Economía

El FMI alerta que Europa corre el riesgo de repetir los errores de 2008

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El Departamento Europeo del Fondo Monetario Internacional (FMI), liderado por Alfred Krammer, ha presentado este miércoles en Washington su informe regional sobre el Viejo Continente. En el mismo avisa que Europa experimenta "una recuperación económica fuerte pero llena de baches".

Es por ello que Krammer determina que acertar con la política fiscal "será más difícil que lidiar con la inflación" para muchas de las grandes economías europeas. Según identifica, los principales países se enfrentan a dos retos cruciales: controlar la inflación y reducir el apoyo fiscal. En lo que al primero se refiere, es cierto que existe una gran incertidumbre, sin embargo considera que entidades cómo el Banco Central Europeo tienen mucha experiencia en este ámbito y puede utilizar sus herramientas con rapidez y flexibilidad.

Dicho esto, deshacer las medidas de gasto de emergencia que los gobiernos adoptaron para apoyar sus economías durante la pandemia es una tarea importante y compleja. De hecho, el director del Departamento Europeo del Fondo avisa que si los distintos gobiernos se equivocan "corren el riesgo de que se repita el tibio crecimiento que siguió a la crisis financiera mundial de 2008".

Según el informe, el FMI proyecta que los déficits fiscales de las principales economías europeas avanzadas se reducirán en unos 4 puntos porcentuales del PIB en 2022, un giro mucho mayor que el que siguió a la crisis financiera mundial. Este giro representa principalmente una reducción de las ayudas relacionadas con la pandemia y sólo una parte de los recursos se reasigna para estimular la contratación y la inversión.

Su impacto sobre el crecimiento en 2022 sólo se vería contrarrestado de forma limitada por los desembolsos de los fondos de la UE para apoyar los planes de recuperación y resistencia de los países miembros tras la crisis. Cabe recordar que en el caso particular de España, estos fondos han contribuido en un punto porcentual al crecimiento proyectado este año y sumarán 0,7 puntos porcentuales en 2022.

Recuperación sin empleo

Sin embargo, los riesgos abundan, según recalcan desde el FMI. La principal preocupación de los funcionarios del FMI no es que los gobiernos se queden quietos si se producen nuevas oleadas de virus u otras conmociones importantes. Más bien se trata de que el crecimiento de las economías avanzadas se asiente en un mísero 1% o menos hacia finales de 2022, en lugar de las tasas del 2% al 3% que proyectamos actualmente.

Con una política fiscal limitada y un BCE que ya ha rebajado los tipos de interés casi al límite, cada trimestre de retraso en la consecución del pleno empleo incrementará el reto de reincorporar a la gente al trabajo. En el caso español, por ejemplo, si bien la economía española retomará su senda como la locomotora de crecimiento también continuará quedando en evidencia en lo que a desempleo se refiere.

La tasa de paro solo se reduce en una décima con respecto al año pasado y se situará en el ejercicio en curso en el 15,4%. En 2022 se reducirá al 14,8%, un nivel que superará al resto de economías avanzadas y emergentes en Europa. Para entonces, Grecia tendrá una tasa de desempleo del 14,6%. No solo eso, el país heleno habrá reducido su paro en 1,8 puntos desde 2020 casi el doble que en el caso español. El FMI anticipa que el desempleo en nuestro país se mantendrá por encima del 14% en 2023 y se moverá entre el 13,9% y el 13,7% a partir de 2024 hasta 2026.

Por otro lado, según el FMI, el aumento de la inflación ha estado impulsado en gran medida por fuerzas que cabe esperar que desaparezcan con el tiempo. Al igual que durante la recuperación de la crisis financiera mundial en 2010-11, la energía ha sido el mayor impulsor, reflejando en gran medida el fuerte repunte de la actividad económica, que ha devuelto los precios del petróleo al rango que prevalecía durante los años anteriores a la crisis.

El reciente aumento de los precios del gas natural también refleja factores a corto plazo, como la disminución de los inventarios tras un duro invierno y un caluroso verano en 2021, así como la escasez de producción de energías renovables en algunos lugares y una menor oferta.

Ajustando los precios de la energía "hacia abajo y hacia arriba", las tasas de inflación anual calculadas en un horizonte de 24 meses se acercan a los rangos anteriores a la pandemia. El Fondo espera que estos desajustes entre la oferta y la demanda disminuyan a lo largo de 2022, a medida que se normalicen las pautas de consumo, se repongan las existencias y se resuelvan los cuellos de botella en el comercio. Además, la inflación en la zona del euro también se ha visto impulsada por factores puntuales, como la expiración en Alemania de un recorte del IVA promulgado en enero de 2021.

El FMI reconoce que aunque exista una considerable incertidumbre en torno a la duración de las perturbaciones de los precios, en general, tanto sus previsiones como las de los analistas y las medidas de las expectativas de inflación basadas en el mercado sugieren que el Banco Central Europeo volverá a tener dificultades para alcanzar su objetivo de inflación a medio plazo en torno al 2%.

Krammer ha reiterado que los responsables políticos en Europa podrían encontrarse fácilmente en una situación inquietantemente similar a la de las primeras etapas de la recuperación de la crisis financiera mundial de hace más de una década. En este sentido ha insistido en que hay razones de peso para recortar los elevados déficits fiscales. Pero esto también requerirá un fuerte crecimiento de los ingresos y, por tanto, de la actividad, que podría apoyarse útilmente con transferencias adicionales dirigidas a los hogares necesitados, más gasto en incentivos a la contratación y créditos fiscales a la inversión.

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