
El incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta los 14.000 euros anuales, distribuidos en catorce pagas de 1.000 euros mensuales, provoca que esa remuneración ya supere el 60% del sueldo medio en más de la mitad de las autonomías. Nueve de ellas (Andalucía, Canarias, las dos Castillas, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Murcia y La Rioja) rebasan esa cota, de acuerdo con los datos más recientes publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La referencia del 60% del salario medio es importante porque el Gobierno se ha fijado como objetivo que el SMI español la alcance, a escala nacional, al final de la presente legislatura. Sin embargo, el salario mínimo está creciendo a tanta velocidad, con incrementos de dos dígitos desde el año 2018, que los datos desagregados por territorios evidencian que el tope se está rebasando con creces en la mayor parte del territorio español. Esa evolución tan vertiginosa provocará importantes problemas en el tejido productivo español.
Debe considerarse el esfuerzo al que ya están abocadas las empresas en regiones como Extremadura y Canarias donde el SMI actual de 14.000 euros anuales se acerca al 70% de la retribución promedio para los asalariados.
La comparativa es ahora especialmente oportuna, considerando que el INE actualizó la semana pasada su exhaustiva estadística sobre la estructura salarial del conjunto de España (con datos hasta enero de 2021) y deja atrás los datos hasta ahora disponibles, completamente desfasados porque no tenían en cuenta el impacto de un cisne negro económico de la envergadura de la epidemia del Covid-19.
En el otro extremo del espectro, notablemente situadas por debajo de la línea roja del 60% se encuentran Cataluña, Madrid, Navarra y el País Vasco.
Sigue la tendencia al alza
Y la tendencia al alza se halla lejos de encontrar sus techo. Debe recordarse que el presidente Pedro Sánchez reiteró, a principios de este año, su compromiso de que el SMI vuelva a subir lo que, según los cálculos de sus expertos, lo situaría en el entorno de los 1.049 euros brutos mensuales.
La crisis inflacionista que Europa arrastra desde la segunda mitad de 2021 y los efectos de la guerra en Ucrania están muy lejos de haber cambiado dicha hoja de ruta en Moncloa.
Al contrario, la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, asegura a los agentes sociales que mantiene su fidelidad a ella, tomando el ejemplo de países como Alemania, aun cuando la estructura económica y el muy diferente nivel de renta per cápita hacen difíciles las comparaciones entre España y el país teutón.
Fuentes de la patronal CEOE confirman a elEconomista.es el muy grave panorama que se plantea de modo inminente. "Se perdió la perspectiva del mundo real cuando ya se planearon nuevas alzas del SMI, apenas unos meses después de que se acometiera otra subida", explican desde las empresas recordando el muy corto periodo de tiempo que medió entre el incremento del salario mínimo de 2021 y el propio de 2022.
El primero de esos incrementos lo situó en 965 euros en septiembre pasado. Posteriormente, en el primer trimestre de 2022, se dio luz verde a la subida de hasta 1.000 euros que reclamaban los sindicatos con efectos retroactivos al pasado 1 de enero.
Impacto sobre el empleo
El impacto sobre el empleo, especialmente en las autonomías en las que el avance del salario mínimo será más intenso, es todavía objeto de debate académico, aunque existe una gran mayoría de expertos que ya señalan los efectos nocivos. Entre los analistas que han hablado con más claridad se sitúan los propios del Banco de España.
De acuerdo con el regulador financiero, la histórica subida del 22% que el Gobierno impulsó en 2019, hasta los 900 euros mensuales se cobró una factura muy alta, entre 100.000 y 180.000 puestos de trabajo, entre empleos destruidos o contrataciones que no se llegaron a materializar, disuadidas por el avance de este indicador a ritmos de dos dígitos en los últimos cuatro años.