
En los primeros seis meses del año, las dimisiones de trabajadores con contrato indefinido han ido incrementándose hasta alcanzar niveles récord. Pero su evolución queda completamente superada por el auge de las bajas de trabajadores con un contrato fijo discontinuo.
Las estadísticas de afiliación media al Régimen General de la Seguridad Social, en el que cotizan la mayoría de los asalariados, permiten conocer la información más actualizada sobre las razones por las que un trabajador se da de baja. Algo que cobra especial interés tras la entrada en vigor de la nueva reforma laboral.
A los seis meses, se aprecia un claro auge de las dimisiones de trabajadores con empleo fijo, en una evolución que recuerda al fenómeno de la 'Gran Renuncia' detectado en Estados Unidos.
Los datos de la Seguridad Social hablan de 30.308 bajas voluntarias por renuncia entre enero y junio, una cifra muy reducida en comparación con los que se registran en Estados Unidos, si bien hay que tener en cuenta que se trata de una media que modula la volatilidad real de las altas y bajas de afiliación.
La cifra es casi el doble que la registrada en el mismo periodo de 2019, que ya había supuesto un récord histórico. Y también supera por primera vez a la de los trabajadores temporales, que en los seis primeros meses del año firmaron 26.711.
Esto es relevante porque buena parte de los análisis sobre el fenómeno de la Gran Dimisión no la vinculan tanto a la contratación indefinida como a la precariedad de los empleos. Es decir, cuantas menos expectativas hay en un puesto de trabajo más fácil y menos elementos que lo retengan, como los 'pluses' por antigüedad o la indemnización por despido, más sencillo resulta arriesgarse a buscar otro.
Si desgranamos los datos por meses, se aprecia además que la tendencia se ha acelerado especialmente en los últimos tres meses.
El peso del fijo discontinuo
Sin embargo, las dimisiones están lejos de ser la principal causa de baja de afiliación de un trabajador indefinido. Aunque justifican una de cada cuatro, un 24,3, la proporción es la misma que en 2019. E incluso queda por debajo de las anotadas antes de la crisis financiera, como en los primeros seis meses de 2007, cuando la proporción alcanzó el 35%.
La razón es que su incremento actual ha quedado eclipsado por el de los fijos discontinuos que pasan a la inactividad, que se han triplicado respecto a hace un año, alcanzando las 44.000 en los primeros seis meses de la reforma laboral.
Como en el caso de las dimisiones, su incremento se ha acelerado especialmente desde abril, coincidiendo con la finalización del periodo de gracia concedido a los contratos temporales por obra y servicio y el inicio de la temporada turística.
Estos contratos se consideran indefinidos, pero ligados a actividades eventuales. Cuando estas se interrumpen, el trabajador 'pasa a la inactividad' y se da de baja de afiliación. Eso sí, no se considera un despido ni computa como desempleado ya que su contrato estipula que se le volverá a llamar
Un 35,6% de las bajas de trabajadores indefinidos se deben a esta situación, que se convierte así en la primera causa, por encima de las dimisiones, pero también de los despidos, no superar el despido de prueba y otras como los cierres de empresa o incluso la jubilación.
En este punto, hay que tener en cuenta que esta estadística recoge los motivos de baja, no los contratos de cada trabajador. No explica, por ejemplo, cuántos trabajadores con contratos fijos discontinuos dimiten ni cuanto duran sus periodos de actividad.
Esta opacidad estadística sobre una modalidad que antes de la reforma tenía un alcance limitado y ligado a actividades como el turismo de temporada se suma a las dudas sobre su propia definición.
Así, aunque se le define como indefinido, el Servicio Público de Empleo le define como una actividad "temporal" para poder pagar las prestaciones.
En ese sentido, no pocos expertos advierten de que la reforma puede haber acercado las condiciones de los contratos indefinidos a la de los temporales, sin mejorar las de estos últimos. El incremento de las bajas por inactividad y las dimisiones podría avalar esta tesis, al refleja pautas que antes de reforma se ligaban al empleo eventual.
La contratación temporal sigue liderando las bajas
En cualquier caso, el aumento de ambas explica el 60% de las 124.000 bajas de trabajadores estables, el máximo de la serie histórica.
Un dato que se explica ante todo por el fuerte repunte de las contrataciones indefinidas propiciado por la reforma laboral. Pero un análisis de las causas de esas bajas permite inferir la variación se apoya especialmente en las renuncias y el pase a la inactividad de los fijos discontinuos.
La primera causa de baja en general sigue siendo la finalización de contratos temporales, que alcanzaron los 255.000 en los primeros seis meses del año. Supusieron un 80% del total de las 319.139 bajas de temporales y un 57% del total si incluimos a los indefinidos.