
Que un documento de identidad como una cédula o un pasaporte solo sea para unos pocos resulta raro y difícil de entender. Es más, tener ese tipo de identificaciones lo consideramos como un derecho fundamental, al que tenemos acceso por el simple hecho de tener una nacionalidad. Sin embargo, hace 55 años, aún existían países en el mundo en los cuales estos derechos solo eran de exclusividad para las personas ricas.
En India, en el año 1967, el Tribunal Supremo dictaminó que tener un pasaporte y viajar al exterior era considerado un "derecho fundamental" de todo ciudadano de ese país. Esta resolución tuvo un carácter histórico, ya que, hasta esa fecha, solo las personas con alto poder adquisitivo se podían permitir tener un documento de identidad nacional e internacional como un pasaporte.
Es más, era un beneficio que se adjudicaban quienes lograban un rango de "respetables" o "dignos" de representar el honor de su país en el exterior. Así es, el documento en cuestión era considerado como una "credencial civil" destinada de forma exclusiva a los indios con "medios económicos, educación y posición", explicó a la BBC Radhika Singha, historiadora de la Universidad Jawaharlal Nehru de Delhi.
Por esta razón, se explica por qué no tenían pasaportes quienes trabajaron en las colonias de Malasia Británica, Ceilán (actual Sri Lanka) y Birmania (actual Myanmar) ni los llamados "coolies", argumenta la historiadora. Estos grupos "no selectos" formaban parte de más de un millón de indios que emigraron a todos los rincones del entonces imperio británico para realizar trabajos en régimen de "servidumbre".
Discriminación posterior a la concesión
El "plus" de tener un pasaporte, no aumentó el reconocimiento y la eliminación del clasismo y la discriminación hacia los llamados "indeseables". Kalathmika Natarajan, historiadora de la Universidad de Exeter, en la misma publicación, argumentó que la liberación de la "dominación" británica no cambió las cosas en India. El nuevo Estado poscolonial, siguió tratando a "una cierta categoría de sus propios ciudadanos como "indeseables" con una línea muy similar a la del Estado colonial, jerárquica y discriminatoria".
Un pedazo de tierra, derecho "noble" para viajar
En la mentalidad india viajar al extranjero implicaba "el respeto a sí mismo y el 'izzat' (honor) de India y sólo podían hacerlo quienes poseyeran el 'pedacito de India' adecuado, por así decirlo", según explicó Natarajan. De esta forma, el gobierno pidió a los funcionarios que identificaran a los ciudadanos que no "avergonzarían" al país en el extranjero.
Por esos tiempos, los gobiernos estatales eran los encargados de expedir los pasaportes hasta 1954. Esto hizo que se impulse esta política, pues ellos negaron los pasaportes a la mayoría de los solicitantes. El fin de las autoridades indias fue construir un éxodo "deseable".