
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, pidió este lunes prudencia al Gobierno, no sin antes advertir del riesgo que supone sufragar el gasto estructural público, que se aprecia en los Presupuestos Generales, con el incremento de la recaudación tributaria que vienen experimentado las Cuentas del Estado, como consecuencia de las altas tasas de inflación.
Hernández de Cos mantiene que, esa "dinámica de ingresos tan boyante" puede acabar generando un problema mayor, y es el aumento del déficit público que en estos momento soporta España.
Según los estudios del Banco de España -cuyas conclusiones fueron presentadas este lunes en el Congreso de los Diputados, y con motivo de la Comisión de Hacienda que aborda los Presupuestos Generales del Estado-, a los servicios de la entidad supervisora les resulta difícil de explicar el aumento del colchón recaudatorio tanto con el dinamismo de economía real como con el de los precios.
Es verdad que en sus ecuaciones el Banco de España aprecia residuos positivos, y sorpresas, pero inexplicables. Y por eso echan mano del episodio histórico y de las conclusiones del boom o el pinchazo inmobiliario que sufrió España en la primera década de los años 2000, y que "que acabó con que desaparecieran esos ingresos extra de una manera muy abrupta y en muy poco tiempo".
Aquello -reseña Del Cos- deterioró el déficit de 2007 y de 2008", con una recaudación récord que acabó siendo transitoria.
Y aunque no sabemos si eso mismo puede volver a suceder, en el plan presupuestario presentado por el Gobierno la semana pasada -coligió el gobernador del Banco de España- se intuye que tras ese incremento recaudatorio podría aflorar más economía sumergida.
Además del alza del gasto público, y con un crecimiento del 1,5% del PIB para 2023 -el Gobierno estima un porcentaje del 2,1%-, el organismo supervisor también alerta de riesgos al alza en el gasto por intereses, prestaciones por desempleo y muy particularmente en pensiones y sueldos de los funcionarios.
No en vano, el Banco de España valoró ayer las expectativas macroeconómicas del Gobierno, con visto bueno al crecimiento económico y los ingresos de 2023 -hasta el segundo trimestre no observa reducción de la desaceleración económica-, pero eso sí, desde el escenario más optimista, y nunca entrando a valorar escenarios intermedios o de mayor gravedad.
Indexar las mínimas
Con una estimación por parte del Banco de España de un incremento de gasto de 15.000 millones de euros en pensiones, y casi 4.800 en sueldos públicos, el gobernador abogó este lunes por incluir en el pacto de rentas al sector público, y revalorizar las pensiones mínimas con las inflación, pero no el resto; especialmente en un contexto de inflación muy elevada.
Fue persistente de Cos al recalcar que, dados los síntomas de frenazo de la economía global, y afectado como sigue Europa por los cortes de suministro de gas ruso, en estos momentos no es conveniente indiciar ni pensiones ni salarios, tanto públicos como privados, a la tasa de inflación.
Escaso efecto de los fondos Next Generation
El Banco de España prevé que los fondos Next Generation apenas tenga un efecto sobre nuestra economía de 0,6% para este año, y otro tanto de lo mismo, otro 0,6% para 2023. Una cifra que, según el organismo supervisor, refleja el foco de incertidumbre que tiene que ver con "el ritmo" con el que se implementan los proyectos de inversión asociados al programa Next Generation y su impacto en la economía. La revisión del impacto de estos fondos ya empezó con la primera entrega por parte de la Comisión Europea, en 2021, cuando entonces, el Banco de España estimó inicialmente para marzo de ese año un impacto aproximado sobre el PIB de casi un punto porcentual. Pero la información más reciente de la institución sitúa esta cifra en apenas un impacto del 0,2% sobre el Producto Interior Bruto.
Respecto a 2023, las actuales proyecciones del Banco de España incluyen un impacto del 0,6% sobre la tasa de crecimiento, contemplando que, en la medida en el que el despliegue efectivo de los proyectos ligados a este programa sea más rápido o más lento respecto a lo asumido, esto tendría efectos potencialmente relevantes sobre la proyección de crecimiento y de inflación.
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