia puntual marcada por la llegada de aire muy frío o incluso nevadas", afirma Jorge Olcina, catedrático de análisis geográfico en la Universidad de Alicante.
Tensión internacional
Aun así, la OCDE alerta del otro desafío que puede socavar el suministro de gas comunitario. "Tal escasez podría ocurrir si los suministros de gas no ruso desde fuera de la UE no se materializan en la medida esperada", detalla el documento. La feroz competencia de los países europeos por hacerse con las fuentes de energía ha disparado los precios del gas en el mercado de referencia europeo, el holandés TTF. Si alguno de los productores falla, la presión sobre las reservas está garantizada.
"Seguimos teniendo problemas de suministro, ya que no es fácil sustituir todo el gas que venía desde Rusia. Qatar ha dicho que va a priorizar los contratos con Asia, Australia está teniendo problemas con las exportaciones de gas y todo apunta a que la balanza de gas de EE.UU. se agotará a mediados del año que viene", afirma Antonio Turiel, investigador del CSIC que explica que "lo más importante va a ser el descenso de actividad derivado de un menor consumo del gas".
Los Estados miembros cumplieron los objetivos marcados con solvencia. La mayor parte de los países cuentan con sus depósitos de gas por encima del 83%. En el caso de Alemania, uno de los más expuestos a la crisis, las reservas rozan el 88%. En España, los almacenes se mantienen al 93,22%, según los operadores de infraestructuras de gas de Europa (GIE). No obstante, el abastecimiento que estos garantizan son muy limitados, dejando la subsistencia en manos de las importaciones. "Tendemos a pensar que son más grandes de lo que en realidad son. Las reservas de los países están cubriendo entre tres y seis semanas de consumo invernal típico", afirma Turiel.
Para corregirlo, el organismo internacional demanda que se mantengan las reducciones en el consumo de energía de los últimos meses. "Es importante que las medidas fiscales de apoyo a familias y empresas sigan permitiendo que las señales de precios operen para ayudar a que se produzca el necesario ajuste del consumo", advierte la OCDE.
Medidas de ahorro
El pasado mes de agosto, la Unión Europea acordó reducir la demanda de gas en un 15% con respecto al consumo medio correspondiente a los últimos cinco años. España aprobó en octubre el Plan Más Seguridad Energética. Un paquete de 73 medidas destinadas a fomentar el ahorro y eficiencia energética.
Un mes después, el Gobierno adelantó que hasta agosto la demanda nacional se había recortado en un 19%. El dato confirma que el fuerte encarecimiento en los recibos desincentivó el uso eléctrico. Lo mismo ocurrió en Alemania, donde el consumo se recortó un 9% en octubre debido a las altas temperaturas, al ahorro aplicado por los consumidores y a la caída de la producción industrial.
"Alemania será uno de los países que más sufrirá, pero también Reino Unido e Italia. No se puede dar por descartada ninguna medida, puede haber racionamiento y cortes de suministro, todo depende de cual es el desfase entre lo que se puede suministrar y la demanda final", apunta Antonio Turiel, también doctor en Física Teórica por la Universidad Autónoma de Madrid.
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