
El Gobierno usará la vía del decreto-ley para tramitar la reforma laboral y evitar así que la oposición introduzca cambios en el texto pactado con sindicatos y empresarios. Moncloa maniobra así ante el acercamiento del Partido Popular a los nacionalistas vascos y catalanes, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Esquerra Republicana de Cataluña (ERC). Los populares quieren hacer cambios en el texto, que consideran dañino.
Ante estos movimientos, el ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, señaló este martes que la convalidación de la reforma laboral en el Congreso no tiene por qué tramitarse como proyecto de ley y, después de conocer que el PP votará en contra, ha asegurado que no quieren que el texto se someta a modificaciones porque "se trata de un acuerdo entre empresarios y sindicatos". Moncloa utilizará así la vía del decreto-ley ante los problemas en los apoyos al texto. De esta forma, se asegura de que en ningún caso se introduzcan enmiendas, aunque sin los apoyos de PNV y ERC podrían perder la votación y tumbar todo el texto.
Desde el PP, Javier Maroto no desmintió este martes las informaciones sobre el acercamiento a PNV y ERC. Sin embargo, preguntada por un posible acuerdo, la portavoz popular, Cuca Gamarra, negó que se esté impulsando una negociación con otras formaciones para tumbar la reforma. "Nosotros tenemos nuestros motivos para no apoyarla que es distinta a la que puedan tener otros partidos políticos", insistió.
Gamarra aseguró que la reforma laboral no tiene el "apoyo unánime" del ámbito empresarial, pese al acuerdo del Gobierno con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). En esta línea, ha pedido en una entrevista en Onda Cero, recogida por Europa Press, no "sustituir" la capacidad legislativa de los partidos políticos por el diálogo social con sindicatos y la patronal al tiempo que afirmó que los términos que la CEOE "pone en su balanza" para apoyar la reforma laboral son "distintos" a las que tienen una formación con "obligación y responsabilidad" de legislar.
En cualquier caso, los nacionalistas vascos se desmarcaron ya de un posible veto por su parte a la reforma laboral. Sin embargo, insiste en la prevalencia de los convenios vascos, aspecto que aún negocia con Moncloa.
Una reforma en el aire
Los nacionalistas vascos mantienen, sin embargo, ciertas ambigüedades sobre su apoyo. Según publicaron varios medios vascos, el PNV estaría dispuesto a apoyar la reforma siempre y cuando el Gobierno nacional le garantice por ley un marco vasco.
Esta situación se une a las críticas al texto vertidas por ERC, Bildu y BNG. Si estos cuatro partidos votan no junto con el PP y Vox votan en contra, el Gobierno podría perder la votación en el congreso. Ante este peligro, Félix Bolaños anunció el martes la estrategia del Gobierno.
"Nosotros no queremos que esa norma sufra ninguna modificación porque se trata de un acuerdo entre empresarios y sindicatos, que tiene equilibrios, es lo que hace singular a esta norma. No es un proyecto de ley del Gobierno, es un proyecto de ley que deriva de un acuerdo entre empresarios y sindicatos", apuntó Bolaños en una entrevista en RNE, al ser preguntado acerca de si el Gobierno se abre a introducir modificaciones.
Sobre la convalidación en el Congreso, Bolaños detalló que "no tiene por qué tramitarse como proyecto de ley". El ministro explicó que "la convalidación se puede votar a favor del texto y así convalidar la vigencia que la reforma laboral ya tiene en este momento", ha añadido.
El titular de Presidencia manifestó que el plazo para convalidar la reforma laboral es hasta el día 7 de febrero. "Queda tiempo", añadió, al tiempo que señaló que es "absolutamente de sentido común" que se apruebe por parte del Congreso "un acuerdo social con la importancia que tiene esto entre los empresarios y los sindicatos".
Asimismo, se pronunció en los mismos términos que lo hizo la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, hace unos días y advirtió de que quien vote en contra de la reforma laboral "tendrá que explicarlo bien a sus votantes" porque estará votando a favor de que "siga el marco laboral del PP".
"Nosotros tenemos la sensación de que empezamos el año con los deberes hechos con nota", enfatizó el ministro socialista, que argumentó que no solo han aprobado la reforma laboral, sino también la reforma de las pensiones "que garantiza el modelo" y que, además, el 2022 empieza con Presupuestos Generales del Estado (PGE) con "la mayor partida de inversión y gasto social".
Voto en contra del PP
Acerca del voto en contra que ya adelantó el portavoz del Partido Popular en el Senado, Javier Maroto, el ministro Bolaños señaló que esta negativa "antepone los intereses partidistas". Además, ha apuntado que "hay otros dirigentes del PP que no entienden la decisión de la dirección del partido" liderado por Pablo Casado.
Los catalanes, descontentos con la ley
El conseller de Empresa y Trabajo, Roger Torrent, afirmó que la reforma laboral del Gobierno "no es la que necesita Cataluña" y reclamó que la Generalitat vuelva a poder autorizar los ERE y que los convenios sectoriales autonómicos prevalezcan sobre los estatales. Estas son dos de los principales demandas del Govern respecto al texto de la reforma laboral que acaba de aprobar el ejecutivo español y que debe iniciar ahora su tramitación en el Congreso, un trámite en el que ERC jugará un papel decisivo. En rueda de prensa posterior a la reunión del Govern, Torrent, que pertenece a ERC, dejó claro que el actual texto de la reforma laboral no es del agrado del ejecutivo catalán. "No es la que queremos", sentenció.
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