
Con la crisis energética asfixiando a Europa en general y a Alemania en particular no parece descabellado plantear cómo afectaría al país germano el peor de los escenarios, el de un invierno extremadamente frío en el que hubiera escasez de gas. Los principales institutos de estudios económicos alemanes han realizado el ejercicio y los resultados apuntan a un retroceso de la economía de la primera potencia europea de casi el 8% para el próximo año.
El informe 'Crisis energética: inflación, recesión, pérdida de bienestar' da prácticamente por confirmado en todas sus previsiones -también en las más halagüeñas- que Alemania entrará en recesión el próximo año como consecuencia de la crisis del gas que promueve Rusia en respuesta a las sanciones por la guerra de Ucrania.
El panorama que dibujan las previsiones de otoño contempla una drástica subida de los precios de la energía, alzas en los costes de la producción (y las consiguientes subidas en otros productos) y una inflación que no se veía desde los años 70. Sobre este último indicador, cuyo adelanto para septiembre apunta al 10%, el informe señala para 2023 un IPC interanual del 8,8%, cuatro décimas por encima del 8,4% estimado para este año. El objetivo del 2% no se alcanzará hasta 2024.
El único factor positivo con el que cuenta la economía alemana es una cierta estabilidad del mercado laboral, con las empresas esforzándose en mantener a sus empleados por la escasez de personal y a pesar de la baja la demanda de mano de obra. Los institutos esperan en 2023 un ligero aumento del índice del desempleo al 5,5% desde el 5,3% en 2022 (nivel que se recuperaría en 2024).
Los institutos que colaboran en el informe -el RWI de Essen, el IWH de Halle, el IFO de Múnich y el Instituto de Economía Mundial (IfW) de Kiel- han rebajado casi a la mitad su pronóstico de crecimiento para este año. Lo sitúan en el 1,4%, desde el 2,7% estimado en primavera, tras la caída registrada en la segunda mitad del año y mantienen la previsión de crecimiento gracias al buen desempeño en el primer trimestre.
También hay recorte en la estimación para el próximo año: del 3,1% que esperaban que avanzara el PIB en 2023, a una caída del 0,4% tras la nueva revisión. En este punto, los institutos remarcan que en la revisión a la baja para este año ya se observa la dimensión de la crisis energética, que hará que en 2022 y 2023 el PIB esté 160.000 millones de euros por debajo de lo que se había estimado en primavera. Para 2024 calculan una subida del 1,9%.
Cabe recordar que este estudio es una de las bases a partir de las cuales el Gobierno alemán hace sus propias proyecciones económicas.
Si se da la escasez de gas...
La reducción del suministro de gas de Rusia es el principal factor desestabilizante, que dispara los precios alimentando el miedo a no contar con reservas suficientes para pasar cubrir la demanda en invierno. Mientras los precios se mantengan por encima del nivel previo a la crisis, Alemania vivirá "una pérdida permanente de bienestar".
Este escenario poco optimista empeora en los cálculos elaborados para intentar vislumbrar qué pasaría ante un invierno excesivamente frío en el que la escasez de gas se haga efectiva. En ese caso, los expertos estiman que en 2023 la economía podría llegar a caer hasta un 7,9% y extienden la recesión a 2021, con un descenso del PIB estimado del 4,2%.