En el pasado 2021, un 20% de los españoles que utilizó internet de manera habitual lo hicieron para buscar trabajo. Es un porcentaje inferior en ocho puntos al registrado en 2009. Y el nuestro no es el único país europeo en el que se ha registrado este sorprendente fenómeno.
La primera explicación que viene a la cabeza es que en 2009 España estaba en el inicio de una profunda destrucción de empleo por una crisis financiera mientras que en 2021 se recuperaba de otra, esta vez provocada por una pandemia.
Pero precisamente la intensidad de la creación de empleo en el pasado año y la primera mitrad de este debería haber incrementado el uso de la red en la búsqueda de empleo.
Máxime si tenemos en cuenta que en 2009 la proporción de españoles que se conectaba con una frecuencia inferior a 3 meses era del 54%. En el pasado año se elevaban ya al 94% del total de la población.
Los datos de Eurostat sobre el uso de internet entre los ciudadanos europeos revelan que este fenómeno se ha producido en 21 de los 27 países de la UE mientras que en dos mantiene el mismo nivel que hace trece años.
¿Cómo casa esta situación con una supuesta 'Gran Dimisión'? Aunque la movilidad laboral no llega a los niveles de Estados Unidos, el dinamismo del mercado laboral sí debería haber elevado el peso de las búsquedas de empleo a través de internet ya en el pasado año.
Pero si la comparativa se restringe a los niveles prepandemia, los datos son igual de sorprendentes: solo cuatro países incrementaron el uso de internet para buscar empleo, mientras cinco se mantuvieron sin variación. Entre estos últimos, España.
LinkedIn, fuera del radar
Para aclarar este misterio, hay que tener en cuenta la metodología de la encuesta: al referirse al uso de internet para buscar trabajo, Eurostat se refiere a sitios web específicos para la "búsqueda" de trabajo o al envío de una solicitud de trabajo. Es decir, al uso de portales 'clásicos' de empleo.
Aunque en un principio la encuesta incluía un apartado específico para el uso de redes profesionales como Xing o LinkedIn, dejó de hacerlo en 2017.
Pero con ello no refleja la realidad del uso de internet, cada vez más orientado al uso de relaciones y contactos (el conocido como 'networking') para buscar nuevos empleos.
Algo que se ha convertido en la forma habitual de encontrar un nuevo empleo entre las personas que ya lo tienen. Los nuevos 'cazadores de empleos' son, además, cada vez más conscientes de los riesgos para la privacidad de los datos. Por otro lado, rechazan los sesgos automatizados que se aplican para filtrar sus perfiles profesionales.
Las estadísticas tampoco tienen en cuenta la transformación de las propias redes profesionales, que han pasado de ser un mero repositorio de currículos similar a un portal clásico a, propiamente, una red social en la que los usuarios conectan e intercambian ofertas de empleo por su cuenta.
Los parados españoles se 'borran' de Internet
Como decimos, estos datos incluyen tanto a las personas que tienen empleo como a las que no. La cuestión es: ¿se mantiene la situación con los parados?
Ni las estadísticas europeas de uso de internet ni tampoco la Encuesta de la Fuerza Laboral analizan con detalle el uso de internet por parte de los desempleados.
Sí lo hace, sin embargo, el Instituto Nacional de Estadísticas de España en la Encuesta de Población Activa, aunque solo desde 2021 y de manera limitada: analiza el porcentaje de desempleados que "han puesto o actualizado su currículum en Internet". Aquí el porcentaje es más alto: llega al 35,4% del total, 1,03 millones.
Pero la cifra es muy inferior a la registrada en el mismo periodo de 2021, cuando llegaban al 39% de los parados.
Expresado en términos absolutos, son 347.900 personas menos. Un descenso incluso superior al del número total de desempleados. Si en el último año estos cayeron un 17%, los que comparten su currículo 'online' retrocedieron un 25%, ocho puntos porcentuales más.
Una de las razones para este descenso estaría en el fin de los confinamientos parece haber influido, aunque conviene recordar que las restricciones de movilidad y contacto no afectan tanto al envío de currículos como a las entrevistas y procesos de selección.
En este sentido, la falta de estadísticas oficiales mejor afinadas para entender este nuevo modelo de búsqueda online de empleo digital, que sirvan de contraste con los datos que publican las propias compañías que hacen negocio con él, nos impide tener una visión más profunda de su funcionamiento.
Pero las que existen dejan claro que algo se mueve en la manera en la que los internautas afrontan sus próximos pasos profesionales en un entorno digital cada vez más alejado del modelo rígido del portal estático y automatizado.