Economía

Reino Unido entra en un confinamiento 'extraoficial' y la hostelería pide ayudas ante el frenazo

  • Hasta la Reina ha cancelado su comida de gala antes de Navidad
  • El ministro de Finanzas promete una reunión con los sectores afectados
Cola para vacunarse de la tercera dosis en Londres. Foto: Reuters

Reino Unido ha comenzado un nuevo confinamiento no oficial. El disparo de salida no lo dio el Parlamento, ni el primer ministro, sino el Jefe Médico de Inglaterra, Chris Whitty, en una rueda de prensa en la que recomendó a los ciudadanos reducir al mínimo sus movimientos y encuentros sociales ante el aumento descontrolado de la variante ómicron. El resultado ha sido una avalancha de cancelaciones que ha llevado a las empresas a temer que, sin ayuda económica del Gobierno, la temporada navideña vaya a ser un desastre.

La rueda de prensa del miércoles fue desconcertante en algunos momentos. Mientras Whitty recomendaba a la gente autoconfinarse y evitar todos los encuentros con personas fuera de su burbuja familiar, el 'premier', Boris Johnson, insistía desde su lado en que no era necesario cancelar nada ni "suspender la Navidad": "No vamos a cerrar cosas, no pedimos a la gente que cancele eventos. No queremos tomar decisiones sobre su vida social", dijo.

Una contradicción de la que el público parece haber concluido que lo mejor es seguir el consejo del experto e ignorar al primer ministro. El tabloide conservador Daily Mail titulaba hoy "Johnson contra los científicos", y la cifra de cancelaciones de las últimas horas indica que la gente se fía más de los científicos. Empezando por la Reina: Isabel II ha suspendido su tradicional comida de gala previa a la Navidad.

El principal afectado ha sido el sector de la restauración, que ya ha empezado a mandar peticiones de ayuda. El programa de ertes del Gobierno británico terminó el pasado verano, y el hecho de que este confinamiento sea voluntario y no oficial significa que no ha venido acompañado de un plan de ayudas como los anteriores. "Las empresas sufren mientras la confianza del consumidor se hunde. El Gobierno debe apoyar a nuestras empresas si quiere que sobrevivamos", dijo UK Hospitality, la patronal del sector hostelero británico.

En respuesta, el ministro de Finanzas, Rishi Sunak, ha adelantado su vuelta de un viaje a California y ha prometido mantener conversaciones con los líderes del sector en los próximos días. La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, ya ha enviado una carta a Johnson pidiendo restablecer los ertes o permitir a los distintos estados del país hacerlo por su cuenta.

Crisis interna

El gran reto de Johnson es manejar la enorme división que existe en su partido. El martes, 118 diputados -de 361- rompieron la disciplina de voto y rechazaron las nuevas restricciones impuestas por el Gobierno, como el pasaporte covid para entrar en locales cerrados, la obligatoriedad de las mascarillas o la vacunación obligatoria de los sanitarios. Sin el apoyo de los laboristas -que reivindicaron sus votos "patrióticos" a favor de las medidas-, Johnson habría sufrido una derrota similar a la que marcó el fin del Gobierno de Theresa May. Y si en aquella votación del acuerdo del Brexit Johnson se sumó a los 118 rebeldes contra May, esta vez May estuvo entre los 118 que ignoraron las órdenes de Johnson.

Y las espadas siguen en todo lo alto. Una diputada con un cargo en el Ministerio de Exteriores, Joy Morrissey, pidió a los ciudadanos ignorar a los "asesores no electos", en referencia a los expertos científicos, y mantener las reuniones sociales como ha pedido Johnson. El Gobierno se vio obligado a desautorizarla y salir en defensa de sus asesores médicos.

Todo esto ocurre mientras los escándalos no dejan de crecer. Este jueves se ha destapado la enésima fiesta en la que participaron cargos del Gobierno durante los confinamientos de 2020. En este caso, una en Downing Street en mayo de 2020, a la que asistió el propio Johnson, según una filtración a The Guardian y The Independent.

Mientras tanto, los ciudadanos de North Shropshire, una circunscripción inglesa cuyo exdiputado dimitió hace un mes por otro escándalo -en este caso, por hacer lobby de forma ilegal-, eligen a su nuevo representante en una votación que puede suponer una estocada de muerte a Johnson. Los Tories han ganado ese escaño en todas las elecciones desde hace dos siglos. Una posible derrota ante los liberales, que son los ligeros favoritos en las casas de apuestas para arrebatarles el escaño, desataría la batalla por buscar un reemplazo al actual primer ministro.

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