Aunque los fondos Next Generation se han convertido en la gran prioridad en la caza de dinero público por parte de las Administraciones Públicas, la Generalitat Valenciana no quiere dejar de lado la que ha sido una de sus principales fuentes de financiación en las últimas décadas, los fondos Feder.
La Comunidad Valenciana tiene asignados en total 719,38 millones de euros para el periodo 2021-2027. Una financiación con la que el Gobierno autonómico prevé movilizar en total casi 1.200 millones de euros incluyendo más de 361 millones de fondos estatales y autonómicos y otros 118 millones del sector privado.
Buena parte del éxito de los planes valencianos dependerá del desarrollo y ejecución de proyectos ligados a investigación, desarrollo e innovación. En total el Gobierno valenciano prevé destinar 216 millones, el 30% del total al objetivo de aumentar las capacidades de I+D tanto de universidades, centros tecnológicos y empresas como a la transferencia de tecnología al tejido empresarial.
El proyecto estrella que aspira a estos fondos europeos es la creación en el puerto de Alicante de un Campus en Tecnologías Habilitadoras y Disruptivas, que permita crear un nuevo polo innovador y a la vez recuperar un "espacio degradado en el puerto" que se integre con el centro de la ciudad. La Generalitat prevé rehabilitar un edificio en el puerto del que realizará una concesión durante 25 años para crear living labs, y demostradores de contenidos digitales y tecnologías disruptivas, también destinados a formación especializada en tecnología. Una iniciativa que sería complementaria de otras como la creación de un espacio de pruebas de vehículos autónomos en la zona o una aceleradora de empresas en inteligencia artificial, además de la instalación de un cable submarino para la transmisión de datos que permitiría estar conectado a la redes de alta capacidad mundial.
Según recoge el borrador del programa que aún debe ser ratificado otra de las prioridades ser la compra pública innovadora y un programa integral de I+D para la producción agraria.
La Administración valenciana ha puesto el foco en esos programas debido a que Bruselas ha modificado su clasificación a región en transición, lo que supone un menor grado de aportación de fondos. De hecho para el periodo 2014-2020 la autonomía recibió cerca de 1.000 millones de euros de estos fondos, una cuantía que para los próximos años se reduce.
El otro destino principal de fondos europeos es el transporte público y la movilidad. Tradicionalmente las infraestructuras valencianas han sido receptoras de los Feder, pero en esta ocasión se centran en medidas para reducir el impacto ambiental y mejorar la sostenibilidad en áreas urbanas. Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), la empresa pública que gestiona el metro y tranvía de Valencia y Alicante, es el principal receptor de los 162,8 millones previstos para estas actuaciones.
Entre esos proyectos se incluye el proyecto piloto para "un alto grado de automatización de la Línea 5" de Metro Valencia, que une la fachada marítima con el aeropuerto. Además, prevé digitalizar parte de su flota actual y adquirir 22 nuevos tranvías, además de una nueva línea L12 para unir el Hospital La Fe con el resto de la ciudad.
En el caso de las carreteras, las inversiones previstas se centran en adaptar algunas de las vías de acceso a Valencia para crear carriles BUS/VAO, como en el eje Valencia-Xirivella. También se quieren construir con los fondos europeos nuevos intercambiadores modales en las estaciones ferroviarias de Sagunto y Silla en Valencia. En el caso de Castellón, también se contempla una estación intercambiador para autobuses y coches privados junto al Hospital de La Plana.
En el caso de las empresas, la Generalitat prevé destinar 51 millones para incentivar la competitividad y el crecimiento de las pymes, fundamentalmente con ayudas a la internacionalización y el refuerzo de los préstamos bonificados a largo plazo que el Instituto Valenciano de Finanzas lanzó ante la crisis por la pandemia.