
Conseguir una pensión de incapacidad permanente no es un proceso sencillo. Se trata de una de las pensiones con más particularidades dentro del sistema de prestaciones contributivas debido a las dificultades extra para determinar el acceso a la misma.
La razón es simple: si en las pensiones de jubilación y viudedad existen unos criterios más reconocibles, aunque en las de incapacidad permanente existe una normativa que regula ciertos aspectos que hay que tener en cuenta para concederlas (o denegarlas), requieren de un estudio pormenorizado y de mayores pasos que las dos anteriores.
El ejemplo más claro es la determinación de los efectos de la enfermedad que sufre el trabajador, es decir, su influencia tanto en su vida laboral como en su vida cotidiana. Definir cuáles son los problemas que le causa la dolencia al trabajador son claves porque determinan tanto la concesión de la pensión como el grado de la misma.
Sin embargo, esta es una cuestión delicada. Aunque se piense lo contrario, y siendo extremadamente importante, el tribunal médico no tiene la última palabra tras su examen al trabajador. Aunque su opinión es muy tenida en cuenta, no es vinculante: la responsabilidad recae en la dirección provincial de la Seguridad Social.
Tal y como explica el bufete especializado en asuntos de incapacidad permanente Campmany Abogados, no existen enfermedades, existen enfermos. Esto quiere decir que incluso en casos de mismas enfermedades, el estudio de los efectos de esa dolencia pueden deparar diferentes efectos en una persona o en otra y, por lo tanto, la concesión de grados diferentes de incapacidad permanente o incluso que a un trabajador se le conceda y a otro con la misma enfermedad no.
Sin embargo, es cierto que existe un listado de enfermedades con las que, tradicionalmente, los trabajadores han tenido un mayor porcentaje de concesiones de pensiones de incapacidad permanente. Es una lista que se elabora por parte del bufete Campmany Abogados y que tiene en cuenta la experiencia de años en este tipo de trámites.
Alergología
-Dermatitis
Aparato digestivo
-Colitis ulcerosa
-Enfermedad de Crohn
-Obesidad morbida
-Pancreatitis crónica
Cardiología
-Arterioesclerosis
-Cardiopatías
-Miocardiopatías
Enfermedades cardiovasculares
-Aneurisma
-Arteriopatías
-Fibrilación auricular
-Hipertensión pulmonar
-Infartos agudos de miocardio
-Insuficiencia mitral
-Síndrome Wolf-Parkinson-White.
-Taquicardias
-Tetralogía de Fallot
Enfermedades psíquicas
-Adicción a las drogas, ludopatía o alcoholismo
-Agorafobia
-Depresión
-Esquizofrenia
-Límite de personalidad o por estrés postraumático
-Síndrome Burnout
-Trastornos de ansiedad
-Trastorno bipolar
-Trastorno obsesivo compulsivo
Medicina interna
-Fibromialgia
-Lupus eritematoso sistémico
-Sensibilidad química
-Síndrome de fatiga crónica
Nefrología
-Insuficiencia renal crónica
-Trasplante de riñón
Neumología
-Apnea del sueño
-Asma profesional u ocupacional
-Enfermedades respiratorias provocadas por amianto
-Enfisemas
-EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica)
-Sarcoidosis
Neurología
-Alzheimer
-Charcot-Marie-Tooth
-Demencia
-Esclerosis múltiple
-Ictus
-Miastenia gravis
-Migrañas
-Neuropatía periférica
-Parkinson
-Síndromes Arnold Chiari, de Lambert-Eaton y Post Polio
-Traumatismos craneoencefálicos
Oftalmología
-Desprendimiento de retina
-Glaucoma
-Neuropatía óptica
-Pérdida de visión
-Uveítis
Oncología
-Cáncer de mama
-Cáncer de pulmón
-Cáncer de recto
Otorrinolaringología
-Hipoacusia
-Síndrome de Ménière
Reumatología
-Artritis reumatoide o psoriásica
-Enfermedad de Behcet
-Espondilitis anquilosante
-Fatiga crónica
-Fibromialgia
Traumatología
-Enfermedad de Perthes
-Gonartrosis
-Hernia cervical
-Lumbalgia
-Patologías graves de la mano cadera, hombro, codos o pies
-Síndrome cola de caballo.