
Ni la reforma laboral ni la recuperación del mercado de trabajo en el primer semestre del año han impedido que España siga anotando la mayor tasa de la Unión Europea de trabajadores infraempleados, aquellos cuyas condiciones son tan precarias que apenas se distinguen de estar en paro. Una lacra que afecta a 1,15 millones de personas, el 5,6% de los ocupados.
Eurostat incluye en esta categoría a los trabajadores a tiempo parcial que, a pesar de estar empleados, carecen de un "volumen de trabajo suficiente", con lo que ello implica a nivel de ingresos. "Se asemeja en cierto modo a estar en desempleo", afirma el organismo.
El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) maneja una definición similar para al hablar de subempleo, que cifra en 1,7 millones de personas.
Pero Bruselas hace hincapié en los casos más extremos determinados por la parcialidad del empleo, que desemboca en un salario insuficiente y unas condiciones tan insuficientes que ni siquiera pueden considerarse un empleo. Según las estimaciones europeas, el 67,5% de los subempleados españoles caerían de lleno en esta situación.
En la comparativa europea, nuestro país se ve seguido por Países Bajos (5,2%) y Grecia (4,7). El diferencial es más amplio al compararlo con el resto de grandes economías europeas: su tasa de infraempleo supera en 1,1 puntos la de Francia y 4,4 puntos a la de Alemania, que apenas marca un 1,3%.
En las antípodas de la Gran Renuncia
Los datos son especialmente relevantes por su elevado peso en la denominada holgura laboral. Esta es una medición estadística que suma a los 2,9 millones de parados, otros dos millones que no entran en la definición convencional de desempleo.
Se trata de los parados que se han desanimado y no buscan empleo; otros que buscan, pero sin disponibilidad inmediata y aquellos que, aunque tienen trabajo, no pueden vivir de él.
Esto eleva la cifra a los 5,1 millones de personas y la tasa de holgura laboral al 20,5% de esta fuerza laboral extendida. la más elevada de toda Europa. Así, más de la mitad de este 'paro oculto' que se añade al estándar corresponde en realidad a trabajadores que están infraempleados.
La relevancia de este dato es clave en un momento en el que se habla de sobrecalentamiento del mercado laboral o incluso de Gran Dimisión en Europa. Precisamente, los países con una menor holgura son aquellos que están encontrando más dificultades para cubrir vacantes de empleo.
En algunos países, como Francia, esta situación incluso ha llevado plantear endurecer el acceso al cobro de las prestaciones por desempleo. En España nos encontramos en una situación bien diferente: la holgura supera en 6 puntos a la de Francia y multiplica por tres la de Alemania.
Si tenemos en cuenta, además, que nuestro país tiene una de las tasas de vacantes más bajas de la Unión Europea (0,9% frente a los 4,1% de Alemania o los 2,4% de Francia), se puede concluir que estamos muy lejos de afrontar una situación siquiera remotamente similar a la Gran Dimisión. La precariedad y la elevada rotación siguen siendo nuestro principal problema.
Una mejora insuficiente
Aun así, la del segundo trimestre de 2022 es la tasa más baja desde el tercer trimestre de 2009, descontando el segundo trimestre de 2020, cuando los estragos de la crisis sanitaria sobre el empleo se concentraron especialmente en el empleo más precario y frenaron temporalmente la recuperación de este indicador.
Pero en otros países, la mejoría ha sido mucho más intensa. Incluso en aquellos que se comportaron peor que nosotros durante la crisis financiera. Un caso destacado es Chipre, que llegó a a notar tasas de dos dígitos mientras en España se situaban en un máximo del 9%. Hoy, se sitúan en el 4,1%.
En lo que se refiere a la crisis sanitaria, el caso de referencia es Países Bajos, donde el infraempleo se disparó en 2020. Pero ha pasado de superar a España en el primer trimestre del pasado año, con un 6,9% de infraempleo, frente nuestro 6,6%, a quedar por detrás en el segundo trimestre de 2022, con un 5,3%. Es decir, un del 1,6 puntos porcentuales frente al 1 español.
De esta forma, la conjunción de la recuperación del empleo y los cambios legales no han permitido mejorar las posiciones respecto a nuestros vecinos en calidad del empleo. Lo cual arroja dudas sobre lo que ocurrirá a partir de ahora.
Hay que tener en cuenta que estos datos corresponden a los dos primeros trimestres de 2022, y no recogen el giro hacia una evolución más negativa del empleo que parece apuntar los datos de paro y afiliación de julio y agosto.
Díaz anuncia medidas contra la explotación
Consciente de esta situación, el Gobierno de España está preparando medidas contra el subempleo y el infraempleo, según anunció en el Congreso la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
"Sé que trabajar a tiempo parcial en nuestro país de forma involuntaria es una lacra y ello pese a que tenemos una tasa de parcialidad más baja que en los años del PP", remarcó durante su comparecencia en la Comisión de Trabajo, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
La vicepresidenta segunda prometió "contundencia", aunque su anuncio primer anuncio en este ámbito se centró en las actuaciones contra el fraude y la explotación laboral que se produce a través de las jornadas laborales, más que en otros incentivos del empleo a jornada completa.
En concreto, anunció un "plan específico" de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social que comenzará "de forma inmediata" y en el que se revisará la situación de más de 290.000 trabajadores respecto de las que existen "indicios de que están realizando jornadas superiores a las declaradas".