
Si te lo piensas, te quedas sin casa. Este es el mantra que se está instalando entre los estadounidenses que buscan adquirir una nueva vivienda en los últimos meses. Lo ajustado del mercado hace que los compradores tengan que abalanzarse rápidamente sobre un inmueble sin sondear muchas más opciones. La rapidez con la que hay que tomar la decisión por miedo a quedarse sin alternativa porque otro ha sido más rápido o ha ofrecido más está siendo la nota predominante.
Las cifras hablan solas: entre julio de 2020 y junio de 2021 las viviendas en venta se mantuvieron con el cartel de 'se vende' un período medio de sólo una semana antes de firmarse un contrato, según una encuesta publicada este jueves por la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios. Esta cifra es inferior a las tres semanas de media del año anterior y marca un mínimo histórico en los datos disponibles, que se remontan a 1989. Para hacerse una idea del contraste, en 2012 una casa tenía que estar de media unas 11 semanas en venta antes de cerrarse una operación.
La explicación hay que buscarla, una vez más en la pandemia. Los estadounidenses protagonizaron la gran 'rotación' de los hogares. El confinamiento llevó a muchos a buscar casas más grandes o con más comodidades, lo que se sumó a un entorno de bajos tipos de interés y al hecho de que muchos ciudadanos mantuvieron sus rentas por las ayudas estatales. Numerosos hogares también ahorraron más durante la pandemia y se beneficiaron de un mercado de valores en alza.
Al mismo tiempo, la oferta se vio limitada. La precaución a la hora de mostrar las casas durante el covid-19, la reticencia de algunos propietarios a entrar en el competitivo mercado de la vivienda y la posibilidad de refinanciar a bajos tipos de interés impidieron a muchos posibles vendedores poner en venta sus casas.
La continua escasez de viviendas en el mercado hace que muchos compradores se queden al margen. Alrededor de dos tercios de los compradores activos han estado buscando casa durante al menos tres meses, según una encuesta de septiembre de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas (NAHB). Alrededor del 45% de esos compradores dijeron que no habían tenido éxito porque seguían siendo superados por otros compradores.
En un mercado tan apretado, los compradores tienen poco tiempo para dudar y pensarse despacio la que va ser posiblemente la mayor adquisición de su vida. Como se hace eco The Wall Street Journal, estas prisas llevan a algunos compradores a renuncian a las garantías tradicionales. Se están dando casos en los que se renuncia al derecho a rescindir un contrato por una tasación baja o una inspección desfavorable para que sus pujas sean más competitivas en esta 'guerra de ofertas'. "En este escenario no puedes ni pensar dónde estará el árbol de Navidad o si cabe un sofá", lamenta Jessica Lautz, vicepresidenta de demografía y perspectivas de comportamiento de la NAR. "Realmente estás tomando esa decisión muy rápido".
Por supuesto, hay pequeños 'agravantes' que hacen más acuciante la situación. Las herramientas que permiten a los compradores visitar las casas a distancia y programar las visitas online también contribuyeron a acelerar el proceso de compra de viviendas el año pasado, según los agentes inmobiliarios. Una gran proporción de compradores en efectivo, incluidos los inversores, también está contribuyendo al rápido ritmo del mercado, dicen.
Otro dato que hablo por sí mismo es el relativo al precio de venta final. Las casas suelen venderse ligeramente por debajo del precio al que se han puesto a la venta, pero en el año que terminó en junio la mediana del precio de venta fue el precio completo, el más alto desde que la NAR empezó a registrar los datos en 2002. El precio medio de venta en ese periodo fue de 305.000 dólares, frente a los 272.500 dólares del año anterior.
La desesperación está llevando a algunos buscadores de casa a aprovechar las vacaciones de invierno. Es una época en la que los compradores prefieren no mudarse, por lo que algunos esperan que esos días el mercado se ralentice y encuentren menos competencia, relata al WSJ Mike Miedler, director ejecutivo de Century 21 Real Estate LLC.
Aunque esta razón parece estar provocando que el mercado se esté enfriando ligeramente, algunos agentes constatan que la diferencia es mínima. "En lugar de que una casa dure tres días en el mercado, está durando siete días", señala Harold Torres, un agente inmobiliario en Orlando, Florida.