
El coronavirus, las medidas de aislamiento y las ayudas públicas provocaron una auténtica revolución en las declaraciones de IRPF de 2020. Las estadísticas de la Agencia Tributaria por municipio recogen caídas de la renta disponible del 10% en Matadepera, en Alcobendas del 13% o un 12% en Villaviciosa de Odón. De media, los cien municipios más ricos de España perdieron en el año de pandemia un 4%. Los datos contrastan con muchos municipios encuadrados entre los más pobres del país, donde se mantuvieron o crecieron las rentas. Por una vez, en casa del rico se notó más la última crisis, y tiene su explicación.
El impacto económico del coronavirus fue tan brutal en 2020, que las estadísticas no dejan de recoger datos extremos y sorprendentes. Las economías fueron sometidas al mayor experimento económico de la historia, con una congelación, en menor o mayor grado, de la actividad que duró meses para frenar la propagación del virus. La hibernación provocó la mayor caída de PIB de la historia en tiempos de paz en la mayoría de países, incluida España. El gran apagón de la actividad económica, junto a las medidas desplegadas por gobiernos y autoridades monetarias para mitigar sus efectos, está dejando fenómenos extraños. La Gran Renuncia en materia laboral o las recesiones sin destruir empleo, en el plano económico, son consecuencia de circunstancias excepcionales. Ahora es el turno de bajar al detalle y saber qué pasó con los ingresos disponibles de las familias durante 2020, gracias a que la Agencia Tributaria (AEAT) publica la mayor estadística de distribución de renta por territorio que se realiza en España.
Los datos de Hacienda no decepcionan. La AEAT publica de manera agregada los datos de IRPF de más de 20 millones de Declaraciones de la Renta, correspondientes a 2020. Lo más jugoso de la información es que entra al detalle municipio por municipio, siempre que hace dos años tuviera más de mil habitantes. Quedan excluidas las localidades de País Vasco y Navarra, al contar con su propio régimen foral. Más allá de la curiosidad de cuáles son los pueblos más ricos o pobres, pocas cosas cambian año tras año; la información disponible apunta a que la pandemia provocó una auténtica revolución en las rentas de todos los contribuyentes y, de manera sorprendente, impactó de forma muy negativa en los municipios con una renta muy elevada. Hablamos del 10% de localidades más ricas de España. Fueron los que más dejaron de ingresar respecto a 2019, en porcentaje y términos absolutos. Por ejemplo, la renta media de Cobeña, un pueblo al norte de Madrid de 7.400 habitantes, perdió de media un 6,3% o cada contribuyente dejó de ganar 2.154 euros, respecto al año anterior.
En el conjunto de los 300 municipios más ricos de España, los ingresos cayeron de media un 2,1%. Si repartimos los datos de las aproximadamente 3.000 localidades, que recoge Hacienda, y se reparten en diez grupos por nivel de generación de ingresos, en ningún grupo descendió tanto la renta disponible de 2020. En la mayoría, hubo pérdida de renta, pero nada tan pronunciado como en el club de los 300. A nivel nacional, el retroceso de renta fue importante, del 2,06%. Por primera vez desde que se elabora esta estadística, desde 2013, la renta media en España no sufría un varapalo semejante. En 2014, en plena salida de la crisis de deuda soberana, prácticamente se mantuvo plano. En los siete años anteriores la renta de los españoles creció a un ritmo medio del 2,4%.
El contexto de la pandemia inventó una nueva regla: a mayor renta, más dinero se esfumó de las manos del contribuyente. Y se aplicó a rajatabla, con algunos municipios ultrarricos, aquellos con rentas medias superiores a 30.000 0 40.000 euros. En Pozuelo de Alarcón, que cuenta con urbanizaciones exclusivas como La Finca y que casi todos los años recibe el adjetivo de municipio más rico de España, los ingresos medios declarados en el IRPF sufrieron un descenso del 3,8%, por encima del club de los 300 y de la media nacional.
En Matadepera, pueblo barcelonés que llegó a arrebatar a Pozuelo de Alarcón el título en 2018, la pérdida de renta fue del 10%. En Alcobendas, que cuenta como vecinos la urbanización de La Moraleja, el capital disponible cayó un 13%. En la localidad barcelonesa de Vallromanes y en la madrileña de Villaviciosa de Odón, retrocedió un 12% y un 10%, respectivamente. Son los casos más llamativos, pero entre los municipios ultrarricos, a partir de una renta media superior de 30.000 euros por contribuyente, existe un patrón en la pérdida de ingresos que se repite en buena parte de estas localidades.
La caída de renta se produjo por un descenso de los ingresos procedentes del trabajo, moderado, pero, sobre todo, por un desplome en las rentas procedentes del capital, actividades económicas, mobiliario e inmobiliario. En Pozuelo de Alarcón, las rentas del trabajo descendieron un 3,5%, mientras el hundimiento de las que vienen del ahorro bajó un 31%. En Matadepera pasó muy parecido, con una contracción del 3,5% por el dinero generado por el empleo y un retroceso del 20,5% de los rendimientos originados por inversiones de capital. "La pandemia no solo afectó a los rendimientos laborales de los trabajadores, sino especialmente a los rendimientos que generan los autónomos, dividendos, bolsa, fondos de inversión y alquileres", explica Benja Anglès, profesor de Derecho Financiero y Tributario de la Universitat Oberta de Catalunya.
"El peso de las rentas del ahorro, por inversiones o actividades económicas en este tipo de municipio, es muy superior al resto de localidades de España", indica Rubén Gimeno, director del Servicio de Estudios del REAF-REGAF del Consejo General de Economistas de España. Mientras, el contribuyente medio de España declaró de media 1.631 euros por rendimientos de capital; en Pozuelo de Alarcón o Alcobendas, en años anteriores a la pandemia, solían superar los 10.000 euros. Y también apunta a los datos declarados por actividades económicas. Autónomos con grandes negocios o trabajadores con profesionales liberales como abogados, arquitectos, médicos o consultores se ponen al día por esta vía con Hacienda. En Alcobendas se registró un retroceso del 25% de media.
"Hay que tener cuidado con las estadísticas en estos tipo de municipio", subraya Jorge Onrubia, profesor de Economía Pública en la Universidad Complutense e investigador asociado de Fedea. "Aunque la muestra es amplia por el número de habitantes, como en Pozuelo de Alarcón, hay una cierta distorsión en las medias cuando se elige el último quintil, decil o percentil, porque conviven contribuyentes de renta media-alta de 70.000 o 80.000 euros con ultrarricos de renta millonarias al año", explica el experto. El académico lleva años estudiando la distribución de rentas y la desigualdad por territorio. Conoce muy bien cómo urbanizaciones que acogen a familias de elevados patrimonios y altas rentas, impulsan la media de los municipios donde se ubican. Las más conocidas pueden ser La Finca o La Moraleja, pero en muchas localidades de la provincia de Barcelona que aparecen en el ranking de los pueblos más ricos esconden también zonas exclusivas, donde tienen su residencia habitual desde futbolistas a artistas o grandes empresarios.
Pero ni los vecinos de arrabales de lujo se libran de confesarse ante Hacienda, como el resto de mortales. Y, por una vez, salen perdiendo en comparación con municipios más pobres. El año de la pandemia hubo un grupo de municipios que mantuvo o, incluso, elevó su renta. Volviendo al reparto de la muestra de 3.000 municipios en diez grupos; el segundo decil y tercer decil vieron aumentar su renta disponible un 0,18% y 0,32%, respectivamente. No es mucho, pero significativo en un momento de caída generalizada de las rentas.
Curiosamente, estas localidades se encuentran situadas en las Comunidades Autónomas, con datos económicos más débiles, como son Andalucía o Extremadura, pero a la vez, con mayor exposición al sector agrario. "Dentro de la parada de la actividad económica en general, algunas actividades pudieron seguir realizándose, como los servicios esenciales, pero especialmente la actividad agrícola, no solo por sus condiciones, al tratarse de trabajo al aire libre y posibilidad de mantener las distancias sociales, sino especialmente porque era imprescindible seguir abasteciendo de alimentos a la población", recuerda Anglès. Y añade: "Junto a algunas ayudas públicas, explicaría por qué en determinadas regiones y municipios las rentas por actividad económica prácticamente se mantuvieron".
Solo hace falta coger algún municipio al azar en los datos de la Agencia Tributaria de estas zonas del país para observar como los rendimientos por trabajo aumentaron. En Montijo, de la provincia de Badajoz, las rentas declaradas, procedentes de un empleo, crecieron un 0,76%. En la localidad onubense de Santa Olalla del Cala crecieron un 5%.
¿Por qué sorprende las estadísticas de la AEAT?
Los datos de 2020 rompen la tendencia de una mejora sostenida de las rentas en España desde que se comenzó a elaborar esta estadística en 2013. Pero casi nadie esperaba que la pandemia se cebara, principalmente, con las rentas altas. La mayoría de estudios apuntaban en otra dirección. A principio de año, el Banco de España publicaba un documento de trabajo que apuntaba a que en mayo de 2020, en el momento más crudo del confinamiento, el hogar promedio había perdido el 16% de sus ingresos, con una caída "muy desigual".
Los hogares del quintil más rico perdieron el 6,8% de sus ingresos, los del quintil más pobre perdieron el 27%. Para noviembre de 2020, de media solo se había recuperado cinco puntos porcentuales. Los datos del estudio estaban basados en dos encuestas de ese año.
Sin embargo, en el mismo 2020, algún investigador iba en la misma dirección de los datos publicados por la AEAT. El profesor Andrew Clark de la Escuela de Economía de París sostenía que la renta media en España apenas cambia entre enero y mayo de 2020, menos del 1%, e incluso aumentó entre enero y septiembre de 2020, en un estudio con encuestas en Francia, Alemania, Suecia, Italia y España. La diferencia entre los dos trabajos está en la incidencia que tuvieron las ayudas públicas. "Las ayudas públicas en pandemia no fueron demasiado espléndidas, pero ayudaron a mantener las rentas en los hogares con menos recursos y en los trabajadores menos cualificados", rememora Onrubia. El investigador ofrece otra clave que explica la paradoja entre municipios ricos y pobres.
"Las crisis económicas no suelen repartirse por igual entre los distintos grupos sociales, pero el impacto de la pandemia fue muy transversal", explica. "A veces se piensa que solo afectó a camareros o dependientes, pero hubo profesionales con muy buenos sueldos que estuvieron en los Ertes, con la consecuente caída de rentas", argumenta. El economista pone de ejemplo a directores de hoteles o comerciales de multinacionales. Puestos de trabajo que pueden superar los 50.000 euros anuales.
Los números de la AEAT chocan de frente con otras fuentes estadísticas. "Los datos de la Agencia Tributaria basados en las declaraciones de IRPF son una excelente fuente informativa, pero no cubren todo el espectro poblacional que hay que tener en cuenta a la hora de medir la desigualdad en España", explica Eduardo Bandrés, director de Economía Pública de Funcas y catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Zaragoza. El académico pone el acento en el contribuyente como unidad de análisis. Los economistas e investigadores tienen como referencia la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del INE para la mayoría de trabajos académicos de distribución de ingresos y desigualdad. Esta fuente estadística toma como unidad de análisis el hogar, y la renta media equivalente de sus miembros, corrigiendo el peso de cada miembro del hogar según la edad. "El resultado de la ECV de 2020 es que, en el conjunto de España, la renta media por persona del primer decil cayó en 2020 un 9%, mientras que la del decil más alto aumentó un 2%", resalta Brandés.
¿Qué habrá pasado en la vuelta a la normalidad?
Si ya es complicado saber qué pasó en el peor año de la pandemia, con datos oficiales, tampoco está muy claro qué ocurrió al siguiente año, en 2021. Las medidas de distanciamiento social se mantuvieron para determinados sectores, a pesar de que fue el año de la reapertura de la economía. La llamada vuelta a la normalidad se iba imponiendo progresivamente, pero los efectos del virus, todavía eran latentes. El contexto económico ayuda a pensar que hubo una recuperación en las rentas, y, sobre todo, en rentas altas. Fue un año espectacular para los mercados financieros. Las principales bolsas mundiales vivieron un boom, con rentabilidades anuales que rondaron el 25%, aunque la subida en España fue mucho más tímida. Las compañías registraban facturaciones históricas beneficiándose del consumo embalsado. Los dividendos y bonus volvieron a ser habituales.
Las rentas de capital, mobiliarias y por actividades económicas deberían registrar una subida mayor que los rendimientos procedentes del trabajo, siguiendo la lógica de la pandemia. Este tipo de ingresos tienen un mayor peso entre los contribuyentes que se sitúan en los grupos de población con rentas altas y en los municipios con mayor renta media. "La recuperación económica se está produciendo a distintas velocidades, dependiendo de las regiones, pero permitirá a muchos inversores recuperar los anteriores niveles de renta, pero algunos ingresos se habrán perdido para siempre", opina Anglès.
Desde Funcas, Brandés apunta a que los datos que se van conociendo no son muy halagüeños. "Los datos agregados que conocemos de 2021, a partir de las Cuentas de los Sectores Institucionales del INE, muestran que no hay una recuperación de los dividendos percibidos por los hogares y siguen muy lejos de las cifras prepandemia y tampoco hay una recuperación significativa de las rentas mixtas, que suele proceder de las declaraciones de trabajadores autónomos".