
Tras negarlo en varias ocasiones, ayer mismo por el propio primer ministro, Boris Johnson; el Gobierno británico recurrirá al ejercito para movilizar camiones cisternas y abastecer a las estaciones de servicio que se han quedado sin suministro por la falta de conductores.
El secretario de Comercio, Kwasi Kwarteng, ha anunciado soldados de Reino Unido serán desplegados en "días" para conducir camiones cisterna y abastecer de combustible a las gasolineras. El ministro sigue asegurando que pese a la drástica medida la situación se está estabilizando.
Hasta esta mañana para el Gobierno la situación estaba controlada y no hacía falta recurrir al ejercito. "La situación está estabilizada", han repetido los portavoces y ministros. Boris Johnson había convertido el rechazo a esta medida su carta política de negar el impacto negativo del Brexit.
La falta de gasolina en algunas estaciones de servicios se derivan de la huida de conductores extranjeros de camiones que tras el Brexit salieron del país ante las dificultades para trabajar en el país. Ayer Johnson aseguró que la crisis se estaba estabilizando y rechazará la propuesta del sector del transporte de emitir visados para terminar con la carencia de profesionales del volante.
Fue su primera intervención pública durante la crisis. "La situación se está estabilizando y la gente debe tener confianza y seguir con sus asuntos de la manera normal", dijo Johnson. "La industria dice que los suministros están volviendo".
La tormenta perfecta está sacudiendo al país. No solo los precios de la electricidad está poniendo contra las cuerdas al país, con fábricas anunciando parones en la producción. También acusa un enorme déficit de conductores a raíz del Brexit, que está provocando problemas de distribución en muchos sectores. La patronal calcula la necesidad de 100.000 conductores. La petrolera BP anunció al Gobierno hace dos semanas que iba a recortar un 20% sus entregas de gasolina.